Tesla ‘purga’ excesos en Bolsa tras el rechazo del S&P
El mercado sitúa a la compañía como un referente del automóvil eléctrico, pero considera que la cotización sobrepasa las expectativas del negocio.
Tesla se ha convertido en una de los protagonistas del año. La subida que ha experimentado desde mediados de marzo, de más el 400% pese a la difícil situación de los mercados por la pandemia, la ha situado en el foco de inversores y analistas a nivel mundial. La apuesta por los valores tecnológicos, la buena marcha de las ventas de su modelo sedán Model 3 y la mejora de sus resultados (ha encadenado por primera vez cuatro trimestres en beneficios) han catapultado el valor.
También, la posibilidad de incorporarse al S&P 500 habían animado la cotización; en los últimos 15 días de agosto subió un 50%. Sin embargo, el gestor de índices S&P Dow Jones renunció hace una semana a incorporar a Tesla –en favor de otros valores con un historial de rentabilidad más consistente aunque menor capitalización–, cortando en seco la trayectoria alcista de la compañía.
Tesla está cotizando con mayor inestabilidad desde su reciente máximo histórico, al filo de los 500 dólares. Y los expertos contemplan varias razones para haberse quedado a las puertas del S&P: “No es una sorpresa; algunos inversores debían tomar beneficios en algún momento”, explica Adam Vettese, de eToro. El experto apunta otro factor que ha ejercido presión: la reducción de la participación que tenía el principal accionista independiente de Tesla, Baillie Gifford, desde el 7,67% de febrero al 4,25% de finales de agosto.
El parón en el camino de las subidas de Tesla (desciende un 25% en lo que va de septiembre) coincide con un retroceso generalizado del sector tecnológico, después de haber sido una de las opciones favoritas para los inversores en plena crisis. Bank of America apunta que Facebook, Apple, Amazon, Microsoft y Google han llegado a suponer un 24,8% de la capitalización del S&P 500, “todo un máximo histórico”, apuntan.
Tras un comportamiento espectacular en Bolsa y una valoración que ronda los 350.000 millones de dólares, muchos analistas comienzan a hacer números sobre la empresa que pilota Elon Musk. “Hay que plantearse dos cosas. Primero, si tiene futuro en el sector, que creo que sí y es un referente en el negocio del vehículo eléctrico. Y segundo, si la valoración actual tiene que ver con la cuota de mercado y los márgenes a alcanzar, y en este apartado me parece que el precio en Bolsa es muy agresivo”, comenta Celso Otero, de Renta 4.
El gestor detalla que el mercado está descontando una cuota de entre el 15% y el 20% para una gama de coches de unos 40.000 dólares, que es el segmento por el que Tesla está apostando; algo, que a su juicio, supone un “optimismo enorme”. “Tesla tiene una alta competencia y sus rivales poco a poco están comenzado a ofrecer el mismo tipo de tecnología”, añade Otero.
Para Borja Ribera, profesor de la EAE Business School, Tesla “es un claro ejemplo de economía irracional”. “Ha llegado a cotizar a un PER de 280 veces cuando la media del sector ronda las 30 veces”, dice.
No obstante, considera que cuenta con factores a su favor, como el haberse convertido en el segundo fabricante con mayores ventas en Estados Unidos, y la revolución que pretende en el negocio de baterías, donde quiere construir su propia red y hacer que la carga sea más rápida y duradera.
David Trainer, consejero delegado de la firma de análisis New Constructs, ha sido uno de los más críticos con Tesla. En una entrevista esta semana a la CNBC dijo que “podría ser el valor más peligroso de Wall Street”. “Creemos que es uno de los castillos de naipes más grandes de la historia preparado para caer”, comentó.
Tesla tendrá la ocasión de calmar a los inversores el próximo 22 de septiembre, jornada en la que Tesla celebrará el Día de la Batería y la junta general de accionistas, que había quedado pospuesta el pasado julio.