Por qué la innovación sigue siendo la asignatura pendiente
La pandemia ha aflorado las deficiencias en esta materia, clave para un nuevo modelo productivo
Reimaginar una empresa significa hacerlo desde el prisma de la innovación. Con esta frase arrancó su intervención Ángeles Delgado, presidenta de Fujitsu España, en una mesa redonda sobre la innovación como reto de las empresas dentro del Congreso de Directivos CEDE, organizado esta semana por la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos en el Palau de les Arts en Valencia, en la que participó la exministra de Ciencia e Innovación y presidenta de la Fundación Cotec, Cristina Garmendia, quien defendió un modelo de cambio productivo en España, aprovechando la actual emergencia sanitaria.
“Tenemos que evolucionar hacia otro modelo de país, y la innovación es un agente imprescindible para el cambio”. Para ello, aseguró, es necesario saber de dónde se parte, y, en su opinión, los cimientos tienen algunas fisuras. “Venían tendencias, que se estaban atendiendo, pero no de una manera clave, y creo que hay tres tendencias que no hemos sabido entender”, señaló Garmendia.
En primer lugar, el cambio en el flujo de información hacia soportes digitales, el cambio en la materia prima y energía hacia una economía circular y el cambio en la inversión hacia estos intangibles basados en el conocimiento. “Tenemos que ver cómo las pymes se preparan para el cambio, además hemos visto la falta de digitalización de la sanidad”, detalló la directiva. “Debemos girar hacia la circularización de la economía; las cadenas de suministros globales actuales tienen sus consecuencias y eso nos ha llevado a tener ciertas carencias”, durante los meses más duros de pandemia, por lo que “necesitamos una industria circular que nos dote de capacidad para tener posibilidades de suministros”. Garmendia también hizo hincapié en la importancia de las “inversiones intangibles como son la formación, el I+D, que no se miden en la contabilidad, pero que son las que dotan de competitividad a las instituciones y empresas. Hay que captar y proteger el talento y los activos inmateriales”.
A su lado se encontraba Ángel Simón, vicepresidente ejecutivo del grupo francés Suez, especializado en tratamiento de aguas, gestión de residuos y mantenimiento, quien también dejó claro que “la innovación debe formar parte del negocio, pero no solo es innovación la parte tecnológica, sino que debe formar parte de la actividad, hemos de hacerla cada día en nuestro trabajo”. Y esta se podrá agregar, añadió, “si se incorpora al proceso, si hay investigación que depende de acuerdos público-privados”. Porque si en algo cree es en la colaboración en red, y la plataforma que atrae y difunde esa innovación es la digitalización.
En el día a día
En este sentido, aseguró que el Covid-19 le ha permitido, por ejemplo, a Suez reafirmarse en “la apuesta en la innovación, que es un concepto integral. De un día para otro hemos puesto a prueba nuestro sistema de innovación. Y esta se construye cada día en un negocio”, remarcando que es lo que hace posible que la compañía tenga 160 años de historia. Porque si algo le ha enseñado esta pandemia es que “esa capacidad de innovar continuamente durante tanto tiempo es lo que nos ha permitido ahora poder desarrollar nuestro trabajo y dar servicio a toda la gente”.
La labor social de la empresa fue otro de los aspectos que destacó Simón durante su intervención. “También hemos tenido que hacer innovación social. No podemos dejar a nadie sin agua. La empresa debe ser un actor social, su capacidad de acción en la sociedad cada vez es más importante”.
Garmendia fue clara a la hora de asegurar que la capacidad digital “de nuestro sistema sanitario es muy deficiente. Y tenemos una gran brecha de desigualdad entre comunidades autónomas. No tenemos calidad en los datos que manejamos y esto no se improvisa de la noche a la mañana. Necesitamos urgentemente digitalizar el sistema nacional de salud”.
La presidenta de la Fundación Cotec destacó que todas las carencias han salido a flote en esta pandemia, y ahora es el momento de trazar la hoja de ruta para la recuperación de la economía española. “Es el momento de señalar y analizar los fundamentos del país, que son cuatro más uno, como son sus capacidades educativas, sanitarias, tecno-científicas e industriales. Tenemos brechas en cada uno de ellos, y a la que hay que añadir otro fundamento, como es más capacidad política para abordar el momento”. Porque confinar a los estudiantes, apuntó, ha tenido un saldo negativo en términos de aprendizaje. “Se ha generado una brecha importante sobre todo con los colectivos más vulnerables. Además, el 50% de los docentes no está preparado para enseñar online”, opinó.
Dentro del proceso de innovación, Simón quiso incluir en este capítulo otra prueba más de la capacidad de innovación de algunas empresas, como la suya: “con el teletrabajo pasamos del 20% al 100%, y esto fue posible a que el país tenía esa red tecnológica, a la vez que dábamos protección a los trabajadores, establecíamos turnos, hubo cambio de procesos sin que el usuario lo percibiese”.
En cuanto a esa capacidad de reacción y de innovación, el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, destacó que gracias a la pandemia lo digital y lo analógico están unidos, y “la digitalización se ha acelerado entre tres y cinco años. No vamos a volver a cómo estábamos antes de la pandemia, porque la digitalización ya no es una opción, sino una propuesta”, explicó ante los 400 directivos inscritos en el Congreso de la institución que preside Isidro Fainé.
Para el presidente de Deloitte, Fernando Ruiz, el déficit de skills en los trabajadores es un auténtico reto en este momento”. Por esa razón, según Álvarez-Pallete, “hemos de pensar en toda la cadena de educación, formación profesional, en la que creo, para capacitar profesionalmente a nuestros jóvenes, en las humanidades para gestionar la tecnología...”. Porque, según datos de la OCDE, un tercio de los puestos de trabajo actuales necesitarán de reciclaje profesional.
Recetas para una crisis
Deberes pendientes. El presidente de la Fundación CEDE y la Fundación La Caixa, Isidro Fainé, fue claro durante su intervención en el XIX Congreso de Directivos CEDE: “Hemos comprobado, con cierta frustración, lo que ya sabíamos: que antes de la crisis, no habíamos hecho todos los deberes para construir una economía: sólida, flexible y, por tanto, resiliente, como las de algunos países del Norte de Europa”. En su opinión, “hemos entrado en una década que estará marcada por la transformación digital; que los ciudadanos del mundo teñirán de verde en el marco de la lucha contra el cambio climático; que será testigo de transformaciones profundas en los hábitos y formas de consumo de los clientes; y que requerirá el compromiso de todos para conseguir un modelo más justo socialmente”. Por tanto, “necesitamos exprimir la creatividad; mejorar la productividad; y reforzar la vocación de servicio para superar la cruda realidad”.
Austeridad. Para Carlos Slim, fundador del Grupo Carso, que intervino por vía telemática, la clave está en “favorecer el desarrollo humano y la formación dentro de la empresa, mantener la austeridad en tiempos de bonanza, evitar graves ajustes en las épocas de crisis, ser productivos y reinvertir”.
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