Los fondos buitre planean sobre la gran apuesta fallida de Paramés
Elliott negocia la compra del fabricante de panes congelados
No es lo mismo un swiss banker que un swiss baker. Los primeros, como UBS o Credit Suisse, ayudan a los ricos a conservar y acrecentar su fortuna. Los segundos, como Aryzta (proveedora de los panecillos de McDonald’s) se han convertido en un auténtico quebradero de cabeza para Francisco García Paramés, el gestor de fondos más famoso de España y máximo accionista de Aryzta. Tal vez, la solución a sus problemas la tengan los fondos buitre. Pero, hay que empezar por el principio.
Paramés creó hace tres años Cobas Asset Management y atrajo a miles de inversores que le conocían de su exitosa etapa como gestor de fondos en Bestinver. En su propia gestora, una de las mayores apuestas desde su arranque fue Aryzta. Paramés pensaba que la acción estaba infravalorada y confiaba en el presidente del grupo, Gary McGann, para darle la vuelta a la evolución de la compañía de panes congelados.
Los títulos de Aryzta, que llegaron a valer casi 18 francos suizos en 2012, cayeron a menos de 10 en 2015 y a menos de cinco francos en 2018. Ahora cotizan a menos de un franco.
Paramés, lejos de arredrarse, siguió comprando acciones de Aryzta para los partícipes de los fondos de Cobas. Esta posición llegó a ser la primera de su estrategia (con más de un 10% de las carteras) y convirtió a Cobas en el primer accionista de Aryzta.
Espadas en alto
Asesores.Los directivos de Aryzta han contratado al banco de inversión Rothschild para que analice qué opciones corporativas tiene la compañía. Durante el verano, varios competidores han mostrado su interés en quedarse con parte o con todo el grupo, que ahora tiene una capitalización bursátil de 570 millones de euros.
Ampliación. Uno de los momentos más difíciles para Francisco García Paramés fue en 2018 cuando la dirección acordó una ampliación de capital de urgencia, por 800 millones de euros, que fue muy dilutiva para los accionistas previos. El gestor español llegó a acudir a la junta general de accionistas de Aryzta, cerca de Zúrich (Suiza), para oponerse a la ampliación y presentar un plan alternativo. Nunca antes había hecho algo así.
Directivos. Uno de los últimos puntos de fricción de Paramés con la dirección ha sido a propósito de los cambios en la cúpula directiva. Hace un mes, el consejo propuso a Andreas G. Schmid como nuevo presidente, a lo que se han opuesto frontalmente Paramés. Ayer mismo, Aryzta comunicó que Schmid ha retirado su candidatura.
Sin embargo, los planes puestos en marcha para reflotar y desendeudar a la compañía no terminan de arrancar. Paramés y otro de los grandes propietarios (la firma activista Veraison) quieren vender algunos activos estratégicos mientras que la actual dirección se inclina más por la absorción del grupo por parte de alguna panandera rival.
En medio de este enfrentamiento ha aparecido un actor con el que nadie contaba: Paul Singer. Se trata del responsable de la firma de inversión Elliott Management, especializada en la adquisición de activos con problemas (como la deuda argentina) y conocida habitualmente con un fondo buitre.
Aryzta ha reconcido que está en conversaciones con el fondo Elliott, lo que ha hecho que se dispare su cotización (eso sí, que se dispare, pero partiendo desde el inframundo).
Los analistas bursátiles creen que Elliott ofrecerá algo más de un franco por acción. Su intención sería retirarla de Bolsa y ver cómo puede venderla mejor, si por piezas o entera.