PLD Space, la ambición de lanzar satélites con cohetes reutilizables
Está previsto que el primer vuelo comercial despegue en el año 2024 Solo Elon Musk y Jeff Bezos tienen un sistema similar en el mundo
Ya hay fecha elegida. Será en 2024. Ese año, si se cumplen las previsiones, saldrá disparado hacia el espacio el cohete Miura 5. En su interior, tecnología española desarrollada por PLD Space, una empresa pionera que se convertirá en la primera industria de nuestro país en poner un satélite en órbita. La primera de Europa, además, en llevar a la atmósfera este tipo de aparatos de entre 1 y 500 kilos.
España sumará así a su amplio catálogo aeroespacial algo que aún le falta: una tecnología propia de lanzamiento con proyectiles que además se pueden reutilizar. Solo los multimillonarios Elon Musk con SpaceX y Jeff Bezos con Blue Origin cuentan hoy día con un sistema similar.
“Culminará así una historia que comenzó en 2011, cuando dos apasionados del espacio, Raúl Torres (1987) y Raúl Verdú (1988), ambos nacidos en la localidad alicantina de Elche, juntaron sus ilusiones en una compañía que desde el principio tenía muy claro su objetivo: “Desarrollar un cohete para ofrecer lanzamientos comerciales de satélites”, cuenta Verdú.
El camino no ha sido fácil. “La barrera de entrada es brutal, por la financiación, la tecnología y el desarrollo de propiedad industrial”, asegura Torres, CEO de la firma. “Los tiempos de la industria espacial no se parecen en nada a otras. Cada proyecto es una década. Puede dar la impresión de que vamos despacio, pero vamos como un cohete”, añade Verdú, director de operaciones.
Cuando vemos a Rafa Nadal en Australia o consultamos el tiempo estamos utilizando la infraestructura espacial. Sin darnos cuenta, la usamos todos Raúl Verdú, cofundador de PLD Space
En estos diez años han logrado captar 18 millones de euros en financiación, señala Verdú. Un 60%-70% privada y el resto, pública. Entre los segundos están el CDTI, la Agencia Espacial Europea o la Comisión Europea. Entre los privados hay empresas de la industria aeroespacial como GMV o Aciturri, fondos familiares y el fondo del presidente de Acciona, José Manuel Entrecanales. Estos últimos son también accionistas.
Pero las necesidades de financiación no acaban. Torres calcula que “para terminar de diseñar el cohete Miura 1” necesitarán llegar a los 30 millones. Para poner en marcha el definitivo, el Miura 5, “otros 30”.
La compañía, que cuenta en la actualidad con 35 empleados en sus dos emplazamientos, Elche, con los servicios centrales, y Teruel, con las instalaciones de propulsión y el desarrollo de motores, facturó el año pasado 440.000 euros.
Los trabajos se centran ahora en la puesta a punto del Miura 1, el prototipo del Miura 5, “porque desarrollar desde cero un vehículo tan complejo como el 5 era muy arriesgado a nivel tecnológico”, explica Verdú.
El planteamiento ha sido dividirlo en dos. “Primero creamos uno que nos permita aprender lo suficiente y luego hacer el definitivo”, precisa. “Estamos en la fase final, la más crítica”, dice Torres. “Es más importante que el lanzamiento sea exitoso que que sea pronto”, incide Verdú.
Miura 1 volará en breve, probablemente en 2021. En 2024 lo hará comercialmente el Miura 5. En 2023 tienen previsto firmar su primer contrato de lanzamiento. “Ya hay clientes interesados en reservar”, comentan.
Optimizar lanzamientos
La tecnología desarrollada les permite, además, reutilizar los cohetes usados en los diferentes lanzamientos. “De esa manera ofreces muchos más despegues al año y optimizas tus costes”, afirma el CEO de la compañía. Hoy día cada cohete que se usa se “tira después a la basura”. En 2024 “habrá varios que podremos utilizar”, anhela. Todo dependerá de los lanzamientos que tengan previstos, pero “contaremos con, al menos, tres”.
