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Las ‘fintech’ de compras a crédito afrontan nuevos obstáculos

Afterpay y Klarna tendrán cada vez más competencia de PayPal, Mastercard o American Express

Logo de Afterpay en una tienda de Sídney (Australia).
Logo de Afterpay en una tienda de Sídney (Australia). Stephen Coates (REUTERS)

Las disruptivas fintech están empezando a ser disrumpidas. Afterpay, una empresa australiana de 18.000 millones de dólares del tipo compre ahora y pague después, ha perdido cerca del 10% de su valor de mercado después de que el gigante estadounidense de los pagos PayPal dijera que ofrecería productos similares. Cuanto más rápido crezca esta forma de crédito, más competencia y regulación atraerá.

Los grupos compre ahora, pague más tarde (BNPL, por las iniciales en inglés) permiten a los clientes obtener productos por adelantado pero pagándolos a lo largo del tiempo en cuotas sin intereses. Los compradores solo pasan por un laxo control de crédito y pagan modestas comisiones si no hacen un pago. Los proveedores BNPL hacen la mayor parte de su dinero cobrando al comerciante.

Este nuevo giro en el crédito al consumidor ha demostrado mucho éxito entre los mileniales y ha generado una serie de competidores de rápido crecimiento, desde el grupo sueco no cotizado Klarna, de 5.500 millones de dólares, hasta Afterpay, de Sídney. Las acciones de este último han aumentado más del 800% desde el mínimo de marzo.

El éxito genera imitación. El lunes, el grupo de transferencias PayPal, de 247.000 millones de dólares, anunció una oferta similar para sus clientes de Estados Unidos. Peor aún, empaquetará el producto en las tarifas que ya cobra a los minoristas por usar su servicio de pagos online, actualmente alrededor del 2% del valor de cada transacción. Afterpay normalmente cobra tarifas del 4%-5%.

La medida de PayPal hará mucho más difícil que los proveedores BNPL se expandan en Estados Unidos, uno de los mercados más grandes del mundo para productos online, con un valor de alrededor de 600.000 millones de dólares en ventas anuales. El negocio americano de Afterpay se triplicó en el año hasta junio y representó el 36% de sus ventas totales.

Para seguir creciendo, puede que Klarna o Afterpay tengan que reducir las tarifas, una tarea difícil cuando ambos siguen teniendo pérdidas. Y la competencia acaba de empezar: los grupos de tarjetas de crédito Mastercard y American Express han anunciado recientemente productos que los imitan. Amazon y Google podrían seguirles.

La llegada de la competencia de grandes actores también puede provocar que los reguladores miren más de cerca estos productos. En Australia, el mercado doméstico de Afterpay, la Comisión de Valores e Inversiones (ASIC) está considerando la posibilidad de imponer las mismas obligaciones legales a las empresas BNPL que a los prestamistas tradicionales. En Suecia, los reguladores están cada vez más preocupados por que el producto pueda arrastrar a los consumidores a endeudarse.

A pesar de la reciente caída del precio de sus acciones, Afterpay todavía está valorada en 25 veces las ventas futuras, con una prima respecto al múltiplo de 10 de PayPal, según datos de Refinitiv. Con la competencia y la presión regulatoria en aumento, los inversores que vendan ahora pueden evitar pagar después.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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