El coronavirus pone nuevos deberes a las empresas
Las exportaciones no serán en esta ocasión un salvavidas para que salgan adelante las compañías
Tres son las claves que manejan las grandes compañías españolas para salir reforzadas de esta crisis sanitaria y económica. La primera es resistir al choque brutal que ha supuesto una pandemia de cuya evolución sigue dependiendo el ciclo económico. La segunda, adaptarse a la nueva realidad. Y la tercera, reinventarse y buscar un nuevo tipo de negocio basado en la innovación y la transformación digital.
De la conjugación de estos tres verbos, y dependiendo del sector y la situación concreta de cada empresa, surgen tendencias comunes que expertos y consultoras señalan: habrá reestructuraciones, adquisiciones y fusiones, y el impacto en el empleo será negativo.
La transformación digital, la innovación y la formación de nuevos perfiles laborales, las principales estrategias
Otras de las tendencias que apuntan los expertos como consecuencia del Covid-19 son la refinanciación de la deuda; que el teletrabajo ha venido para quedarse; que las exportaciones no serán en esta ocasión un salvavidas; la transformación digital y la formación serán imprescindibles, y los fondos europeos serán esenciales.
En el corto plazo tienes que “salvaguardar la integridad de tu negocio”, explica Ignacio Rel, socio director de consultoría en EY. O, como dice José Ramón Pin Arboledas, profesor en la escuela de negocios del IESE: “Sin caja no hay paraíso”.
Habrá fusiones, adquisiciones y el impacto en el empleo será negativo
Esto ha llevado a algunas sociedades, tras superar esta primera fase, a trabajar para el medio plazo y adaptarse a la nueva realidad: planes de reestructuración que dejarán huella en la financiación y el empleo. Rel opina que será necesario “acudir a una segunda ola de financiación”, si la recuperación se alarga. En este sentido, la economista jefa del Banco Mundial, Carmen Reinhart, ha asegurado que la renta per cápita de niveles precrisis no se recuperará hasta dentro de cinco años. Pin Arboledas aconseja, en esa misma línea, acudir a créditos para refinanciarse “debido a que los tipos bajos de interés se van a mantener”, aunque lo desaconseja a largo plazo, “porque pueden aumentar y puedes tener un problema”.
En el empleo, ambos destacan que la introducción de las nuevas tecnologías supondrá el despido de trabajadores y la contratación de nuevos perfiles. Noelle Cajigas, socia responsable de mercados y capital de KPMG España, señala a los trabajadores de los sectores como el turismo y los servicios entre los más afectados. Otros, como Oriol Amat, catedrático de Economía Financiera y Contabilidad de la Universidad Pompeu Fabra (UPF), anima a las empresas a “innovar para seguir creciendo”, y sostiene que a las que sigan esta estrategia, “en lugar de recortar gastos y despedir trabajadores”, les irá mejor en los próximos años.
Las previsiones sugieren que el saldo entre despidos y contrataciones será negativo. El Banco de España prevé que la tasa de paro escale hasta el 20,2% en 2022 en el peor escenario. Funcas, la Fundación de las Cajas de Ahorros, calcula que a finales de 2021 habrá todavía 600.000 parados más que antes de la crisis. En cuanto al teletrabajo, hay unanimidad en afirmar que ha venido para quedarse y que afectará a otros ámbitos. Fernando Fernández, profesor del Instituto de Empresa (IE), destaca la “variación de precios” en el mercado de las oficinas, o en las viviendas, “porque la gente va a necesitar casas más grandes”.
Fusiones y fondos europeos
Santiago Fernández, socio de McKinsey España, recomienda en esta tercera etapa de reinvención “volver a ser competitivos con modelos más eficientes y digitales” dotados de “organizaciones y estructuras más rápidas y flexibles” en nuevos tipos de negocio y “acuerdos entre compañías de distintos sectores”.
Las sociedades van a moverse mucho en este aspecto. “Habrá adquisiciones de compañías. Se abre un mundo de oportunidades”, dicen desde EY; “se van a producir nuevos movimientos en el futuro próximo a través de fusiones como la de Bankia y CaixaBank”, plantea Marcel Planellas, profesor del departamento de dirección general y estrategia de Esade; Fernández, desde IE, amplía estas fusiones fuera de las fronteras nacionales: “Si nos creemos europeos, debemos tener empresas europeas”, manifiesta. Un proceso apoyado y alentado, además, por el Banco Central Europeo.
Esta mayor internacionalización de las empresas españolas no encontrará, sin embargo, en las exportaciones un camino para salir de la crisis. “Con prácticamente todos los mercados afectados por la misma pandemia”, recalcan desde KPMG, es difícil que esto ocurra.
Desde la Unión Europea va a llegar en los próximos años una lluvia de millones en forma de ayudas que todos consideran van a ser clave para los planes de reinvención de las empresas y para impulsar cambios estructurales en la economía. “Dinero para hacer esas reformas que siempre hemos querido hacer”, comenta Fernández, aunque señala los peligros derivados de los “capturadores de rentas”; o “planes para impulsar la innovación y la transformación de la economía a través de consorcios público-privados”, defiende Planellas.
Los fondos europeos, un vehículo imprescindible para la recuperación
La innovación, esa es la palanca esencial para llevar a cabo estos cambios que aduce Francisco González Bree, director del Máster en Innovación Empresarial de la Escuela de Negocios de Deusto. “Para reinventar la empresa y entender la aceleración del cambio que viene, tienes que extender la transformación digital”. Aquí incluye “repensar las formas de trabajo, reimaginar la estructura y remodelar el talento”.
Bree advierte de la oposición que hay a estos cambios en el seno de las propias sociedades, y que algunos estudios sitúan en niveles muy altos. A pesar de ello, mantiene que las empresas innovadoras tienen mejores rendimientos y mayor capacidad de adaptarse porque, “si no te espabilas, desapareces”, concluye.
Cooperar y ceder para cambiar el modelo
Compromiso. España necesita “desarrollar una mayor cultura de la cooperación” para convertirse en una verdadera economía moderna, competitiva e innovadora, considera Miguel Otero Iglesias, investigador principal del Real Instituto Elcano. Para este experto, además de aprovechar la oportunidad que supone esta crisis para cambiar el modelo productivo con un listado de reformas “en las que la mayoría de entendidos coincidimos”, hay que hacer “un cambio más profundo como sociedad”. Llegar a acuerdos, ceder, transigir y cooperar son algunos de los conceptos que aún hay que incorporar al comportamiento general. “Habría que empezar por las escuelas”, sugiere Otero Iglesias, y extenderlo después a todo el tejido social y económico, creando mecanismos que faciliten esa cooperación. El último escalón sería la política, “que debería ser un ejemplo de la cultura del compromiso”, afirma.
Colaboración. La crisis del coronavirus ha otorgado a España la oportunidad para llevar a cabo las reformas estructurales que demanda desde hace tiempo. “Ahora o nunca”, opina Pol Morillas, director del think tank Centro de Investigación en Relaciones Internacionales de Barcelona. Y añade: “Con los fondos europeos tenemos la ayuda, el apalancamiento que va a hacer posible” poner en marcha estos cambios. No obstante, Morillas cree que este trampolín es insuficiente para impulsar estas transformaciones. Tampoco son ya las mismas las recetas económicas ni los sectores que ahora están en el centro de la inversión, como la digitalización o la economía verde y sostenible. “Necesitamos la colaboración del sector público y privado para que este dinero llegue también a las pymes”, sostiene.
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