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Coyuntura

La industria confía en una recuperación “importante” a partir de abril

El primer trimestre será clave con la evolución de las vacunas. La incertidumbre sigue ralentizando las inversiones de las empresas

Para la industria, lo peor de la crisis ya ha pasado, según coinciden los analistas. Si los peores indicadores se registraron en abril pasado, con caídas superiores al 42% en sectores como el manufacturero y el de bienes de consumo duradero, la situación ha girado hacia un entorno más positivo.

El problema que persiste es el de la incertidumbre asociada a la duración de la pandemia. Joseba Madariaga, director del departamento de estudios de Laboral Kutxa, es prudente en sus estimaciones. El primer trimestre de 2021 será clave, en su opinión. Todo apunta a que en enero se mantendrán o elevarán las medidas de restricción de la actividad por el Covid-19, pero con las campañas de vacunación ya en marcha en los países desarrollados. Así que a partir de abril del próximo ejercicio puede comenzar “una etapa de crecimiento económico importante y continuado”, en opinión de Madariaga.

Refuerzo de los stocks

Las empresas tendrán que recuperar los niveles de stocks anteriores a la crisis, que han dejado en mínimos por el desplome de la demanda. Con este escenario es más que posible una reactivación de las inversiones empresariales.

En Europa, el sector fabril suma registros positivos de actividad en este último trimestre, a partir de una recuperación “relevante” que comenzó en mayo. En la actualidad, su índice de actividad está un 5,9% por debajo del que tenía antes del Covid-19. Las restricciones de movilidad han impactado en otras áreas de la economía, como los servicios, con la hostelería y el turismo como los más perjudicados.

Un informe de Deusto BBK Behatokia es más optimista y destaca que la industria ha tenido un comportamiento “más resiliente” en la segunda ola de la pandemia. De hecho, el estudio mantiene ya que ha alcanzado el ritmo pre-Covid-19, en base a indicadores avanzados como el consumo de energía eléctrica de las fábricas y el mayor uso de su capacidad productiva.

Madariaga apunta un dato relevante. Los productores de bienes de equipo tienen ahora mejores niveles de actividad que los registrados antes de la pandemia. Algunos sectores están de moda y tiran de la inversión. Es el caso de la energía, con numerosos proyectos asociados a las renovables y al hidrógeno verde para reducir las emisiones de CO2.

El Brexit tampoco ayuda, aunque la industria que apostó por el Reino Unido ha tenido que implantarse en su territorio, por aquello de que los costes logísticos se disparan cuando tienes que exportar a una isla.

Andrés Barceló, director general de la patronal siderúrgica Unesid, no contempla cambios a corto plazo en la política de Estados Unidos en relación con las importaciones del acero, gravadas durante el mandato de Donald Trump con un arancel del 25%. Joe Biden, en su opinión, tendrá otras prioridades en su llegada a la Casa Blanca y los cambios en este ámbito pueden llegar a finales de 2021.

Barceló confía en una recuperación de la industria del acero el próximo año, tras los registros a la baja de 2020. Y pide a las Administraciones que especifiquen cuanto antes a las siderúrgicas las futuras exigencias de descarbonización para que puedan elaborar un cálculo de costes que hagan rentable la producción.

También reclama al sector público más compromiso con las inversiones en infraestructuras ligadas al acero y sostenibles, como los corredores ferroviarios de mercancías.

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