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El Banco de España aboga por la mochila austriaca, revisar el despido y alzar impuestos

El supervisor financiero reclama que se acelere ya el diseño de un plan de saneamiento fiscal cuya puesta en marcha se retrase hasta que la economía se recupere de la pandemia

Radiografía del Banco de España sobre el impacto del Covid-19
Juande Portillo

“La crisis económica provocada por el Covid-19 va camino de producir la mayor recesión global en tiempos de paz. Salir de esta crisis con el menor daño económico posible exige una reacción rápida y contundente de todas las políticas económicas", ha defendido este martes el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, resumiendo las conclusiones del Informe anual emitido por el organismo, que en esta ocasión es un monográfico sobre el impacto de la pandemia.

"En la fase actual de desescalada, hay que seguir apoyando la recuperación –lo que aconseja no precipitar la retirada de las medidas- y, en paralelo, facilitar el ajuste de la economía al escenario que emergerá tras la pandemia", ha añadido Cos sobre las recetas del Banco de España para superar la crisis.

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En este terreno, el supervisor aboga por la puesta en marcha de una fuerte batería de reformas estructurales que hagan frente tanto a los desafíos que tenía pendientes la economía española antes del estallido de la pandemia como a las emergencias que ha causado su propagación en España, que se ha convertido en la economía desarrollada más afectada del planeta.

Así, de una parte, el Banco de España prescribe la puesta en marcha de importantes reformas en el mercado laboral, a fin de acabar con la fuerte dualidad existente entre fijos y temporales, siendo estos últimos el 25% de todos los trabajadores del país, frente al 13,9% de media en la zona euro.

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En este terreno, el supervisor sugiere de una parte la simplificación de las modalidades de contratación, defendiendo las ventajas de la indemnización creciente por despido del llamado contrato único.

En paralelo, defiende el desarrollo de la llamada "mochila austriaca", un fondo de compensación por despido que acompaña al trabajador durante toda su vida laboral y que las empresas por las que pasa van alimentando a fin de que cuente con estos recursos en caso de perder su empleo o de acceder a la jubilación.

El objetivo es dinamizar el mercado de trabajo, fomentando los cambios de empresa, si bien el Director General de Economía y Estadística del Banco de España, Óscar Arce, admite que esta fórmula tiene un importante coste inicial, lo que requeriría retrasar su puesta en marcha de momento.

Después de todo, el supervisor financiero español considera prioritario mantener ahora un fuerte apoyo fiscal al tejido producitvo y las rentas de los ciudadanos, con mecanismos como los ERTE, el plan de avales públicos a empresas, o las distintas medidas de apoyo a colectivos desfavorecidos, para paliar los efectos inmediatos de la recesión sin precedentes en la que se sumerge España.

El Banco de España asume que el PIB retrocederá este año entre un 9% y un 15%, y remontará solo parcialmente en 2020, retrasando la recuperación de los niveles precrisis a finales del año 2022 en el mejor de los casos.

Sería una vez recuperada cierta estabilidad, aconseja, cuando el país debería poner en marcha un plan de consolidación fiscal a largo plazo que permita rebajar el déficit (que saltaría del 2,8% a una horquilla de entre el 9,5% y el 11,2%) y la deuda pública (que subirá del 95,5% a entre el 114,5% y 119,3%) de los niveles a los que se va a disparar este año. Si no se toman medidas, elerta, la deuda seguirá por encima del 110% en 2030.

Por eso, aunque no urge a aplicarlo hasta que pase la tormenta, el Banco de España aboga por comenzar ya a diseñar este programa a fin de lanzar un mensaje de confianza y tranquilidad a los mercados, los inversores y los socios europeos.

Según sus cálculos, que coinciden con los de los expertos reunidos por Fedea para buscar vías de salida a esta crisis, España debería marcarse el objetivo de reducir su déficit estructural en 0,5 puntos anuales para reconducir sus cuentas en una década.

El Banco de España propone para ello revisar tanto los gastos como los ingresos, aunque hace hincapié en la necesidad de que las reformas estructurales que se acometan -mejorar el mercado laboral, hacer sostenibles las pensiones, avanzar hacia una economía digitial y medioambiental- ayuden a incrementar el crecimiento potencial del PIB, elevando a su vez las bases imponibles sobre las que recauda el Estado.

Estima que “la recaudación impositiva en España, incluidos los ingresos por cotizaciones sociales, fue inferior a la del promedio de la Union Económica y Monetaria en más de dos puntos porcentuales de PIB en 2018”. “En torno al 40 % de esa diferencia se explica por los menores ingresos del IVA, como consecuencia de la mayor proporción de bienes de consumo gravados al tipo reducido o superreducido”, por lo que reducir el listado de productos sujetos a tipos bajos sería un camino claro para reimpulsar la recaudación.

Arce asevera, además, que “los impuestos menos distorsionadores son aquellos que actúan sobre las decisiones de gasto final, los impuestos indirectos”. Otra vía de actuación en este terreno es la de revisar los impuestos especiales, que arrojan otro tercio de la brecha de ingresos con la zona euro.

Finalmente, el Banco de España ve también importantes diferencias en la recaudación que España logra mediante el impuesto de sociedades, si bien en este campo prioriza la necesidad de revisar las deducciones fiscales existentes.

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