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El BCE debatió un paquete de estímulos inferior y también superior a los 600.000 millones adicionales

Las previsiones económicas de junio no incluyen el riesgo de deflación y de que la crisis llegue a la banca ni tampoco el efecto positivo del fondo europeo de reconstrucción

Vista de la sede del Banco Central Europeo (BCE) en Fráncfort (Alemania).
Vista de la sede del Banco Central Europeo (BCE) en Fráncfort (Alemania). EFE
Nuria Salobral

El BCE sorprendió tras su reunión del pasado 4 de junio al decidir un aumento de su programa de compras extraordinario a causa de la pandemia por 600.000 millones de euros, más de lo esperado. Pero en la reunión del Consejo de Gobierno en la que se tomó la decisión se llegó a debatir el incremento en una cuantía incluso superior. Y también más pequeña, según recogen las actas del encuentro publicadas hoy.

Christine Lagarde ya avanzó en rueda de prensa que el aumento del programa antipandemia (PEPP por sus siglas en inglés), junto con su extensión hasta al menos junio de 2021 y la reinversión de los activos hasta finales de 2022 como mínimo, no había sido acordado por unanimidad aunque sí por amplia mayoría. Sí fue unánime la necesidad mostrada en el Consejo de Gobierno de adoptar nuevas medidas de política monetaria ante el agravamiento de la crisis en la zona euro.

“Una gama de opiniones fueron expresadas a favor de un paquete mayor o menor”, señalan las actas del BCE. A favor de un aumento superior estaba el argumento de los significativos riesgos a la baja que entrañan las previsiones económicas lanzadas en junio, con una rebaja del PIB en la zona euro del 8,7% en el año y del 13% en el segundo trimestre, a lo que se suma “el alto grado de incertidumbre que rodea las perspectivas económicas y de inflación, con un fuerte riesgo de desinflación e incluso deflación”. Los partidarios de un paquete de compras superior apuntaron también que las previsiones económicas de junio no incluyen la posibilidad de que la crisis alcance también al sector financiero. Si eso sucediera, sería necesario un mayor grado de estímulos monetarios.

Y en el lado de los partidarios de un aumento más modesto del PEPP aparece el argumento de dar más tiempo a valorar la evolución de la situación económica y de la estabilidad de precios a medio plazo. Se apuntó además a que las previsiones de junio tampoco recogen la propuesta del fondo de reconstrucción europeo de la Comisión Europea, por 750.000 millones de euros, que podría servir de impulso para las perspectivas económicas.

Las actas de la reunión del 4 de junio reflejan la convicción del BCE de que el programa de compras antipandemia es la mejor herramienta para combatir la actual crisis gracias a su flexibilidad. “Dada la magnitud única del shock, era mejor abordar el retroceso sustancial en las perspectivas de inflación a través de un programa específico y temporal (el PEPP) frente a un reajuste de las medidas existentes”, explican las actas. El PEPP es más flexible puesto que permite al BCE desviarse de la regla del capital, por la que las compras de deuda de un país deben corresponder a su peso en la institución. Si bien el BCE también advierte en las actas que esa regla seguirá siendo la referencia básica. La clave de capital “permanece como una referencia relevante para la adjudicación de compras entre jurisdicciones”.

 Respuesta al Constitucional alemán

Las actas también incluyen una exposición de motivos en defensa del plan de compras de deuda lanzado en 2015, bajo el mandato de Mario Draghi, y que ha sido objeto de las críticas del Constitucional alemán, que cuestiona su proporcionalidad y ha puesto así al BCE ante un grave desafío institucional y jurídico. 

El BCE recuerda que ese programa de compras se aprobó con el objetivo de combatir la amenaza de deflación en la zona euro, consecuencia de la crisis de deuda soberana, y el fenómeno global de baja inflación, en un entorno de envejecimiento de la población y de baja productividad. Además, insiste en la efectividad y eficiencia del programa y en que los beneficios de las decisiones de política monetaria han sido muy superiores a los posibles efectos colaterales.

En el seno de la reunión, “se explicó que la evaluación de la proporcionalidad de cualquier medida de política monetaria tiene que considerar, entre otras cosas, el grado en que tal medida contribuyó a alcanzar el objetivo de política monetaria, por un lado, y los posibles efectos involuntarios, por otro lado”. Las actas de la reunión añaden, a propósito de la proporcionalidad que critica el Constitucional alemán, que “hay ahora amplia evidencia y literatura exhaustiva que muestra que los programas de compras de activos en general y el PSPP en particular tuvieron eficacia probada en alcanzar los efectos deseados en la economía de la zona euro y por tanto en la estabilidad de precios”.

El BCE ha hecho llegar además al tribunal germano documentos internos, ya presentados en su día ante el Tribunal Superior de Justicia Europea que avaló la legalidad de las compras de deuda, en los que justifica la proporcionalidad de sus medidas de política monetaria. 

Nueva línea de liquidez para bancos centrales de fuera del euro

Carácter preventivo. El BCE ha decidido establecer, en respuesta a la crisis del Covid-19 y hasta el final de junio de 2021, un nuevo mecanismo preventivo en caso de nuevas tensiones en el mercado para proporcionar liquidez repo en euros a los bancos centrales que no forman parte de la eurozona, según informó ayer la institución. Se trata de garantizar que no hay tensiones en las operaciones a más corto plazo y de evitar que un mal funcionamiento del mercado pueda entorpecer la transmisión de la política monetaria del BCE.

Deuda soberana en garantía. De este modo, los bancos centrales fuera de la zona euro podrán acceder a liquidez en la moneda comunitaria a cambio de unas garantías, consistentes en deuda denominada en euros emitida por los gobiernos de la zona euro e instituciones supranacionales. Este mecanismo complementa los actuales acuerdos bilaterales de swap y líneas de refinanciación del BCE.

Sobre la firma

Nuria Salobral
Es jefa de la sección de Inversión en el fin de semana y redactora especializada en temas financieros y política monetaria. Trabaja en Cinco Días desde 2006, donde ha cubierto la quiebra de Lehman Brothers, el rescate a la banca española o las decisiones del BCE. Nacida en Madrid, es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense.

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