El próximo presidente de Daimler podrá arrancar su coche eléctrico
La renuncia de Dieter Zetsche al consejo de supervisión da la opción de traer a alguien de fuera con ideas nuevas
El acogedor tiovivo del gobierno corporativo de Alemania ha sufrido una bienvenida avería. El exconsejero delegado de Daimler Dieter Zetsche dijo el domingo que renunciaría a ser presidente del fabricante de automóviles de 49.000 millones de euros después de las protestas de los inversores. Dado que sus planes de vehículos eléctricos se están rezagando respecto a sus rivales, Daimler podría beneficiarse de colocar un extraño al volante.
Hace más de una década, Zetsche, que luce un característico bigote de morsa, actuó en una serie de anuncios surrealistas que promocionaban los beneficios de la desafortunada unión de Daimler con el fabricante de automóviles Chrysler usando el eslogan Pregúntale al Dr. Z.
En una rara victoria para la presión de los accionistas alemanes, ahora ha cedido ante los inversores críticos que se oponían a la perspectiva de que se hiciera cargo del poderoso consejo de supervisión del fabricante de Mercedes.
Dado el papel del consejo en la formulación de la estrategia de la compañía y el nombramiento de los ejecutivos de la dirección, esa es la decisión correcta. La industria automotriz mundial se enfrenta a una agitación sin precedentes debido a la pandemia, que golpea la demanda de automóviles, y la transición a los vehículos de batería. Zetsche difícilmente representa una nueva forma de pensar. Al igual que el actual presidente, Manfred Bischoff, lleva toda la vida en Daimler: se incorporó a la empresa en la década de los setenta y pasó 13 años como consejero delegado del grupo. Y si bien puede estar justamente orgulloso de haber escindido Chrysler antes de la crisis financiera mundial de 2008, su aparente ceguera ante las emisiones de dióxido de carbono es una gran mancha negra. A principios de este mes, el CEO de Daimler, Ola Kaellenius, aceptó pagar a los reguladores y clientes estadounidenses 2.200 millones de dólares por vehículos diésel vendidos de forma engañosa durante el mandato de su predecesor.
Después de unas dolorosas pérdidas operativas de 1.700 millones de euros en el segundo trimestre, Kaellenius está tratando de reducir los costes y casi duplicar la proporción de coches eléctricos Mercedes-Benz que Daimler venda el próximo año, hasta el 15%. Ello es particularmente importante si la compañía quiere alcanzar su objetivo de que hasta uno de cada cuatro de sus coches funcione con baterías para 2025.
Por el momento, la compañía con sede en Stuttgart parece rezagada: los vehículos eléctricos representaron solo el 2% de los coches Mercedes vendidos el año pasado, lo que equivale a 48.000 modelos. La compañía tiene aproximadamente la misma proporción del mercado mundial de coches eléctricos, según los datos recopilados por Jefferies, en comparación con alrededor del 7% de su rival del lujo BMW.
La renuncia de Zetsche le da a Bischoff, que se retira el próximo mes de marzo, la oportunidad de encontrar un presidente que pueda ayudar a poner en marcha los sueños eléctricos de Daimler. Debería usarlo para nombrar a alguien de fuera.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías