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En colaboración conLa Ley
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¿Qué serie sobre abogados y bufetes refleja con más realismo la profesión?

Los dramas legales han ido incorporando a las historias factores diferenciadores

Imagen del elenco de la serie Suits.
Imagen del elenco de la serie Suits.

El mundo de los bufetes de abogados y los casos que defienden han nutrido los guiones de numerosas series de ficción, desde la española Turno de Oficio (1986), rodada en los juzgados de Plaza Castilla, hasta la exitosa Cómo defender a un asesino. Lo cierto es que son principalmente las ficciones americanas las que, a través de sus tramas, han conformado una determinada imagen de los profesionales del Derecho para miles de espectadores. Pero, ¿es realmente así el trabajo de los abogados?

Jóvenes estudiantes

Las facultades de Derecho en España quizá se parezcan poco a las aulas de Cómo defender a un asesino. Este thriller judicial gira en torno a una brillante profesora de Derecho penal que se ve envuelta en la resolución de un complot de asesinato junto con cinco de sus más inteligentes y ambiciosos estudiantes. El misterio, los continuos giros argumentales y la caracterización de los personajes son parte de la base de su éxito. Sin embargo, en opinión de José Luis Luceño, profesor del área jurídica de Loyola Másteres y experto en series y Derecho, precisamente por ello “carece de veracidad”. Según destaca, “en España los alumnos rara vez pueden colaborar en sus prácticas con los profesores”. No obstante, “es interesante ver el esfuerzo y la competencia entre ellos por lograr que sus profesores o mentores los elijan sobre sus compañeros”.

En lo relativo al proceso penal, la serie es deudora del sistema procesal estadounidense, "donde el papel del jurado, la actuación en sala del abogado o la aparición de testigos sorpresa son elementos diferenciadores del nuestro".

La vida en una gran firma

En The Good Wife, su protagonista, Alicia Florrick, vuelve a trabajar como abogada después de que su esposo, fiscal del condado, sea encarcelado por corrupción. Este drama, en el que se entremezcla la política, la familia y las relaciones humanas, “narra con una precisión excepcional la vida en una gran firma en Chicago”, afirma Luceño. Contribuye a mostrar determinados aspectos de la profesión, como la actuación en sala o la preparación exhaustiva de los casos, “a la vez que enseña sus claroscuros”. Las tensiones y competitividad entre los juniors y los asociados para llegar a convertirse en socios, la toma de decisiones.., “en definitiva toda esa hoguera de las vanidades que rodea el mundo de las firmas legales”. Del otro lado, ofrece una clara visión ética de la profesión, “realzando los valores de justicia e igualdad que debemos defender los letrados”.

Uno de los atractivos de la serie es que cada capítulo se dedica a un caso real de los tribunales de EE. UU., cubriendo a la vez una función divulgativa que elogia Pepa Blanes, jefa de Cultura de la Cadena SER. “Es muy interesante porque trata temas de actualidad desde el punto de vista jurídico y permite al ciudadano comprender la terminología y matices de la profesión”, opina. Sin embargo, “luego ves Courtroom 3H, un documental sobre un juzgado de menores, y el contraste es brutal”.

El éxito y su contrario

El glamur que acompaña a los letrados en la serie Suits tiene su contrapunto en Better call Saul, en la que su protagonista, Saul Goodman, comienza siendo un abogado mal pagado que vive en la trastienda de un salón de belleza que hace de oficina.

En Suits, Harvey Specter, un exitoso letrado de un bufete de Nueva York, contrata como ayudante a un joven brillante al que ayuda a ocultar que está ejerciendo sin licenciatura. La figura del abogado experto como responsable o mentor del junior, opina Luceño, “está muy conseguida desde el punto de vista dramático, pero se aleja de la realidad”.

