La inversión para capturar dividendos vuelve a escena
Con los bajos tipos de interés, esta estrategia se vuelve una interesante fuente de ingresos extras
"Las empresas que tienen una política de retribución al accionista constante y sólida están demostrado que acaban teniendo un buen comportamiento bursátil", explica Antonio Rodríguez Rico, gestor del fondo Baelo Patrimonio, un vehículo de inversión que tienen en cartera compañías que lleven muchos años sin reducir el pago de dividendos.
Lo cierto es que el coronavirus ha puesto a muchas compañías contra las cuerdas. Con desplomes de los ingresos y beneficios y gran incertidumbre sobre el negocio, los directivos han tenido que revisar la retribución a los accionistas. De acuerdo con un informe elaborado por la gestora Janus Henderson, el reparto mundial de dividendos en 2020 va a caer alrededor de un 18% respecto al año anterior, hasta niveles de 2016. Los sectores más afectados por estas caídas han sido los de las aerolíneas, hoteles, reservas (donde la mayoría de compañías han entrado en pérdidas), además del sector financiero, en el que el Banco Central Europeo y otros reguladores han pedido a las entidades que pospongan los dividendos para priorizar su solvencia. También los fabricantes de automóviles, las empresas de moda y las de ocio han recortado significativamente los pagos.
Mejoría
Después de los difíciles segundo y tercer trimestre de 2020, las caídas de dividendos se han moderado durante la última recta del año. De acuerdo con los cálculos de Janus Henderson, la normalidad volverá en los pagos de cupones por parte de empresas a finales del primer trimestre de 2021. Es decir, justo un año después de desatarse la pandemia.
En el sector bancario, el BCE ya ha dado a entender esta semana que permitirá que las entidades más solventes retomen el pago al accionista. En el asegurador, compañías como Mapfre o Catalana Occidente han mostrado su interés en volver al pago del cupón antes de que acabe el año.
Estrategia
A la normalización en los pagos de dividendos se une un factor adicional: los bajísimos tipos de interés en la deuda pública y corporativa, que se espera que se mantengan durante años. "A medida que cae la rentabilidad de los bonos, la búsqueda de ingresos se intensificará y los inversores pueden considerar la posibilidad de pasar de la deuda a la renta variable", explican desde la firma británica Schroders. Esta transición conlleva riesgos adicionales, puesto que la Bolsa es mucho más volátil que la renta fija, pero la rentabilidad por dividendo "cada vez es más atractiva", apuntan.
La inversión por dividendo se basa en adquirir una cartera de acciones de alta calidad, con una política de retribución al accionista generosa y sostenible, para mantenerlas durante años e ir cobrando los cupones como una fuente de ingresos extras. "A la hora de construir una cartera de inversión por dividendos los inversores deben tener cuidado de no comprar empresas que están baratas por motivos justificados. Es importante analizar los pagos de dividendos previstos de una empresa a la vez que su solidez financiera", apuntan desde Schroders.
¿Y qué rentabilidad por dividendo se puede conseguir? En Europa el retorno previsto para los próximos 12 meses será del 3,1% (solo por el cobro de dividendos y al margen de si la cartera de acciones se revaloriza o se devalúa). Invirtiendo en bonos de compañías de alta calidad, la rentabilidad esperada, según los cálculos de Schroders, es del 0,6%. El retorno por dividendo en las acciones británicas es aún superior, del 4,4%. En cambio, en la Bolsa de Estados Unidos (donde las compañías suelen preferir recomprar acciones antes que pagar dividendos), la rentabilidad esperada es solo del 1,8%.
"En Estados Unidos hay empresas que llevan décadas manteniendo o aumentando el pago al accionista", recuerda Antonio Rodríguez Rico.
La agencia S&P lanzó en 2005 el índice S&P 500 Dividend Aristocrats en el que se incluyen solo aquellas compañías que han estado más de 25 años aumentando su dividendo. En la actualidad hay 65 compañías, 30 de las cuales llevan más
de 50 años con estos estándares. Durante los últimos 10 años, la rentabilidad media del citado índice ha sido del 11%, ligeramente superior a la del índice general (el S&P 500), pero con menos volatilidad. Entre estos aristócratas hay compañías como la teleco AT&T, la petrolera ExxonMobil o el fabricante de maquinaria Caterpillar.
También hay una versión europea de este índice, que incluye a firmas como la aseguradora Allianz, las españolas Red Eléctrica y Enagás, la petrolera Total o la francesa Sodexo. En los últimos cinco años, este índice se ha revalorizado casi un 3% de media anual.
Fondos
La necesidad de buscar fuentes recurrentes de ingresos que sustituyan a los menguantes cupones de la renta fija ha hecho que cada vez haya más fondos que siguen una estrategia de inversión por dividendos. También se han popularizado los fondos cotizados (ETF) de bajo coste que replican la evolución de índices como el mencionado S&P 500 Dividend Aristocrats. Además, algunos de estos fondos tienen políticas de reparto y, dos o tres veces al año, pagan un cupón a los partícipes.
Uno de los fondos de dividendos más populares es el Fidelity Income (+8,84% de retorno medio en los tres últimos años). En cuanto a fondos cotizados, destaca el Vanguard FTSE All-World High Dividend Yield.