Pullmantur presenta concurso para todas sus filiales y ultima un ERE
Los trabajadores acusan a Royal Caribbean de liquidarla con ayudas públicas. Los despidos afectarán a 350 empleados, el total de la plantilla.
La empresa de cruceros Pullmantur se acerca cada vez más al abismo. Tras presentar concurso por dos de sus filiales (Pullmantur SA y Pullmantur Cruises SL) a principios de verano, fuentes cercanas a la compañía confirman que todas las sociedades que integran Pullmantur, tanto la matriz como las diez filiales, incluidas las radicadas en Malta, Bahamas o Brasil, también han presentado concurso de acreedores y que la compañía ultima un expediente de regulación de empleo (ERE), que afectará al 100% de la plantilla, compuesta por 350 trabajadores. El ERE se tramitará dentro del concurso y se resolverá "entre finales de octubre y primeros de noviembre".
Tal y como adelantó Cinco Días, la firma fue desalojada a finales de septiembre del edificio de oficinas que ocupaba en el Campo de las Naciones en Madrid por impago del alquiler y en la actualidad ocupa varias salas en el Edificio Regus, situado en la misma zona, "habilitado en exclusiva para las reuniones con el administrador concursal", tal y como reconocen fuentes cercanas a los trabajadores. La última esperanza que albergaban los empleados era la presentación de un plan de viabilidad de la compañía que, en su opinión, "no existe y es una estrategia para ganar tiempo". Un extremo desmentido por el consejero delegado de Pullmantur, Richard J. Vogel, que asegura que la compañía "está trabajando incansablemente en la elaboración de un nuevo plan de negocio que suponga la vuelta a la operación y que avale la viabilidad de la compañía".
Una frase que choca directamente con el desmantelamiento de la compañía. Dos de los tres barcos de la flota de Pullmantur ya han sido desguazados en Turquía y el tercero está atracado en Grecia a la espera de también ser achatarrado. Al estar todos los barcos que operaban fuera de servicio, Vogel recalca que "se están evaluando las diferentes oportunidades disponibles en el mercado para encontrar aquellas que se adapten a las características de nuestros clientes y producto". La promesa de Royal Caribbean, uno de los dos grandes accionistas de la firma con un 49% del capital (el otro 51% está en manos del fondo Springwater) de renovar el barco Grandeur of the Seas para integrarlo posteriormente en Pullmantur tampoco saldrá adelante.
El dedo acusador de los empleados se dirige contra Royal Caribbean, a la que responsabilizan de urdir un plan, que arrancó en 2016 con la venta del 51% del capital al fondo Springwater, para dejar caer la compañía. "Con esta venta simbólica por un euro, Royal Caribbean se aseguraba poder sacar a la deficitaria Pullmantur de sus balances, según la normativa de la SEC americana, pero manteniendo el control operativo sobre la misma e ingresando efectivo por los contratos de servicios y mantenimiento de unos barcos cuyo valor en el mercado sería exclusivamente el de desguace".
Una supuesta estrategia que ha culminado, según los trabajadores, con la crisis sanitaria del coronavirus. "En dos meses han hecho lo que no hicieron tras catorce años en pérdidas: un ERTE de fuerza mayor para 328 empleados, el cierre de la oficina en Colombia, el concurso de acreedores de dos empresas en junio y el desguace de los tres barcos. La respuesta esta probablemente en las ayudas públicas, con reducción de cotizaciones a la Seguridad Social, el pago de nóminas por el SEPE y los créditos del ICO para resolver tensiones de tesorería. Todo ello para declarar la insolvencia e intentar no pagar las indemnizaciones a los empleados que queden".
En las últimas cuentas depositadas en el Registro Mercantil, correspondientes al año 2018, Pullmantur se anotó una facturación de 343 millones de euros, de los que 294 millones fueron por la venta de cruceros. En ese ejercicio, las pérdidas acumuladas durante doce años (23,8 millones solo en 2017) se convirtieron en un beneficio de 29,5 millones. La clave estuvo en la reversión parcial del deterioro experimentado por el inmovilizado material de Pullmantur desde 2006, que se tradujo en una inyección de 34,3 millones de euros.
Cara y cruz en la industria de cruceros en Europa
Costa Cruceros. La marca de la estadounidense Carnival en Italia retomó su actividad el pasado 6 de septiembre con la embarcación Costa Deliziosa, que partió de Triestre en un itinerario por varios puertos italianos en exclusiva para cruceristas italianos. Dos semanas después regresó el Costa Diadema, cuyo primer viaje partió de Génova, con parada en Civitavecchia/Roma, Nápoles, Palermo, Cagliari y La Spezia. Finalmente, el Costa Smeralda, el primero de la flota propulsado por gas natural licuado, reanudó sus viajes el 10 de octubre desde Savona, también solo para italianos. La compañía prevé reactivar su recorrido semanal por Italia, Francia y España a partir del 14 de noviembre. Para ello tendrá que negociar con los gobiernos francés y español para la aplicación de los protocolos de seguridad.
Norwegian Cruise Lines. La compañía Norwegian Cruise Line Holdings, que opera las marcas Norwegian Cruise Line, Oceania Cruises y Regent Seven Seas Cruises, anunció a principios de octubre la extensión de la suspensión de sus viajes hasta el 30 de noviembre para sus tres marcas de cruceros. "La compañía continuará trabajando conjuntamente con los gobiernos y las autoridades de salud pública locales, y con el equipo de expertos internacionales del Healthy Sail Panel, a fin de tomar las medidas necesarias para proteger a sus pasajeros, tripulación y las comunidades visitadas", recalcó en un comunicado.