Powell es el jefe de la Fed que todo presidente de EE UU querrá
Seguirá con su política ultraflexible, por lo que es probable que lo designen para un segundo mandato
El puesto de trabajo de Jay Powell probablemente estará a salvo del resultado de las elecciones presidenciales de Estados Unidos. El presidente de la Reserva Federal va a seguir con la política monetaria ultraflexible en los próximos años. Eso pondrá fácil al presidente del país designarlo para un segundo mandato.
Donald Trump solía tuitear quejas sobre Powell todo el tiempo, diciendo que otros países tenían tipos de interés más bajos y que la política monetaria ligeramente más estricta de la Reserva Federal estaba frenando la economía americana.
Pero se ha callado al respecto durante la pandemia. No es de extrañar: Powell y sus colegas han reducido los tipos de interés a casi cero y están apoyando a los mercados financieros en un esfuerzo por minimizar el daño económico.
Joe Biden no pondría objeciones a la respuesta de la Reserva Federal al Covid-19. Y le convendría aprovechar al máximo la continuidad donde pueda encontrarla, ya que es posible que quiera reemplazar a muchos de los funcionarios que Trump ha instalado en el Tesoro y en otros cargos económicos.
Al mismo tiempo, el ocupante del Despacho Oval necesitará que la Reserva Federal le ayude a garantizar que los costes de los préstamos no aumenten debido al fuerte gasto federal para contrarrestar las pérdidas de empleos y el daño empresarial causado por la pandemia.
Washington tuvo un déficit de 3,1 billones de dólares en el año fiscal hasta septiembre, según el Departamento del Tesoro, más del doble del récord anterior. La proporción de la deuda de la nación con respecto al PIB estaba en camino de alcanzar el 98% en septiembre, según la Oficina Presupuestaria del Congreso, y podría aumentar a casi el 200% para 2050. La Reserva Federal podría tener que comprar más deuda soberana para prevenir la indigestión del mercado. Powell ya está en ese camino.
Los republicanos solían favorecer la disciplina fiscal, pero en estas circunstancias incluso Trump podría aficionarse a lo que se conoce como teoría monetaria moderna, la idea de que los Gobiernos que imprimen su propio dinero pueden y deben gastar lo que quieran siempre y cuando esté alimentando el crecimiento económico y el empleo productivo. Biden ya es un converso parcial, y colocó a Stephanie Kelton, defensora de la Teoría, en un grupo de trabajo que en julio presentó 110 páginas de recomendaciones políticas.
Con el demócrata hay un área que mejorar en colaboración con la Reserva Federal que Trump no comparte: el foco en la equidad racial. Tanto el grupo de trabajo de Biden como el banco central lo tienen en la agenda. Powell ha indicado que la Fed dejará que la economía se recaliente durante más tiempo para que la mejora de las condiciones llegue a los desfavorecidos trabajadores negros y otras minorías.
Es parte de un nuevo y supersolícito modelo de banco central estadounidense que ni Donald Trump ni Joe Biden probablemente querrían cambiar.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías