Reyvarsur, el grifo sevillano que reparte cerveza en bares de 11 países
Las exportaciones aportan el 18% de las ventas del fabricante Cuenta con dos líneas de negocio, ‘dispensing’ y transmisión
Para conocer los inicios de la empresa sevillana Reyvarsur hay que remontarse a 1974, cuando Juan Corbalán se mudó de Madrid a la ciudad andaluza por amor.
Corbalán, que había estudiado el oficio de mecánica y delineante y había trabajado en una empresa de transmisiones y de mantenimiento en fábricas y talleres, en lugar de buscar empleo decidió montar su propia compañía haciendo el mismo trabajo que había hecho hasta ese momento.
Entre los proyectos de aquellos años destaca el montaje de la maquinaria y la cadena productiva de las mermeladas La Vieja Fábrica.
Pronto llegaría también su primera incursión en el mundo de la cerveza. Primero, con los trabajos de mantenimiento de la factoría de Cruz del Campo y, seguidamente, con lo que hoy se ha convertido en su gran negocio: la fabricación de productos concretos a medida, como serpentines, grifos, enfriadores, conexiones o mangos, entre otros.
El dogma de que cuando la gente está contenta bebe para celebrar y de que cuando está triste bebe para olvidar ha funcionado en otras crisis,
pero esta vez es diferente
Paola Corbalán, CEO de Reyvarsur
En 1983 se colocó uno de los grandes hitos en la historia de la compañía. Si hasta ese momento realizaban los trabajos en un taller, aquel año Corbalán decidió dar el salto y abrir la fábrica. Y con ese paso aprendió una gran lección: nunca dar las cosas por sentado.
La empresa de electricidad que contrató se olvidó de realizar la instalación de las máquinas, lo que le obligó a abrir una semana más tarde. Había pensado que era algo de sentido común y no lo supervisó. Hoy ese error puntual no pasa de ser una simple anécdota, pero en aquel momento supuso un mundo.
Los años transcurrieron tranquilos pero sin pausa hasta 2000, cuando Cruz del Campo se integra dentro del grupo Heineken. Reyvarsur pasó de tener 19 empleados y facturar 900.000 euros a 40 trabajadores e ingresar 3 millones de euros.
El principal motivo fue el cambio de las instalaciones de todos los bares y restaurantes por nuevos grifos con la nueva imagen de marca de la empresa. De producir 2.500 grifos al año, aumentaron hasta los 10.000, paso que ha contribuido a que hoy Reyvarsur haya fabricado más de un millón de grifos.
En 2005, con la entrada al negocio de Paola Corbalán, hija de Juan y actual CEO de la compañía, Reyvarsur comenzó su apertura a más clientes. Licenciada en Dirección y Administración de Empresas, experta en investigación y técnicas de mercado y con un MBA Executive por la escuela EAE, Paola se dio cuenta de un error de negocio.
La cifra
7 millones ingresó el grupo en 2019. Vende a todos los grandes grupos cerveceros nacionales: Alhambra, la Zaragozana, el grupo Damm, hijos de Rivera y Mahou.
“El 95% de nuestra facturación provenía del mismo cliente, lo que a nivel de fabricación era más sencillo pero conllevaba importantes riesgos de dependencia”, afirma la ejecutiva.
En los cuatro años siguientes incorporaron a su cartera a los principales grupos cerveceros españoles y, en 2009, comenzaron a exportar a través de ellos.
En 2011, cuando Paola asciende a CEO, se puso en marcha una estrategia internacional con un equipo dedicado exclusivamente al plan. En 2015 contrató a un director comercial para dirigir la expansión, medida que tuvo como consecuencia un aumento del peso de sus exportaciones sobre la facturación, del 0,8% en 2016 al 18% en 2019.
Ni la apertura nacional ni la internacional fueron fáciles, ya que el mercado identificaba erróneamente a Reyvarsur como una filial de la actual Cruzcampo, pero los esfuerzos en marketing revirtieron esa imagen.
Hoy, la empresa cuenta con dos líneas de negocio: la original, dedicada a la transmisión mecánica (fabricación de motores eléctricos, reductores, convertidores...), que en 2019 supuso el 35% de sus ventas, y la de dispensing (dispensación de bebidas embarriladas), con la cerveza como protagonista, que aportó un 65%.
En total, Reyvarsur facturó el año pasado 7 millones de euros con el apoyo de sus 65 empleados.
Radiografía empresarial
Facturación y plantilla. En su primer año de vida facturó 200.000 euros y tenía dos empleados. Siete años después de la apertura de su fábrica, en 1983, aumentó sus ingresos a 900.000 euros y sus trabajadores a 19. La contratación de sus servicios por parte de Heineken en 2000 elevó sus ventas a 3 millones y su plantilla a 40 personas. Actualmente tiene 65 empleados y factura 7 millones.
Exportaciones. Trabajar para Heineken les dio la oportunidad de exportar, pero no lo hicieron hasta 2009. En 2011, bajo la dirección de Paola Corbalán, se planteó una estrategia internacional que hizo crecer el peso de las exportaciones del 0,8% de 2016 al 18% de 2019. Hoy envían sus productos desde Sevilla a 10 países, entre los que destacan Colombia, México, Portugal, Holanda y Bélgica.
Marca. Reyvarsur tuvo que efectuar una importante labor de reconocimiento de marca para abrir su negocio a escala nacional e internacional. Lo hizo a través de la participación en ferias. Desde 2014 nunca falla a su cita anual con la Brau Beviale de Núremberg (Alemania).
Dispensadores de gel para superar el parón del Covid
La pandemia está causando estragos en muchos sectores del país, entre ellos la hostelería, la principal fuente de ingresos de Reyvarsur. “En otras crisis el dogma de que cuando la gente está contenta bebe para celebrarlo y de que cuando está triste bebe para animarse consiguió que el consumo de cerveza se mantuviera estable. Fue así en la crisis de los años noventa y en la de 2008, pero en esta ocasión las cosas son muy diferentes”, percibe Paola Corbalán.
Si en 2019 facturaron siete millones, este año no esperan superar los cinco, motivo por el que la compañía se ha visto obligada a aplicar un ERTE (expediente de regulación temporal de empleo) al 40% de su plantilla. En las primeras semanas del confinamiento estuvieron paralizados, pero pronto el comité de dirección, creado a los dos años de que Paola se convirtiese en CEO, comenzó a poner en práctica sistemas de generación de ideas.
De esas tormentas de ideas salió la conclusión de que había que explotar el fuerte de la empresa y comenzaron a fabricar dispensadores de gel hidroalcohólico de 4,8 y 5 litros.
“El bote del Mercadona sirve de manera momentánea, pero cuando te das cuenta de que esta medida va para largo se necesita algo más permanente”, dice Corbalán.
Sus clientes objetivos son colegios, aeropuertos, estaciones, centros comerciales… Esperan vender 2.000 unidades antes de que acabe el año, lo que implicaría medio millón de euros de ingresos. Además, han acelerado su incursión en el mundo ferretero, un paso que no planeaban dar hasta 2022.
Otros de los recursos que Reyvarsur tiene a su alcance es la financiación del ICO (Instituto de Crédito Oficial), aunque la CEO espera no tener que utilizarla: “La hemos solicitado para que, en caso de necesidad, tengamos de dónde agarrarnos, pero siempre hemos sido muy cautos, creciendo de manera orgánica; por eso, la llegada del Covid nos ha pillado aprovisionados de fondos. No tememos por nuestra continuidad”.