La última víctima británica de la crisis es la política antitrust contra Amazon
Dejar que las grandes empresas tecnológicas acudan al rescate de las start-up puede causar problemas a más largo plazo
La pandemia de coronavirus acaba de cobrarse otra víctima: la política antimonopolio británica contra el sector tecnológico. El regulador de la competencia del país ha autorizado a regañadientes una inversión de 575 millones de dólares liderada por Amazon en la startup de entrega de comida Deliveroo. Como en 2008, es posible que las autoridades acaben arrepintiéndose de los acuerdos que aprueban durante una crisis.
Antes del Covid-19, la inversión de Amazon en Deliveroo estaba en cuidados intensivos. Aunque el gigante del comercio electrónico adquirirá una participación minoritaria, la Autoridad para la Competencia y los Mercados (CMA, por sus siglas en inglés) de Reino Unido pensaba que la inversión podría disuadir a Amazon de reflotar su propio negocio de reparto de comida, que cerró en 2018. La decisión reflejaba una postura más escéptica hacia la expansión de las grandes empresas tecnológicas, que anteriormente se han servido de acuerdos aparentemente inofensivos para consolidar sus posiciones.
Pero la pandemia ha debilitado esas defensas. Deliveroo declaró a la CMA que, sin financiación adicional, pronto se quedará sin dinero. Si Deliveroo quiebra, algunos rivales como Just Eat Takeaway.com y Uber Eats tendrán menos incentivos para ofrecer descuentos a los consumidores. Lejos de proteger la competencia, la CMA la habría reducido.
Sin embargo, el hecho de dar luz verde a Amazon puede provocar quebraderos de cabeza más adelante. Durante la crisis financiera de 2008, los reguladores de ambos lados del Atlántico permitieron las fusiones bancarias, como la adquisición de Wachovia por Wells Fargo, y el rescate por parte de Lloyds Banking Group de su rival HBOS. Esos acuerdos reforzaron a los grandes actores, y son casi imposibles de deshacer.
La decisión de la CMA es preliminar, lo que significa que todavía puede cambiar de parecer. El regulador también puede evitar que Amazon se haga con el control total de Deliveroo. Pero si a Gran Bretaña le preocupa realmente la competencia, habría sido mejor que el Gobierno ofreciese una ayuda temporal a las startups nacionales como Deliveroo. Dejar que las grandes empresas tecnológicas acudan al rescate puede causar problemas a más largo plazo.
Archivado En
- Opinión
- Crisis económica coronavirus covid-19
- Coronavirus Covid-19
- Crisis económica
- Recesión económica
- Coronavirus
- Coyuntura económica
- Telefonía móvil multimedia
- Enfermedades infecciosas
- Telefonía móvil
- Enfermedades
- Empresas
- Internet
- Informática
- Tecnologías movilidad
- Telefonía
- Medicina
- Economía
- Telecomunicaciones
- Tecnología
- Industria
- Comunicaciones
- Biología
- Ciencias naturales
- Ciencia