Este será el negocio futuro, ofrecer servicios de lanzamiento de satélites de menos de 500 kilos. “El año pasado el 60% de los que se lanzaron fueron de ese tipo”, destaca Verdú.
La cifra
30.000 euros el kilo es el precio para los interesados. El Miura 5 transportará un peso de 300 kilos. Varias empresas ya están interesadas en reservar plaza.
Un informe de la consultora Bryce recoge que en 2018 se facturaron en servicios de lanzamiento 2,2 billones de euros. En 2019 fueron 4,9 billones. Para 2028, los sitúa cerca de los 10 billones de euros. Los satélites representan el 74% de la economía del espacio, según la firma con sede en Alexandria (Virginia, EE UU).
Alrededor de la Tierra orbitan actualmente cerca de 3.500 satélites artificiales, según la NASA y la página web Online Satellite Calculations. Con ellos y sus aplicaciones se hacen infinidad de cosas. “Cuando vemos a Rafa Nadal en Australia o consultamos el tiempo estamos utilizando la infraestructura espacial. Sin darnos cuenta, la usamos todos”, indica Verdú. Ahí está el negocio. “La revolución está en el uso comercial del espacio”, concluye.
La ayuda del CDTI, esencial para arrancar
Inicios. Al principio había que convencer a un inversor institucional fuerte cuya presencia sirviera para dar robustez al proyecto y animar a participar a otros. “Estuvimos un año entero detrás del CDTI para que creyeran en nosotros”, recuerda Torres. Al final, lo consiguieron.
Financiación. El CDTI le ha concedido ayudas por un importe de 1.411.056 euros para dos proyectos en 2012 y 2016, según fuentes de este organismo. Igualmente, ha intervenido “orientando y asesorando” en otros tres proyectos desarrollados en el octavo programa marco de la Unión Europea de I+D+i con 3.206.681 euros.
Hispasat. El acuerdo firmado con Hispasat “es como pasar de jugar en tercera a que te metan en la Champions”, ilustra Torres. Una colaboración que puede convertir a la compañía en proveedor de servicios de lanzamientos para el operador de satélites del grupo Red Eléctrica.
La guinda que falta en el desconocido sector espacial
Dice Raúl Verdú que la industria espacial española es, en general, “ampliamente desconocida para la opinión pública” de nuestro país. Y agrega a continuación: “Y eso ocurre a pesar de que somos una potencia a escala global”.
El cofundador de PLD Space pone siempre un ejemplo al abordar este asunto: “Cuando en una conversación en una cafetería hablas de la NASA, todo el mundo la conoce. En cambio, si mencionas la Agencia Espacial Europea, pocos saben de lo que estamos hablando”.
Verdú recuerda, además, la extensa presencia de empresas españolas en las grandes misiones espaciales internacionales que han sido lanzadas desde hace años. “Trozos del cohete Ariane 5, la estación meteorológica y la antena del robot Perseverance recién enviado a Marte, otros autómatas mandados también al planeta rojo, o módulos de la estación espacial internacional”, entre otros, han sido fabricados por empresas radicadas en el país.
Las compañías españolas están presentes en todos los campos relacionados con esta industria, “electrónica, software, guiado, navegación y control, operaciones, equipos de tierra y de vuelo”, detalla Verdú. “Tenemos de todo, menos cohetes”, señala. “Eso es lo que le pondría la guinda a esa potente industria espacial nacional”, apunta.
Raúl Torres, el otro cofundador de la compañía, coincide con su compañero en que “somos un país que genera mucha tecnología que se exporta principalmente al entorno europeo y a la Agencia Espacial Europea, con desarrollos en todo tipo de ámbitos”.
Lo que falta, en su opinión, es “un marco de trabajo común para impulsar una tecnología específica para España”. Torres plantea que el proyecto de PLD “habilita a nuestro país para tener una capacidad de lanzamiento propia”, lo que nos convertirá “en un tractor de progreso tecnológico” y no “solamente en un desarrollador, en un subcontratista o en un exportador”.