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El Banco de España empeora sus previsiones y pide el saneamiento de las cuentas a medio plazo

De Cos reclama un pacto político para "varias legislaturas" que permita dar respuesta a la magnitud de la debacle que dejará la pandemia

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos.
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos. J.J. Guillén (Efe)
Juande Portillo

“Nos enfrentamos a una perturbación de una magnitud sin precedentes", ha advertido este lunes el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, que ha considerado necesario mantener un potente impulso fiscal inmediato para paliar los efectos económicos de la pandemia del coronavirus pero ha pedido un plan para sanear las cuentas públicas en el medio plazo y un pacto político que permita responder a este reto durante “varias legislaturas”.

Durante su comparecencia ante la Comisión de Asuntos Económicos del Congreso para explicar el impacto del coronavirus en la economía y analizar las medidas aprobadas para hacer frente a esta crisis, De Cos ha avanzado que la extensión de las medidas de confinamiento y parálisis comercial hacen prever al Banco de España un retroceso del PIB superior al anteriormente calculado por la institución.

“Este año se registrarán previsiblemente los retrocesos del PIB más abultados desde la Segunda Guerra Mundial en el del conjunto de las economías avanzadas y desde la Guerra Civil en el caso de España”, ha expuesto, matizando que “el fuerte impacto sobre nuestra economía a partir de la evidencia estadística acumulada en las últimas semanas y las dificultades que comienzan a vislumbrase de cara a la eventual recuperación hacen, de hecho, que los escenarios con caídas del PIB más moderadas que se proyectaban hace un mes sean hoy poco realistas”.

“En cualquiera de los escenarios considerados, el confinamiento conduciría a una contracción muy severa del PIB de la economía española en 2020, de mayor intensidad cuanto más dilatado sea el período durante el cual sea necesario mantener las restricciones a la actividad económica y con más riesgos de que los problemas de liquidez que están sufriendo muchos agentes económicos en estos momentos den paso a situaciones de insolvencia”, ha señalado, matizando que “una vez descartado aquel que proyectaba una recesión más breve y moderada, el PIB caería un 9,5 % y un 12,4 %, respectivamente, en 2020” e incrementos del 6,1% al 8,5% en 2021.

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“La magnitud del reto de la reducción del déficit público es significativa”, ha añadido, afeando que el agujero fiscal estructural concluyera 2019 en el 3,1%, un mal punto de partida para hacer frente al incremento de gasto público, tanto sanitario, como de cobertura social e incluyendo la creación de una nueva renta mínima, y a la caída de la recaudación que provocará la pandemia. “La actual terapia de choque no está exenta de efectos secundarios adversos, que son especialmente visibles en el fuerte aumento del endeudamiento público”, ha dicho, subrayando también el encarecimiento de los costes de financiación.

A partir de ahí, dando por hecho que “la decidida respuesta fiscal a corto plazo permitirá minorar el daño futuro en nuestra economía”, De Cos ha defendido que “debemos aceptar que un mayor impulso presupuestario en la actualidad debe venir de la mano de una estrategia clara de saneamiento de las cuentas públicas”, especialmente en países como España habida cuenta sus “niveles elevados de endeudamiento público y déficit estructural”.

“Esta estrategia deberá descansar en un programa de consolidación presupuestaria de medio plazo que, a través de una revisión del gasto y de la estructura y capacidad impositivas, permita sanear nuestras finanzas públicas, así como en un programa de reformas estructurales que eleven la capacidad de crecimiento económico y, por tanto, amplíen las bases impositivas necesarias para financiar el nivel deseado de gasto”, ha dicho, sugiriendo la necesidad de rebajar gasto, elevar ingresos e impulsar una agenda reformista que transforme el modelo económico del país.

“En el corto plazo, no cabe una retirada prematura de las medidas fiscales de emergencia, pues esto aumentaría el riesgo de que el crecimiento económico sufriera daños más duraderos”, ha expuesto, asumiendo que la “estrategia de consolidación fiscal y de reformas estructurales ha de efectuarse una vez que se supere este episodio y sus efectos económicos” y de forma “gradual”, pero defendiendo que “su diseño y comunicación no deberían dilatarse”.

“Una definición temprana de esta estrategia tendría importantes beneficios para la credibilidad de nuestra política económica y permitiría potenciar los efectos expansivos de las actuaciones fiscales actuales”, añadido, instando a alcanzar un “acuerdo político acorde a la magnitud del reto al que nos enfrentamos que se mantenga previsiblemente durante varias legislaturas”.

El gobernador ha admitido que la actual situación requiere paliar la pérdida de renta de los hogares por lo que ha apuntado que es razonable repartir en el conjunto de la sociedad los costes de esta crisis con acciones focalizadas.

De Cos ha subrayado que el impacto económico será "muy intenso", más largo y persistente de lo anteriormente estimado. Por ello, el Banco de España ha trasladado al Consejo de Gobierno del BCE "nuestra disposición a actuar adicionalmente en caso de que fuera necesario", abriendo la puerta a aumentar "el volumen de compra de activos o su duración, y de ajustar su composición".

El objetivo, ha dicho De Cos, es "eliminar cualquier obstáculo que pueda impedir la transmisión de nuestra política monetaria y eliminar los riesgos de fragmentación financiera dentro del área del euro que tantos quebraderos de cabeza nos dieron durante la anterior crisis”.

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