Miembros del BCE reclaman favorecer a los bonos verdes en las compras de deuda
Los gobernadores de Holanda y Francia piden una postura más comprometida para dar un perfil más sostenible al balance del BCE
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, aspira a dar un peso importante a los cirterios de sostenibilidad y a la lucha contra el cambio climático en la próxima revisión estratégica de los objetivos de política monetaria de la institución. Pero aún debe concretar un aspecto crucial: si el BCE debe introducir la sostenibilidad como criterio en la compra de bonos.
Hasta el momento, el BCE se ha comprometido a aplicar decisiones de inversión sostenible y respeto por el medio ambiente de su política interna y ha dado pasos para reforzar la inversión responsable en el fondo de pensiones de su plantilla. Pero miembros del BCE está abogando ya abiertamente por asumir un papel más activo y comenzar a dar prioridad a la compra de bonos verdes y sociales, dentro de sus programas de estímulo monetario.
“Propongo que comience la descarbonización del balance del BCE, de un modo pragmático, progresivo y dirigido a todos los activos corporativos, ya estén en balance por los programas de compra o bien porque sean aceptados como collateral”, ha señalado hoy el gobernador del Banco de Francia Francois Villeroy de Galhau.
El gobernador del banco central de Holanda, Klaas Knot, ha insistido hoy en la misma idea y ha señalado que el BCE debería revisar su neutralidad en el mercado para favorecer a unos activos frente a otros. En su opinión no habría tal neutralidad dado que las compras del BCE están favoreciendo también a las emisiones de deuda de empresas contaminantes. “Los bancos centrales pueden rediseñar sus instrumentos de política monetaria con el fin de evitar ese tipo de favoritismos y en su lugar contribuir a potenciar las inversiones verdes”, ha señalado.
Frente a estas posturas, el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, ya se ha mostrado en varias ocasiones reticente a incluir los criterios de sostenibilidad en las compras de deuda. Recientemente apuntó a comprar solo activos de emisores que se comprometieran a ciertos requisitos medioambientales, pero sin excluir los bonos de empresas intensivas en el uso del carbón.
El BCE acumula en su balance casi 300.000 millones en deuda corporativa y afronta una creciente presión para excluir de sus compras los bonos de empresas contaminantes, con el argumento de que están representadas en exceso en el mercado y de que el precio de sus bonos no refleja los riesgos del cambio climático.