15.000 conductores y 30 kilómetros de atasco en el colapso del Canal de la Mancha
El Reino Unido, aislado por el temor a la mutación del virus
La Gran Niebla se acerca a Downing Street, mientras Boris Johnson se refugia en sus invocaciones a Churchill, con la esperanza de correr con la misma suerte de su predecesor durante la tempestad de 1952. Pero esta vez no es el hollín lo que agobia a los británicos. A la inevitable cuenta atrás para un Brexit sin acuerdo comercial, que entra en vigor en ocho días, se sumó este lunes el aislamiento de una veintena de países europeos al Reino Unido ante el temor de la propagación de la nueva cepa del coronavirus identificada en el territorio británico.
El caos se mide en los 30 kilómetros de camiones retenidos a ambos lados del Eurotúnel. El puerto de Dover, en el condado de Kent, es testigo de los 15.000 conductores que se han quedado varados, según la Federación Nacional de Asociaciones de Transportistas de España (Fenadismer), después de que Francia anunciara el cierre de las fronteras durante 48 horas desde la madrugada de este lunes. De ellos, unos 1.000 son españoles, de acuerdo con la organización.
El bloqueo de las arterias viales se ha visto agudizado con la parálisis áerea de los vuelos provenientes de Reino Unido. Ante al embotellamiento, la Comisión Europea ha pedido este martes a los países de la Unión Europea mayor coordinación en su respuesta a la nueva cepa de coronavirus detectada en Reino Unido y que levanten las prohibiciones de vuelos y trenes para asegurar que se pueden realizar viajes esenciales y que no se corta la cadena de suministros.
“Desde que los franceses dijeron —de un modo algo sorprendente— que iban a detener el tráfico de camiones, no solo el paso de pasajeros, el Gobierno se puso en contacto con el Foro de Resistencia de Kent, que ya está habituado a planificar la respuesta en este tipo de circunstancias”, afirmó ayer el ministro británico de Transportes, Grant Shapps. La organización público-privada fue creada para preparar la logística del Brexit, que enfrentará desde el 1 de enero la gestión de los 10.000 camiones que cruzan diariamente la frontera del Reino Unido.
Pero los planes de contingencia se han adelantado por el acecho de una nueva cepa del virus, con una capacidad de transmisión hasta un 70% superior a la conocida hasta ahora, que ha dejado al Reino Unido aislado antes del pistoletazo de ruptura con la UE. Por ello, el Gobierno británico también ha acondicionado el aeropuerto de Manston para funcionar como un gran aparcamiento capaz de abrigar a unos 4.000 camiones en Kent, el mismo condado donde comenzó a surgir con fuerza la variante del virus, según el alcalde de la localidad, Roger Cough.
La clausura inesperada del Túnel del Canal de la Mancha afecta sobre todo la exportación de bienes como pescados y mariscos desde Escocia hacia Europa.
James Withers, CEO de Scotland Food and Drink, asegura que hay más de 100 camiones cargados de marisco preparados para cruzar la frontera con la UE antes de Navidad, hacia los mercados mayoristas en Francia y España. Por ello, advierte de que la demora en el trayecto conlleva a la pérdida inevitable de los productos frescos.
La desesperanza recorre el ánimo de los camioneros. Javier Laredo, un conductor español, aseguró a Efe que aún si abren la frontera este martes, no llegaría a tiempo para entregar la mercancía que debe descargar en Quer (Guadalajara), el jueves, debido a las largas colas que ya se han formado en el puerto de Dover. Confía, menos aún, en pasar Navidad con los suyos en Granada.
El pánico en la despensa
El bloqueo en los accesos al Eurotúnel también pone en la cuerda floja la importación de alimentos para los supermercados británicos, ya precavidos ante el posible pánico de los consumidores a la espera de un Brexit enemistado.
Aunque algunas mercancías todavía pueden entrar desde Francia, pocas empresas de transporte están dispuestas a enviar a sus conductores a través del territorio británico si no tienen garantías de que pueden regresar a la UE en un periodo de tiempo conveniente. Así lo señala Andrew Opie, director de alimentación y sostenibilidad del British Retail Consortium. “El cierre fronterizo desde Francia plantea dificultades en la importación de productos claves para el Reino Unido durante los días navideños”, explica Opia.
La cadena británica de supermercados Sainsbury’s aseguró que si Francia mantiene la decisión de cerrar la conexión con el Reino Unido, se hará notar en los próximos días la escasez de productos frescos como lechugas, coliflores, brócoli y frutas cítricas. “Son de los productos más importados estos días desde el continente”, afirmó un portavoz de la cadena.
Con el temor de que el cordón sanitario desde Europa reduzca aún más el suministro, los británicos aceleraron ayer las compras en los supermercados para abastecerse para Navidad. Grandes colas serpenteaban las tiendas de Sainsbury’s y otras cadenas como Tesco, Waitrose, Aldi y Lidl. La carne y la leche se agotaron en algunos supermercados, pero otras compras tradicionales como frijoles y pasta superaron el nerviosismo de los consumidores.
Por ahora, las fronteras permanecen cerradas, tanto para el transporte como para un Brexit conciliado.
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