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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Elecciones en EE UU: entre la incertidumbre y el coronavirus

Los planes impositivos del candidato demócrata, Joe Biden, podrían reducir en un 9% los beneficios esperados del S&P500 para 2021

Reuters

A medida que las elecciones presidenciales en EE UU se acercan, la polémica en torno a ellas sigue aumentando. Los datos de las encuestas sugieren que el grado de implicación de los votantes es elevado, lo que podría traducirse en una considerable participación en todo el país. Es un dato interesante, si se recuerda lo estrecho que fue el resultado de los comicios de 2016, cuyo desenlace se decidió por unos centenares de miles de votos. Hasta ahora, el candidato demócrata Joe Biden ha liderado las encuestas frente al presidente Trump, pero en algunos territorios la ventaja de Biden está prácticamente dentro del margen de error. Cabe reseñar que el primer debate entre los dos candidatos probablemente no influyó mucho en la opinión de los votantes, ya que el número de indecisos en esta etapa de la carrera electoral sigue siendo bastante reducido. Los espectadores que sintonizaron con el debate, probablemente lo hicieron más por el espectáculo político que por la sustancia del mismo. Y ciertamente, parece que no hubo decepción al respecto. Marcado por frecuentes interrupciones e insultos, el caótico enfrentamiento de 90 minutos dejó una cosa muy clara: el nivel de desdén entre los dos candidatos que compiten por la presidencia. Y, a medida que nos acercamos a noviembre, solo podemos esperar que esta animosidad aumente.

En todo caso, lo que los inversores tienen que tener en cuenta es que el ciclo económico y de resultados corporativos influye al final más en los mercados que el hecho de quién ocupa la Casa Blanca. Y, lo que es más, es el Congreso (el Senado y la Cámara de Representantes) y no el presidente del Gobierno el que tiene las riendas de la Bolsa.

Si echamos un vistazo a lo que ha ocurrido en los últimos 100 años, lo cierto es que el índice S&P 500 ha exhibido un mejor desempeño bajo las presidencias demócratas. En todo caso, los mercados siempre han logrado rentabilidades sin importar qué partido controla la Administración u ostenta las mayorías en el poder legislativo. Cuando se expresa el temor a qué sucedería si hay un Congreso dividido, en el que los demócratas dominan una cámara y los republicanos, la otra, es interesante observar que el selectivo americano ha logrado unos rendimientos del 16% bajo una presidencia demócrata y un Congreso dividido.

En cambio, uno de los elementos más relevantes a valorar es que la volatilidad de los mercados está directamente correlacionada con la incertidumbre política y ahora dicha incertidumbre está en niveles máximos. Si el resultado electoral es cuestionado, la volatilidad en enseñoreará de los mercados y esta disputa daría lugar a una precipitada corrección en las Bolsas, si bien no lo vemos como una amenaza estructural a largo plazo para la salud de la economía estadounidense. En este sentido, el peor de los escenarios posibles sería el de una prolongada batalla legal para determinar quién es el ganador. Vemos una probabilidad muy baja de que esto vaya a ocurrir, pero no se puede destacar completamente.

Al mismo tiempo, en el mercado se está descontando que la victoria de Biden desembocaría en subidas de impuestos, tanto corporativos, como personales y esto seguramente sea así, pues la carga fiscal efectiva está actualmente por debajo de los niveles en los que se encontraba a comienzos de los noventa. De hecho, si se diera una ola azul, con los demócratas logrando todos los triunfos, esto tendría implicaciones fiscales y regulatorias especialmente en los sectores tecnológico y petrolero. El programa anunciado por Biden también presenta, a priori, al sector financiero como uno de los perdedores en esta mayor presión fiscal. Sin embargo, tampoco podemos olvidar que la evolución del coronavirus condicionará en buena medida la acción política. De modo que en este periodo pre-electoral, los mercados americanos se mueven entre la incertidumbre y el coronavirus.

Hemos calculado que los planes impositivos de Biden reducirían en un 9% los beneficios esperados del S&P 500 para el año 2021. Los sectores más afectados serían los de servicios de comunicación; consumo discrecional, tecnológicas, salud, industriales y financieras. Pero, al mismo tiempo, el demócrata tiene un plan de dos billones de dólares en inversiones verdes, para promocionar un Green New Deal y defender al mismo tiempo el concepto Buy American. Los candidatos a ganadores de esta nueva Administración serían sectores como la construcción e infraestructuras, las energías alternativas, solar, eólica… y también el 5G, la inteligencia artificial; biotech, vehículos limpios… De igual modo, Biden busca una aproximación más multilateral en su desafío frente a China, tratando de enrolar a sus aliados naturales, en lugar del choque de elefantes que ha caracterizado la política comercial de Trump. Estos dos aspectos compensarán parcialmente el potencial impacto negativo de las esperadas subidas de impuestos.

En términos de endeudamiento público, gran parte del proyecto demócrata es autofinanciado (vía impuestos) y realmente es el momento adecuado para algo así, ya que el coste de financiación del Tesoro ha pasado del 6%-7% en el año 2000 a estar ahora por debajo del 2%. Además, aunque el pago de intereses supera los 350.000 millones de dólares anuales (más del doble que hace 20 años), en porcentaje del PIB no llega al 2%. Por otra parte, cuando se analizan algunas de las propuestas más llamativas, como elevar el salario mínimo de 7,5 a 15 dólares la hora, conviene reseñar que ya hay 29 Estados donde el umbral mínimo es superior al límite federal. Y, de nuevo, la agenda estará condicionada por la trayectoria de la pandemia.

En definitiva, llegamos a unas elecciones cargadas de animosidad y belicosidad partidista, pero a pesar de los desafíos políticos, económicos y sanitarios las oportunidades en el mercado estadounidense prevalecerán.

Jack Janasiewicz es Portfolio Manager en Natixis Investment Managers

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