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Financiación

Las pequeñas empresas ultiman una oleada de deuda a dos años gracias al ICO

Los pagarés con aval del 70% llegarán en los próximos días; el Covid-19 ha limitado el plazo a entre tres y seis meses

Marf Pagarés Bonos
Belén Trincado / Cinco Días

El documento que da superpoderes al Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF) está firmado. Los avales por un máximo de 4.000 millones de euros que blindarán hasta el 70% de las emisiones ya están disponible para 44 pequeñas y medianas empresas, una vez formalizado el acuerdo entre BME, el Tesoro y el Instituto de Crédito Oficial (ICO). En los próximos días, comenzará una oleada de emisiones de deuda en esta plataforma y por un plazo de entre uno y dos años, según fuentes del mercado.

Las empresas pequeñas y medianas están a punto de darle al botón de emisión de pagarés, uno de los pilares de la financiación en renta fija que se ralentizó de manera abrupta por la onda expansiva del Covid-19, de forma masiva. Las compañías ultiman las modificaciones en sus programas para poder hacer uso de esta potestad, que se recogió en el BOE del pasado 9 de mayo. Su calidad crediticia se disparará gracias al ICO. Los inversores tendrán garantizados siete de cada diez euros que inviertan. Pase lo que pase.

“Durante la pandemia, la colocación de pagarés se había ralentizado, y además los vencimientos se hacían a corto plazo, a entre tres y seis meses. La demanda se ha visto mermada. La medida permitirá que se amplíen los plazos a entre 12 y 24 meses”, señala Fernando Delgado, director de originación de renta fija de Beka Finance, uno de los principales colocadores de bonos y pagarés en el MARF. Delgado añade que volverán a emitir empresas con dificultades, como aquellas ligadas al turismo o a la construcción. El grupo textil Mango o la agencia de viajes por internet Logitravel, aunque cuentan con programas, no habían llegado a emitir.

Reactivación

Ya en las últimas semanas el mercado ha dado un vuelco, con un saldo vivo de 2.180 millones de euros en pagarés a cierre del pasado viernes. Ha crecido un 10% desde cierre de abril, a costa, eso sí, de subir los precios. La buena noticia es que se han podido refinanciar vencimientos, cuando en los momentos más peliagudos las compañías se veían obligadas a recurrir a los bancos para honrar sus deudas con los dueños de los pagarés.

En las últimas semanas, han salido al mercado El Corte Inglés, Vidrala, Elecnor, Audax, Vocento y Amper, entre otras. El papel del ICO, no como avalista sino como comprador directo, ha sido clave. “El banco público tiene ahora papel por alrededor de 250 millones de euros, y actúa como coinversor, lo que contribuye a reactivar el mercado. La regla general es que no participa en ninguna colocación con más del 50% del importe total y que tampoco invierte en el sector inmobiliario, así como solo en empresas españolas”, explica el directivo de Beka Finance.

El BCE ha sido de gran ayuda en el papel comercial de grado de inversión, pero las empresas con calificaciones más bajas no se han beneficiado. A través del plan de compras de deuda antipandemia, el BCE había adquirido más de 35.000 millones de pagarés, el 81% en el mercado primario.

El plazo inicial para lanzar el papel avalado es el 30 de septiembre. Aunque, como todas las medidas extraordinarias del Gobierno que han surtido efecto, lo previsible es que se amplíe. El coste del aval para el emisor será del 0,3% en pagarés hasta 12 meses y del 0,6% en las de más, con el máximo de dos años. El ICO cobrará además el 0,05% en concepto de comisión de gestión.

Los precios se duplican, pero siguen por los suelos

Las emisiones con rentabilidades negativas han desaparecido en el MARF. El Corte Inglés, por ejemplo, llegó a cobrar por pedir prestado. Ahora la situación ha cambiado y han vuelto los intereses, que en algunos casos se han duplicado. “Una empresa que pagaba el 0,3% es posible que tenga que abonar el 0,6%. Pero aun así los precios son extremadamente bajos dada la coyuntura”, indica un directivo de un colocador. La utilización de los avales, además, tendrá un efecto inmediato en la reducción de las rentabilidades. “El precio de los avales es aceptable en comparación con la mejora crediticia que suponen para el emisor”, asegura Fernando Delgado, director de originación de renta fija de Beka Finance.

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