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Las mascarillas irrumpen como un gasto anual de más de 9.000 millones para las familias

Hacienda estimó que rebajar su IVA restaría 1.568 millones al fisco, lo hizo en noviembre El uso de esta protección comenzó a ser obligatorio a partir de verano

Mascarillas a la venta en un supermercado.
Mascarillas a la venta en un supermercado.
Juande Portillo

De entre todas las revoluciones que ha supuesto la pandemia del Covid-19 en la cesta de la compra de los españoles destaca con fuerza la irrupción de la mascarilla como un bien que pasó de ser objeto de compra anecdótica para el público general, y solo común entre determinados colectivos o especialistas, a convertirse en un objeto obligatorio para circular por las calles en cuestión de unos pocos meses. Su consumo se ha disparado de tal forma que, según se deriva de los cálculos tributarios oficiales, las familias afrontarían actualmente un gasto anual de más de 9.000 millones de euros en mascarillas.

Aunque no existen de momento cálculos certeros sobre el peso de esta adquisición en la cesta de la compra de los hogares españoles, el Ministerio de Hacienda sí que estimó que la propuesta de Ciudadanos de rebajar el IVA de las mascarillas del 21% al 4% rebajaría la recaudación anual de impuestos en 1.568 millones de euros. De esa cifra, basada en la presunción de que el consumo rondaría los 50 millones de mascarillas al día, puede establecerse que el desembolso total de las familias para un ejercicio completo superaría los 9.200 millones de euros.

El Ejecutivo se resistía además a la rebaja del IVA alegando que la Comisión Europea no permite dichas bajadas tributarias, si bien lo cierto es que Bruselas llevaba informando desde primavera a los socios comunitarios de que no les sancionaría por incumplir la directiva comunitaria al respecto. El Gobierno, sin embargo, acabó aceptando rebajar del 21% al 4% el IVA de las mascarillas –exclusivamente de las quirúrgicas– en noviembre, para engrasar la negociación de los Presupuestos Generales del Estado de 2021, una vez recibió aval por escrito de la UE para hacerlo. Entonces la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, rebajó la pérdida de la recaudación prevista a una horquilla de entre 550 a 850 millones al año. Esa estimación, sin embargo, tenía en cuenta que la llegada de la vacuna podría reducir el uso obligatorio de las mascarilla por debajo de una anualidad. A falta de ver como concluye 2021, lo cierto es que es previsible que siga siendo imperativa hasta el verano, cumpliendo un año de obligatoriedad.

Conviene recordar que el país sufrió un severo desabastecimiento de mascarillas en los primeros meses de 2020, dejando incluso sin existencias para pacientes con otras patologías que las necesitaban ya antes de que la pandemia fuera denominada como tal. Con el tiempo, y los esfuerzos de las distintas administraciones por proveerse de ellas y de los fabricantes y distribuidores españoles por facilitarlos, su uso fue generalizándose e imponiéndose como obligatorio cuando no se respetara la distancia de seguridad de dos metros a partir de junio. Posteriormente, las distintas comunidades fueron decretando su uso ineludible siempre que se saliera de casa (con excepciones como el consumo de bebidas y alimentos en hostelería).

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En cuanto al precio de las mascarillas quirúrgicas, que se disparó en los primeros meses de la pandemia, quedó fijado en 0,96 euros el pasado abril en virtud de las potestades que el decreto de estado de alarma daba al Ministerio de Sanidad. A partir de ahí, el Gobierno las rebajó a 0,72 euros la unidad el pasado noviembre, si bien días después el precio se redujo a 0,62 euros al pasar del tipo general del IVA al superreducido del 4%.

Tomando este último precio como referencia, y teniendo en cuenta que la vida útil del producto es de unas cuatro horas, para una familia de dos adultos y dos niños, en la que uno de los miembros teletrabaje y el resto acuda diariamente a su centro laboral o educativo, el gasto mensual puede rondar los 80 o 100 euros, en función del resto de salidas que hagan. Es decir, hasta 1.200 euros en un año completo (más de 1.800 al precio oficial inicial).

Y eso tomando solo en consideración las mascarillas quirúrgicas o las higiénicas (que son las que recomienda usar el Gobierno), las más habituales, que se centran en proteger al resto de los efluvios de quien las porta. Las mascarillas con filtro FFP2 o FFP3, más duraderas, que evitan al que las lleva inhalar partículas de terceros y que países como Francia o Alemania comienzan a recomendar, mantienen de momento un precio libre y un IVA del 21% que encarece aún más la cesta de la compra de las familias españolas.

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