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A fondo
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Las finanzas sostenibles como palanca para la reconstrucción

Es necesario aunar los mecanismos de colaboración público-privada con una certidumbre regulatoria y la firme voluntad de todos

Gettyimages

La crisis económica derivada de la pandemia sanitaria ha requerido de una respuesta rápida y de la colaboración del sector público y privado para proporcionar liquidez a familias y empresas, evitar el colapso del sistema y unas consecuencias devastadoras desde el punto económico y vista social. Las empresas, las entidades financieras y toda la sociedad han demostrado una enorme madurez y capacidad de reacción ante la situación y es justo ponerlo en valor.

Sin embargo, además de medidas a corto plazo es necesario afrontar la hoja de ruta para la reconstrucción de nuestra economía. La recuperación gradual de la actividad no va a resultar tarea sencilla: se corre el riesgo de acudir a soluciones cortoplacistas y no aprovechar esta ventana de oportunidad para promover una modernización de país mediante un tejido productivo más digital, sostenible y resiliente, que prime la formación y la investigación, apoyando tanto a pymes como a grandes empresas, con el sector financiero como catalizador y los Objetivos de Desarrollo Sostenible como marco de referencia.

Existen oportunidades de inversión y creación de empleo en muchos sectores como la transición energética, buscando de eficiencia y la producción de electricidad sin carbono, la economía circular, la movilidad cero emisiones, la agricultura, la salud y la tecnología pero, además de voluntad geopolítica y seguridad jurídica, es preciso que los proyectos sean atractivos y rentables y las cifras nos permiten ser optimistas.

Desde el punto de vista de los inversores, además de grandes fondos que han declarado que la sostenibilidad es parte de su compromiso para seguir a la cabeza de las necesidades de los clientes y evolucionar a medida que el mundo presenta nuevos desafíos. El Foro económico mundial de Davos renovó a principios de año su manifiesto abogando por el nuevo papel de las compañías en la Cuarta Revolución Industrial y, si bien habían surgido dudas de que este ¨”stackeholders capitalism” no perdiera impulso tras la crisis del covid-19, el manifiesto “Green Recovery”, una alianza global de líderes empresariales, financieros, asociaciones, ONGs y think tanks, ha realizado una muy necesaria llamada a la acción para reconstruir nuestra sociedad tras la crisis, mediante principios sociales y sostenibles.

Por su parte, la Comisión Europea publicó, el 11 de diciembre de 2019, el Pacto Verde Europeo o European Green Deal, que no solo no ha perdido impulso tras la pandemia sino, más bien al contrario, se configura como el marco para un plan europeo de inversión en economía verde y digital ya que, a juicio de la Comisión, el covid-19 ha puesto de manifiesto la necesidad crítica de reforzar la sostenibilidad y resistencia de nuestras sociedades y el funcionamiento de nuestra economía.

Así, el día 27 de mayo, la Comisión Europea anunció el nuevo instrumento financiero de recuperación, EU Next Generation, estaría integrado en el Marco Financiero Plurianual 2021-2027 (presupuesto a largo plazo de la UE) y tendría como objetivo una recuperación sostenible, uniforme, inclusiva y justa para todos los Estados miembros, para lo que las transiciones ecológica y digital serán claves.

En el contexto de estas iniciativas tan ambiciosas, la Comisión Europea ha lanzado a consulta nueva Estrategia de finanzas responsables que, partiendo del Plan de acción de crecimiento sostenible del 2018, se centrará en tres áreas:

1. Fortalecer las bases para las finanzas sostenibles, creando y potenciando un marco con las herramientas y estructuras adecuadas.

2. Incrementar las oportunidades para ciudadanos, instituciones financieras y empresas con el fin de mejorar la sosteniblidad.

3. Reducir y gestionar los riesgos climáticos y medioambientales en las carteras de las entidades financieras.

Por su parte, el Banco Mundial ha publicado un documento de referencia para las administraciones con los impactos que tienen que considerar desde el punto de vista de sostenibilidad tanto a corto como a largo plazo en los planes de recuperación.

En España, la capacidad de los sectores verdes de contribuir a la recuperación a través de inversiones en transición energética se va a canalizar, principalmente a través del Plan Nacional Integral de Energía y Clima (Pniec), el proyecto de Ley de Cambio Climático.

En esta movilización de paquetes de inversión verdes y para la transición hacia una neutralidad climática y ecosistemas saludables y socialmente responsables, las entidades financieras están preparadas para ejercer de agentes de cambio tanto en la dimensión económica como en la social, medioambiental y de gobernanza y actuar como catalizador fundamental del cambio.

Es preciso destacar que, tras los esfuerzos realizados en la última década, el sector financiero afronta esta crisis con altos niveles de capital, solvencia y liquidez y además de contribuir a paliar los efectos de la pandemia mediante ayudas para la compra de material y a la investigación y dotando de liquidez a las familias y empresas, se configura como un sector crítico para la movilización de recursos financieros hacia el tejido productivo en la fase de reconstrucción y debe ser parte de la solución.

Para ello, las finanzas sostenibles, pueden ser una palanca muy eficaz y para ello los bancos ya están actuando en tres direcciones:

1. Identificar y evaluar los riesgos y oportunidades derivados del cambio climático para las empresas y su actividad, tanto los riesgos físicos como los de transición, e integrar criterios ESG (medioambientales, sociales y de gobernanza) en los modelos de negocio de las empresas.

2. Canalizar la inversion en sectores verdes.

3. Divulgación y transparencia sobre los compromisos asumidos, con métricas.

El desafío es muy ambicioso y no está exento de riesgos, pero potenciando mecanismos de colaboración público-privada, certidumbre regulatoria y la voluntad firme de todos los actores económicos y con el apoyo e impulso de unos grupos de interés cada vez más concienciados hacia un cambio de hábitos y demandando a las empresas un mayor compromiso con la sostenibilidad, será posible superar la crisis y construir la economía del futuro.

Alicia Muñoz Lombardía es Secretaria de la Junta Directiva. Women Action Sustainability (WAS)

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