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Mondragón: cooperación para combatir la pandemia

Reinventarse para elaborar productos como mascarillas, respiradores o sistemas ‘contactless’

Instalaciones de Bexen Medical en Bizkaia.
Instalaciones de Bexen Medical en Bizkaia.

La falta de mascarillas, guantes, equipos de protección individual (EPI), respiradores y otros puso en jaque a la sanidad española para luchar contra el Covid-19. Ante la necesidad del país, algunas empresas emplearon su logística y modificaron su producción para fabricar estos artículos sanitarios, entre ellas, la división industrial de la Corporación Mondragón y, en concreto, las cooperativas de la multinacional.

“Han sido muchas las acciones solidarias protagonizadas por las cooperativas de Mondragón en este tiempo. Ha habido de todo: desde cooperativas que se han reinventado para fabricar nuevos productos hasta otras que han puesto sus capacidades técnicas y humanas al servicio de las instituciones para hacer frente al virus, pasando por donaciones y colaboración con otras entidades para ayudar a los más vulnerables”, explica la empresa. Todas estas actuaciones han tenido un denominador común: el compromiso con la sociedad y el valor de la cooperación y la solidaridad.

Dos de estas cooperativas, ­Onnera y Bexen Medical, han puesto en marcha inversiones para producir más de 340 millones de mascarillas al año, con lo que serán “el mayor proveedor en el ámbito estatal”, destaca la compañía. La primera sociedad fabricará más de 100 millones al año y la segunda, 240 millones. Además de mascarillas quirúrgicas y de protección para los ciudadanos, Mondragón ha participado en la fabricación de respiradores, ha desarrollado dispositivos y sistemas contactless –sin contacto– para la apertura automática de puertas o evitar tocar teclados, y ha desarrollado nuevas soluciones con tecnología de nebulización para la higienización de espacios y superficies.

Liderazgo, mucho pragmatismo y colaboración, recetas de Mondragón para salir de la crisis

Ha realizado donaciones (ropa, mascarillas, EPI…), ha reforzado su colaboración con entidades y asociaciones, ha elaborado menús solidarios, subastas benéficas y “hasta un vídeo de despedida a todas las víctimas de la pandemia”, destacan.

“Es obvio que tras la crisis sanitaria viene, ya está aquí, la económica. Y prácticamente todas las empresas han activado el modo crisis”, afirman. Y también en la corporación: contención de gastos, reconducción de actividades, ajustes en los salarios, ERTE y políticas de ayuda al empleo, capitalización de intereses, ayudas a la liquidez y otras medidas para proteger las empresas. De hecho, en Mondragón “muchas de sus cooperativas, vista la situación, ya han adoptado en tiempo récord decisiones de ajuste”, puntualizan.

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“Hay voces que apelan nuevamente a conceptos como corresponsabilidad, autoexigencia, cooperación y solidaridad. En definitiva, una llamada a activar toda la inteligencia cooperativa para sortear de la forma menos traumática posible esta crisis. Mondragón ya lo ha hecho otras veces y lo volverá a hacer ahora”, enfatizan. Y la receta es sencilla, como asegura el propio presidente de la corporación, Iñigo Ucín: "Hace falta liderazgo, mucho pragmatismo y máxima colaboración”.

En cifras

240 millones se producirán en la cooperativa de Bexen Medical y los otros 100 millones, en la de Onnera.

340 millones de tapabocas anuales serán fabricados, con lo que Mondragón se convierte en proveedor líder.

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