La inteligencia artificial sigue sin calar en el Ibex 35
La mayoría cree que el gran inconveniente de aplicar esta tecnología es el riesgo en la ciberseguridad
La inteligencia artificial sigue siendo una de las asignaturas pendientes de la alta dirección. Y parece ser un asunto pendiente en los consejos de administración de las empresas del Ibex 35. Una encuesta realizada por la consultora Russell Reynolds entre 68 consejeros y consejeros delegados del selectivo destaca que solo el 15% de los consejeros tienen conocimientos avanzados en inteligencia artificial. En este informe se pone de manifiesto la importancia de que los consejos comprendan cómo impacta la inteligencia artificial en sus modelos de negocio y que serán aquellas compañías que definan escenarios de colaboración entre personas y máquinas las que obtendrán un mayor beneficio que aquellas que utilizan la tecnología de forma cortoplacista.
El 56% de los encuestados cree que los dos principales inconvenientes de aplicar esta tecnología en sus compañías son la vulnerabilidad en la ciberseguridad y la toma de decisiones erróneas. Asimismo, el mismo porcentaje afirma que su empresa tiene planificada formación en esta materia en menos de un año, y un 22% afirma no tener nada aún en este campo. En cuanto a los proyectos en los que están trabajando sus compañías, un 85% reconoce que se está dedicando al machine learning [aprendizaje automatizado], un 48% trabaja en procesos de robotización y un 44% en generación o procesamiento de lenguaje natural.
Porque lo que sí está claro es que la inteligencia artificial va a cambiar la forma en la que se va a trabajar y los expertos destacan que su impacto no será tanto reemplazar puestos de trabajo como el de aumentar y mejorar las capacidades humanas.
En opinión de Jesús Arévalo, consultor ejecutivo de búsqueda y evaluación de Russell Reynolds, existen una serie de atributos críticos que son fundamentales para integrar la inteligencia artificial en las organizaciones. En este sentido, los líderes en este entorno, además de tener conocimientos técnicos, tienen que tener ambición estratégica, o lo que es lo mismo, tienen que ser disruptivos, pragmáticos y realistas para conectar la estrategia de negocio con las capacidades de la inteligencia artificial, con el fin de trabajar de forma cruzada y garantizar que la integración de toda esta tecnología se realice en toda la compañía como parte de una estrategia unificada. Además, tienen que ser comunicativos y capaces de trabajar con el resto de áreas de la compañía, creando sinergias, sin olvidar las habilidades emprendedoras para que la nueva tecnología empape en la empresa.
Por tanto, el talento en esta disciplina es escaso, y los líderes deben encontrar formas creativas de integrar soluciones de inteligencia artificial y perseguir el talento y la estrategia de liderazgo en función del enfoque de cada organización. “No es fácil atraer y retener el talento, pero los beneficios que aportan sobrepasan los inconvenientes y es posible hacerlo”, señala Arévalo, que ahonda en la escasez de profesionales cualificados en esta materia.
“Para aprovechar al máximo las oportunidades que ofrece la inteligencia artificial hacen falta datos, capacidad de procesamiento y líderes que sepan manejarla, y en este sentido la clave está en los datos y en las personas, ya que la capacidad de procesamiento ya está democratizada”, señala el experto, que destaca el desequilibrio extremo de género, más acusado en este área que en la tecnología en general, ya que menos de un 10% de estos perfiles expertos son mujeres.
Uno de los retos, según Jesús Arévalo, a los que se enfrenta este entorno es el desequilibrio extremo de género, más acusado incluso en la IA que en la tecnología en general, menos de un 10% de estos perfiles expertos son mujeres.
La guerra del talento en este campo es internacional y, dada su alta demanda, es prioritario evaluar profundamente a estos líderes, no solo por sus conocimientos técnicos, sino por todo lo que pueden aportar a la empresa, si van a contribuir a evolucionar la cultura de la empresa, el gobierno corporativo y si la compañía está preparada para recibir a estos perfiles, con mucha movilidad, que cambian constantemente de rol, trabajan por proyectos y no piensan en carreras a largo plazo, pero, eso sí, tienen una remuneración alta. Eso es al menos lo que revela un estudio de Linkedin, que fija el sueldo medio de estos especialistas en 140.000 dólares al año en Estados Unidos.
Desafíos y ética
La consultora PwC, por ejemplo, proyecta que, desde ahora hasta 2030, la inteligencia artificial aumentará el PIB de China en un 26%, en un 14% el de Norteamérica, y alrededor de un 10% el europeo. Esta tecnología puede ayudar a superar desafíos como los de la acción climática y a optimizar los resultados en numerosas áreas como el transporte, la medicina y la agricultura. Es por ello que compañías como Bosch han establecido su código ético, que se rige por la siguiente máxima: los humanos deben ser el árbitro último sobre cualquier decisión basada en inteligencia artificial.