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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Los inversores se juegan mucho en las elecciones norteamericanas

Wall Street está pendiente de los sondeos y los debates entre los candidatos, aunque todo el mundo da por hecho que la economía seguirá teniendo un desempeño relevante

CINCO DÍAS

El primer martes después del primer lunes de noviembre de cada año bisiesto los norteamericanos se pasan por las urnas para decidir quién será el presidente que ocupe el Despacho Oval de la Casa Blanca durante los siguientes cuatro ejercicios. El 3 de noviembre próximo, por tanto, sabremos si el republicano Donald Trump repetirá mandato, o si será el líder del Partido Demócrata, Joe Biden, quien tomará el relevo. De cuál sea el resultado dependerá en buena parte el futuro de la economía mundial y, por tanto, la suerte de las apuestas de los inversores. En este caso más que en ocasiones pasadas, Wall Street está pendiente de los sondeos y los debates entre los candidatos, aunque todo el mundo da por hecho que la economía seguirá teniendo un desempeño relevante, y que en el peor de los casos, si las decisiones impactasen mucho en las inversiones, habría una rotación rápida del dinero buscando los mejores activos, pero con poca relevancia en los índices.

La marcha fulgurante de la Bolsa americana durante el mandato de Trump se ha interrumpido parcialmente por el vértigo que ha impuesto la pandemia del coronavirus en la economía, en un país que ha colocado la supervivencia de la actividad por delante y que encabeza los índices de mortalidad derivada del virus. Pero las bajadas de impuestos a las empresas, la posibilidad de repatriar beneficios del exterior con alivio fiscal generoso, así como la protección a la industria nativa y la defensa a ultranza de las grandes tecnológicas en la guerra abierta con sus pares chinas, han logrado uno de los periodos más prolongados de ganancias en las Bolsas, que han recuperado la pérdida ocasionada en marzo, con los valores tecnológicos marcando máximos.

Difícilmente las propuestas de Biden, en caso de ser el triunfador (tiene ventaja en las encuestas, pero eso le pasaba hace cuatro años a Hillary Clinton y perdió el pulso) alterarán el ritmo del mercado. Pero la propuesta de subir impuestos a los particulares con rentas más elevadas y a las empresas, en buena lógica, impactarán en el precio de las acciones, como impactarán en los títulos de las sociedades energéticas verdes su promesa de impulsar la lucha contra el cambio climático con un vastísimo programa de inversiones en infraestructuras energéticas y del transporte. Las farmas, por su parte, podrían también tener que encajar decisiones de recorte de precios de los fármacos, tras las políticas liberales de Trump. Cierto es que todo ello podría ser compensado con un deshielo de las relaciones comerciales en el mundo, que proporcionaría un salto en los precios de las acciones a la totalidad de las empresas. En definitiva, la economía puede ser afectada, pero la Bolsa lo encajará mejor, con un rápido reajuste de asignación de las apuestas, donde la tecnología seguirá guiando al dinero.

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