El tercer confinamiento agranda las divisiones de Gran Bretaña
La gran diferencia respecto de los enclaustramientos anteriores es que esta vez las vacunas acuden al rescate
Las grietas abiertas por la enfermedad del Covid-19 en Reino Unido están a punto de ensancharse. Los jóvenes, los pobres, las pequeñas empresas y algunos sectores de trato directo con el público han sido golpeados de forma demoledora. El tercer confinamiento del país acrecentará las diferencias.
La disparidad entre los pudientes y los desposeídos en Reino Unido ya resultaba chocante. El sector financiero británico perdió un 3% entre febrero y octubre, pero los hoteles y restaurantes perdieron el 35%, según la Oficina Nacional de Estadística. Mientras que las empresas más grandes pudieron recurrir a la bonanza de los mercados de renta variable y deuda en el cuarto trimestre, las empresas pequeñas fueron las que más recurrieron a los 69.000 millones de libras en préstamos con garantía estatal. Los datos del segundo trimestre, que muestran que los hogares británicos ahorraron el 29% de su renta disponible, reflejan una gran disparidad en los niveles de riqueza, según el Banco de Inglaterra.
Las últimas restricciones, que se prevé que durarán al menos hasta mediados de febrero, exacerbarán estas tendencias. La gran diferencia respecto de los confinamientos anteriores es que esta vez las vacunas acuden al rescate. Johnson quiere que los más vulnerables reciban al menos una dosis para mediados de febrero. Esta perspectiva también justifica que haya un mayor respaldo gubernamental a corto plazo. Las empresas que se endeudaron para sobrevivir en 2020 tienen menos capacidad para endeudarse nuevamente. Por este motivo, el Gobierno quizá tenga que cancelar préstamos pasados, al tiempo que amplía otras medidas como ayudas a la renta y periodos sin pagar la hipoteca. Los 4.600 millones de libras en subsidios a las empresas anunciados por el Tesoro ayer es poco más que el comienzo. Si fracasa la campaña de vacunaciones, la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria predice una sucesión de confinamientos y daños duraderos que podrían comerse un 6% del PIB.
Aunque otros países europeos han tenido más éxito en controlar los contagios, en las vacunas han avanzado menos. Las divisiones en el interior de los países, y entre unos países y otros, tienen toda la pinta de ir a más.