UBS ofrece un refugio a los inversores bancarios, aunque a un precio
La senda más clara que deberá seguir el siguiente consejero delegado es la de recortar gastos
Los bancos suizos han constituido tradicionalmente un refugio para que los multimillonarios mantengan su dinero guardado… y a salvo de los recaudadores de impuestos. UBS, el banco con sede en Zúrich, puede desempeñar ahora una función de refugio similar para los inversores bancarios europeos, que están viendo cómo los cargos por deudas incobrables a causa del coronavirus destrozan sus otras perspectivas. Sin embargo, la solidez de este prestamista valorado en 45.000 millones de dólares tiene un precio.
El consejero delegado saliente, Sergio Ermotti, revelaba el martes que en el segundo trimestre el cargo de préstamos dudosos previstos será de 272 millones de dólares, el 0,08% de su volumen de préstamos. Esta cifra relativamente pequeña significa que la mayor parte de los frutos del auge de contratación ha ido a parar a los resultados netos: los ingresos fueron de 1.200 millones de dólares, un 11% menos que el año anterior, pero muy por encima de la previsión media de los analistas de 973 millones de dólares. Los cargos por deudas incobrables de sus homólogos europeos este año se han llevado una porción mucho mayor del beneficio.
UBS, cuyo consejero delegado Ermotti será sustituido por Ralph Hamers, actual jefe de ING, debería seguir capeando la tormenta pandémica, gracias a que se dedica principalmente a la gestión de patrimonios y a préstamos de bajo riesgo. Más de la mitad de su volumen de préstamos corresponde a hipotecas, la mayoría en Suiza, un país que ha gestionado bien el virus. Otro 34% lo componen los denominados préstamos lombardos a clientes ricos de la banca privada. UBS clasifica el 99,8% de estos últimos como préstamos de Fase 1, lo que significa que no se ha producido un aumento perceptible en el riesgo de impago.
Al banco tampoco le han afectado las prohibiciones de pagar dividendos durante la pandemia establecidas por el Banco Central Europeo y el Banco de Inglaterra. Espera pagar el segundo plazo del desembolso del año anterior en el cuarto trimestre de 2020, y quizá también vuelva a efectuar recompras de acciones. Los analistas calculan que la rentabilidad de su patrimonio tangible alcanzará este año el 8,7%, cerca del 10% aproximado del coste de la inversión. En resumen, UBS ofrece a los inversores seguridad frente a las pérdidas generadas por los préstamos y a una rentabilidad respetable. No es de extrañar que cotice a casi el 90% del valor contable tangible, frente a aproximadamente un 70% de media que alcanzan los 30 mayores bancos europeos que cotizan en bolsa, usando datos de Refinitiv.
La otra cara de la moneda es que el banco de Ermotti promete poco crecimiento. Probablemente los beneficios empresariales de la banca de inversión acaben siendo fugaces; y los ingresos por comisiones en el gigantesco negocio de la gestión patrimonial dependen en parte de la estabilidad de los mercados de renta variable, que ya están muy valorados. La senda más clara que deberá seguir el siguiente consejero delegado, Hamers, es la de recortar gastos, ya que el ratio de eficiencia de UBS, situado en el 76%, es más elevado que el de muchos de sus homólogos. Pero eso llevará tiempo. Mientras tanto, los inversores podrán al menos dormir relativamente tranquilos.
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