Draghi suma un amplio apoyo para formar Gobierno y encara una semana decisiva
Su nombramiento dará una valiosa estabilidad a la deuda italiana. Podría asumir un nuevo liderazgo político en Europa, que afronta el debate de la austeridad
Mario Draghi logró este fin de semana un primer paso decisivo en la búsqueda de los apoyos necesarios para formar Gobierno en Italia. Se ganó el favor de las dos grandes fuerzas euroescépticas del país, La Liga de Matteo Salvini y el Movimiento 5 Estrellas, donde su fundador Beppe Grillo sí había mostrado en principio reticencias que se desvanecieron tras el encuentro del sábado.
Queda por delante esta semana una segunda y peliaguda ronda de negociaciones donde ya se bajará al detalle del programa de Gobierno y de la composición del Ejecutivo, pero Draghi ya se ha ganado el respaldo de todas las fuerzas políticas italianas, con la única excepción del partido ultraderechista Hermanos de Italia.
El expresidente del BCE deberá ahora convencer con su programa y con un equipo que tendrá que buscar un difícil equilibrio entre los tecnócratas y las figuras políticas que previsiblemente querrán introducir las fuerzas parlamentarias, en un momento crucial en el que habrá que gestionar la cuantiosa ayuda de 209.000 millones de euros del fondo europeo de reconstrucción.
La creación de un gobierno de sesgo más o menos tecnócrata en Italia liderado por Mario Draghi tendrá importantes implicaciones en el país y también en el conjunto de Europa. Por lo pronto, el anuncio de que aceptaba el encargo del presidente de la República para intentar formar un ejecutivo ya fue recibido de muy buen grado en el mercado financiero: la prima de riesgo italiana descendió la semana pasada hasta mínimos de 2016 y el rendimiento del bono a una década se relajó en una sesión en 10 puntos básicos, al 0,55%. La noticia también provocó importantes subidas en la cotización de los bancos italianos.
La llegada al poder de Draghi evita el escenario inmediato más inquietante para los inversores, el de unas elecciones anticipadas en plena crisis y con la tarea pendiente de poner a trabajar la ayuda millonaria de la UE frente a la pandemia, que se vería retrasada. Además, supone una garantía de estabilidad para la evolución en el mercado de la cuantiosa deuda soberana del país, que ya cuenta con el soporte clave del programa de compras del BCE.
“El nombramiento de Mario Draghi como primer ministro es bienvenido por los mercados financieros, que ansían la estabilidad política por encima de todo y que tienen un buen recuerdo de su etapa en la presidencia del BCE”, resume Adrian Hilton, experto de Columbia Threadneedle. En la historia de la zona euro quedará su famosa frase de julio de 2012, en plena crisis de deuda soberana, cuando aseguro que haría "todo lo necesario" para proteger la divisa europea. Lo que vino a continuación fue una batería de estímulos monetarios sin precedentes hasta aquella fecha y con la que se inició el programa de compra de deuda soberana que ahora el BCE ha llevado a una nueva dimensión en su repuesta extraordinaria al efecto económico de la pandemia.
El "salvador" del euro surge ahora como la gran oportunidad para Italia, un país cuya economía se contrajo el 8,8% en 2020 al tiempo que su ratio de deuda sobre PIB se ha disparado por encima del 150%. Italia recibirá un total de 209.000 millones de euros del fondo europeo Next Generation, la mayor partida entre los países receptores, de los que casi 80.000 millones de euros serán ayudas directas y que el ejecutivo italiano deberá gestionar y justificar ante Bruselas.
Con la deuda italiana en niveles récord de casi el 160% del PIB, el Gobierno requiere una arquitectura política sostenible que incentive la recuperación a corto plazo, pero que defina una visión de consolidación fiscal a largo plazo tras la crisis, advierten en la agencia de rating Scope.
La llegada de Draghi al poder en Italia también coincide con un momento delicado en la zona euro, que esta primavera deberá afrontar el debate sobre la austeridad, después de que la pandemia haya dejado aparcada cualquier exigencia de ajuste fiscal en los ejercicios de 2020 y 2021. La crisis ha disparado el déficit público de las economías del euro, en especial de España e Italia, y los líderes europeos tienen pendiente definir el calendario para el regreso a la normalización de las cuentas públicas. Draghi podría ser una voz poderosa en las posibles negociaciones en torno a la reforma institucional regional para aumentar el espacio fiscal de los gobiernos”, aseguran desde Scope.
“Con Draghi como líder de la tercera mayor economía de la zona euro se crea una oportunidad para un impulso sustancial a la reforma del marco fiscal de la zona euro. Con Alemania afrontando el cambio de liderazgo a finales de este año y con Francia asumiendo la presidencia europea en enero de 2022, se abre una ventana para decisiones que podrían materializarse si el gobierno de Draghi dura lo suficiente”, añaden en Citi. En Bank of America calculan que se mantendrá al frente del ejecutivo hasta después de las elecciones presidenciales de enero de 2022.