Directos al trópico: redescubriendo la costa de Granada
La Costa Tropical y la primavera: al turismo de masas, ni agua
Entre el ladrillo y la Costa del Sol, entre el mar de plástico y los desiertos de Almería brota una de las comarcas más exóticas y desconocidas de la Península. Que nos perdonen los ingleses. Quizá no tenga la fama del cabo de Gata o el misticismo del desierto de Tabernas, ni falta que le hace. Esto es el litoral de Granada, la Costa Tropical.
Es una de las comarcas más exóticas y olvidadas
Pero ¿por qué tropical? Hablamos de una comarca mediterránea de 78 kilómetros que acaricia el mar de Alborán y se esconde de los vientos del norte bajo los picos de Sierra Nevada. El resultado es este microclima con 320 días de sol al año y una temperatura media de 20 grados, donde se da el aguacate y la chirimoya, lo árabe y lo romano, las espichás (boquerones) y el pulpo seco... y muchas cosas más. Los hay que vienen a Granada por la Alhambra; otros, por Sierra Nevada. Nosotros venimos directos al trópico.
Nazaríes y pulpos
Enclavados en las laderas, como Gualchos, o como Castell de Ferro, bajo los acantilados que estrujan este territorio caprichoso desde el Mediterráneo hasta Granada. De los 19 municipios que componen la Costa Tropical, Motril y Salobreña son los principales focos para empezar a explorar esta franja costera como un día hicieron fenicios, romanos o árabes. Sus vestigios los encontramos en lugares como Almuñécar, con su acueducto y fábrica de salazón romana, el castillo nazarí (siglo XII) de La Rábita o el torreón de Vélez de Benaudalla (XV), construido en época de los Reyes Católicos.
Un cúmulo de casitas blancas con formas cúbicas se asoma al Mediterráneo desde el peñón que guía al viajero hasta su primer destino tropical: Salobreña. El castillo árabe corona el casco antiguo de la villa y regala, al que no tema las cuestas, unas vistas privilegiadas de las cumbres blancas de Sierra Nevada, la exuberante naturaleza de la vega que rodea el bastión y playas como la del Peñón. Aquí, chiringuitos como La Bahía o Casa Emilio compiten por seducir al que busque el mejor espeto de sardinas y pulpo seco.
Este enclave cuenta con 320 días de sol al año y una temperatura media de 20 °C
Pero si hablamos de pulpo, hablaremos de Motril (60.000 habitantes), la ciudad más poblada de la comarca, donde esta receta marina rivaliza en popularidad con las espichás (boquerones) o las míticas quisquillas. De la huerta motrileña llegan sabrosos mangos, aguacates y chirimoyas, y de su tradición azucarera, el ron Montero. 100% Motril. Una vez saciados los antojos tropicales, nos lanzaremos a descubrir sus rincones más vírgenes.
Río Verde, playa gris
Las montañas se abalanzan sobre el Mediterráneo creando un juego de valles y cañones, como el de Río Verde. En su transcurso por la sierra de Almijara conforma un vergel donde las pozas y las cascadas hacen las delicias de los amantes del barranquismo.
Quien busque largas playas de arena dorada se equivoca de lugar y quien busque aglomeraciones, también. El mayor tesoro de la Costa Tropical son sus playas, de guijarro y arena gris, de peñones y aguas cristalinas entre acantilados que las protegen del turismo de masas.
Prohibido domingueros. La playa de la Joya es un monumento al naturismo. Solo se puede llegar caminando por unas escaleras que llevan a esta preciosa cala tras el cabo de Sacratif. Siguiendo en clave nudista, encontramos Cantarriján, junto Almuñécar y dentro del Paraje Natural de Maro-Cerro Gordo, y en clave submarina, hallamos la de La Herradura, ideal para el buceo por sus fondos transparentes. Cala Rijana, entre Calahonda y Castell de Ferro, es uno de los mejores lugares para navegar en kayak o pádel surf por este litoral rocoso, y la de Punta del Río, uno de los pocos spots de surfistas de la zona.
Guía de viaje
Cómo llegar. Motril y Salobreña son las principales poblaciones de la comarca. Desde Granada, llegará por carretera tomando la autopista A-44 rumbo sur y luego la A-7. La N-340 vertebra este territorio a ras del Mediterráneo.
Comer y beber. En el bar La Roka; tapas, cócteles y cocina de autor con las mejores vistas desde el casco histórica de Salobreña. Para chiringuito, Casa Flores, un valor seguro en Salobreña para un encuentro con los frutos del mar de Alborán. Para quien busque algo más sofisticado, en Calahonda tiene El Conjuro, con productos de la Costa Tropical en elaboraciones de vanguardia. En Motril no podrá irse sin pasar por La Lonja, en el puerto: pulpo a la brasa, ensaladas de la huerta motrileña, espichás... para redescubrir lo auténtico.
Dónde explorar. La empresa de actividades de aventura Barranquismo Río Verde organiza descensos de cañones en esta reserva natural de la sierra de la Almijara y municipio de Otívar. Explore los fondos marinos transparentes de La Herradura y Almuñécar buceando con Open Water (desde 60 euros) y surfee en la Punta del Río con la escuela de surf 18 Nudos.