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El bloqueo a los dividendos de banca ha pasado la fecha de caducidad

Las deudas incobrables tendrían que ser el doble de malas de lo previsto para que haya que recurrir al capital

Sucursal de Natwest en Wimbledon (Londres).
Sucursal de Natwest en Wimbledon (Londres).Hannah Mckay (REUTERS)

Andrea Enria y Sam Woods acertaron al impedir en marzo que los bancos pagaran dividendos. Cuando golpeó la pandemia, los supervisores principales del Banco Central Europeo y el Banco de Inglaterra, respectivamente, mantuvieron en lugar de eso el capital en los balances de los prestamistas. Esa política se ha quedado desactualizada.

La rápida acción de los reguladores impidió que los grandes prestamistas de la zona euro pagaran unos 30.000 millones de euros a los accionistas conforme a las ganancias de 2019, según nuestros cálculos. Las medidas de emergencia fueron necesarias, ya que los confinamientos nacionales privaron de efectivo a las empresas, al tiempo que los mercados crediticios se colapsaban. A los supervisores también les preocupaba que las desenfrenadas pérdidas crediticias pudieran hacer estallar un agujero en las reservas de capital de los bancos.

Siete meses después, estos temores se han desvanecido. El aumento inicial de la demanda de crédito bancario fue fugaz. Los mercados de bonos se reabrieron rápidamente para las grandes empresas, apoyados por una generosa flexibilización monetaria de los bancos centrales. Las empresas no financieras de la zona euro emitieron 119.000 millones de euros de títulos de deuda en abril, según los datos del BCE, cerca del doble de la media mensual del año anterior. Los mercados de capital del Reino Unido estuvieron igualmente boyantes.

Las ganancias y el capital de los bancos también se mantuvieron mejor de lo que se temía. NatWest, por ejemplo, informó el viernes de un fuerte ratio de capital ordinario de nivel 1 (CET1) del 18,2%, a pesar de que el prestamista británico controlado por el Estado ha tomado fuertes provisiones para la deuda incobrable este año. Esa tendencia debería continuar.

Los miembros del Euro Stoxx Banks Index y los cinco mayores prestamistas británicos generarán en conjunto en 2020 y 2021 el doble de beneficios antes de provisiones de lo que reservarán para préstamos dudosos, según las estimaciones medianas de Refinitiv. En otras palabras, las deudas incobrables tendrían que ser el doble de malas de lo esperado antes de que los bancos recurran al capital.

Por lo tanto, Enria y Woods pueden permitirse el lujo de abandonar su prohibición general de dividendos. Sin embargo, aún deben poner algunas condiciones. Una precaución sería restringir los pagos a los prestamistas cuya ratio CET1 sea inferior a 2 puntos porcentuales por encima del mínimo reglamentario. Esa es una regla empírica que la mayoría de los consejeros delegados de los bancos siguen informalmente de todos modos.

La otra salvaguardia es exigir a los bancos que pagan dividendos que sigan haciendo crecer sus libros de préstamos, asegurándose de que las recompensas para los accionistas no se produzcan a expensas de una crisis de crédito.

Las restricciones de la crisis fueron toscas pero necesarias, mas los bancos y sus clientes están en mejor forma ahora. Es hora de un enfoque más matizado.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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