Saul Goodman, en cambio, “encarna como nadie esa idea del abogado trilero, estafador y cínico”, comenta Manuel Rodríguez, codirector de la plataforma Cámara Cívica. Cansado de malvivir, utiliza sus habilidades para defender a narcotraficantes. No en vano se trata de un spin-off de Breaking Bad. La serie muestra cómo "Jimmy McGill, ese abogado fracasado y atravesado de conflictos, se va convirtiendo en el descarnado e histriónico Saul Goodman". Para Rodríguez, politólogo y letrado, representa la figura del operador jurídico “que conoce tan bien el Derecho que sabe incluso cómo usarlo contra el sistema”. Este abogado, “manipulará la realidad para ganar un caso, ya que su éxito no depende de ser un gran jurista, sino un showman”. “Saul es la prueba de que la ley sin ética no sirve a los intereses generales, sino que puede ser utilizada por los criminales para seguir con sus actividades perversas”, sentencia.

Abogados españoles

Lex, protagonizada por Javier Cámara, Nathalie Poza y Santi Millán en 2008, es una de las series que reflejan con más fidelidad cómo es un juicio en nuestro país. “El proceso de documentación sobre cómo se realizan los juicios y vistas en España es bastante acertado”, opina el abogado Enrique Rodríguez, colaborador de Cámara Cívica. A pesar de pequeñas licencias, “como un capítulo en el que Javier Cámara hace su informe de conclusiones caminando por la sala de vistas”, plasma, en general, la vida diaria de los juzgados. "Llama la atención que hasta diferencian las distintas fases de un proceso penal, como la instrucción y el juicio oral y, dentro de este último, las fases de prueba y conclusiones definitivas", comenta.

Series de abogadas

Capítulo aparte merece el papel de las abogadas protagonistas. Comenzando por la famosa Ally McBeal (1997), “quizá una serie más cómica que de juzgados, pero que acercó al gran público el sistema del derecho anglosajón", comenta Fernando Camacho, estudiante de Estudios Ingleses e Historia del Arte y redactor de Cámara Cívica. Para el mundo cinematográfico, "es mucho más espectacular ver cómo la defensa se levanta y convence a todo el jurado de la inocencia de su cliente en el último minuto cambiando para siempre la ley (por eso es común hablar del caso x contra y en Estados Unidos), algo impensable aquí". Además, señala, hay una parte que siempre se olvida: “todo empieza porque la buena de Ally es acosada en su primer despacho por un senior del bufete… y pierde”.

Mercedes Serrato, investigadora en género e igualdad y colaboradora de Cámara Cívica, pone el acento en el cambio que ha supuesto el siglo XXI (The Good Wife, su continuación The Good Fight, Scandal...) al romper con la tendencia de situar a las abogadas como personajes secundarios. Los dramas legales, opina, han ido incorporado a las historias “factores diferenciadores como la conciliación familiar, el acoso, la discriminación salarial, cuestiones sobre la maternidad, e, incluso, las discriminaciones interseccionales que pueden confrontar abogadas negras procedentes de clases económicas desfavorecidas”. Y es que, cree, "no es que todo estuviera contado ya, simplemente es que estaba contada muchas veces la misma historia”.

Para aficionados al Derecho de empresa

 

Mad Men. Esta galardonada serie dramática, que explora la América de los 60 a través de la trama que se desarrolla en la agencia de publicidad ficticia Sterling Cooper, en la Avenida Madison, Nueva York, es, apunta José Luis Luceño, “un buen ejemplo para el conocimiento de los contratos publicitarios”. También refleja algunas enseñanzas desde el punto de vista societario. A través de sus siete temporadas, la mercantil es absorbida hasta en dos ocasiones “con sus consiguientes cambios en el capital, denominación social, o en su estructura de órganos de gobierno”. Una curiosidad: el término mad men proviene del argot que los publicistas usaban para referirse a ellos mismos en la década de los 50.

 

 

StartUp. En formato thriller, la serie gira sobre la creación de una empresa de criptomoneda, 2.0. GenCoin, financiada con dinero ilícito. La ficción narra todas las vicisitudes por las que discurre el nacimiento de una empresa tecnológica “desde su fundación, a la búsqueda de socios, las luchas por el control y los pactos, la protección de los activos intangibles como las patentes o derechos de propiedad industrial, hasta la salida a los mercados de capitales”, explica Luceño. El jurista la recomienda para estudiantes y profesionales “que quieran visualizar las singularidades de estas compañías y el ecosistema financiero-jurídico que las rodea”.

 

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