El Ibex maquilla el descalabro pero cierra 2020 como la Bolsa europea más castigada
El selectivo se deja un 15,4% en el ejercicio, el peor desde 2011 El MSCI World ha logrado conquistar nuevos máximos gracias al tirón de Asia y EE UU
El año 2020 termina, para respiro de todos, y las Bolsas cierran un ejercicio de fuertes vaivenes que han dejado fuertes caídas pero también recuperaciones e, incluso, niveles máximos no vistos hasta ahora. De poco sirvió que la ciencia ficción nos avisara en un gran número de libros y películas de los efectos de una pandemia global en la sociedad. El estallido de la crisis sanitaria en Europa y Estados Unidos provocada por el Covid-19 pilló por sorpresa a inversores y analistas, provocando un derrumbe al unísono de todos los activos financieros. Ni activos como el oro o el petróleo, considerados tradicionalmente como refugio en época de turbulencias, se libraron de las caídas.
A medida que el virus de Wuhan, como se le definió en un primer momento, fue incrementado su presencia, la incertidumbre se fue expandiendo en los mercados. El pánico pasó entonces a tomar el control de un mercado que veía cómo los países cerraban su actividad a cal y canto para contener la expansión de la pandemia y las previsiones económicas quedaban saltaban por los aires.
En el caso de España, el Ibex ya marcó su peor enero desde 2017 al caer un 1,9%. Descenso que se fue agudizando conforme se multiplicaba el número de casos y los países optaban por restringir la movilidad y limitar la actividad económica. Entre el 19 de febrero y el 16 de marzo el selectivo español se dejó un 39,4%. Unas semanas en las que el Ibex registró tres de sus 10 peores sesiones de la historia llegando el 12 de marzo a hundirse un 14,06%, desplome no visto hasta entonces pese a la quiebra de Lehman Brothers, el Brexit o la profunda crisis de deuda europea.
La CNMV, el regulador del mercado español, optó por entonces por prohibir las posiciones cortas sobre las cotizadas hasta mayo, medida que adoptaron también Italia, Bélgica, Francia y Grecia, sin que lograran con ello atajar la sangría.
La debacle bursátil desatada en marzo por la pandemia fue tal que forzó a los bancos centrales a intervenir con un nivel de estímulos sin precedentes. La Reserva Federal de
EE UU, el BCE el Banco de Inglaterra y el Banco de Japón sacaron su artillería pesada e inundaron de liquidez al mercado. Los índices tocaron fondo en marzo y fue entonces, de la mano de los bancos centrales, cuando iniciaron su recuperación. En total, entre los cuatro grandes bancos centrales han inyectado más de ocho billones de dólares en la economía para reactivar el crédito y evitar el colapso. En EE UU, los tipos han vuelto al 0%, niveles no vistos desde la crisis de 2008.
“2020 ha estado marcado por una situación inédita pero se recordará por ser un año marcado por la reacción coordinada y potente de las autoridades monetarias, económicas y sanitarias. Nunca antes se había dado una respuesta de tal magnitud y eso ha hecho que el problema sea menos de lo que pudiera haber sido”, asegura Gonzalo Sánchez, gestor de renta variable España y Portugal de Gesconsult.
Empresas de corte cíclico y sectores como el bancario y el turismo se vieron afectadas por el cerrojazo de las economías y llegaron las hordas de rebajas de estimaciones de beneficio, ampliaciones para reforzar el capital, despidos y algún que otro preconcurso de acreedores.
El elevado peso del sector bancario en la Bolsa española, muy castigado durante la pandemia por las consecuencias del confinamiento en la financiación empresarial y el temor a un posible incremento de la morosidad de los créditos impagados, y la caída de otros grandes valores como Inditex o IAG llevaron al Ibex ha perder 252.000 millones de euros de capitalización bursátil entre los máximos y los mínimos del año. Una situación que no empezó a remontar hasta la paulatina mejora de las condiciones de movilidad a partir de mayo.
Pero no fue hasta el mes de noviembre cuando la Bolsa española empezó a recuperarse y a tratar de maquillar las pérdidas en el cómputo global gracias a los avances en las vacunas contra el Covid. Unas vacunas convertidas en bastión de la recuperación que han ejercido de catalizadores de unos mercados henchidos de ilusión por pasar página a los estragos de la pandemia y apuntarse al rally.
Al final, el año 2020 ha pintado un mapa bursátil desigual. El índice MSCI World cotiza en máximos históricos al subir un 13,7% en el año.
Wall Street ha dado por superada la pandemia, al menos en cuanto al balance de año. En Asia, el Nikkei japonés se sitúan en máximos de tres décadas y el Kospi coreano cotiza en máximos históricos. Algo que no ocurre en las Bolsas europeas, donde el Dax alemán se ha convertido en el único selectivo europeo en superar los niveles previos a la pandemia y que logra cerrar el año en positivo, con un alza del 3,55%, conquista a la que no ha logrado sumarse el resto de selectivos.
En el caso del Ibex, el selectivo cierra el ejercicio con una caída del 15,4% que le lleva a situarse al borde los 8.000 puntos, lejos aún de los niveles previos al estallido de la pandemia, pero por encima del mínimo anual marcado en los 6.107 puntos. El español ha tenido su peor año desde 2011 y ha sido el índice europeo más castigado durante el ejercicio, acompañado por el FTSE británico, que ha caído un 14,34%, penalizado por las interminables negociaciones para pactar un acuerdo entre Reino Unido y la Unión Europea ante un a posible salida a las bravas de Londres del club comunitario.
Para Patricia García, de Macroyield, 2021 es un año que amanece repleto de confianza en el retorno hacia una realidad lo más parecida a la anterior (gracias a las vacunas), en el mantenimiento del apoyo de bancos centrales y gobiernos y en el impulso que continuarán recibiendo las energías verdes y los valores que favorezcan la sostenibilidad. “Tenemos que ser conscientes de que la recuperación será muy desigual entre países y sectores y todo ello tendrá que tenerse en cuenta a la hora de invertir. Además, 2021 tendrá que lidiar con riesgos, y los inversores serán muy sensibles a cualquier problema que puedan causar las vacunas, ya que hasta ahora se están mejorando todas las previsiones anteriores”, explica.
Para el analista de Gesconsult, el próximo año será también “de transición” en el que las compañías y la macro tienen que ejecutar todo lo que ha sido puesto en precio en los últimos meses con la vacuna”.