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Sepiia, prendas de ingeniería para vestir en el día a día

Aplica una innovadora tecnología textil 100% reciclable

Equipo de Sepiia. En el centro, de brazos cruzados, Federico Sainz Robles, fundador y CEO de la firma de tecnología textil.
Equipo de Sepiia. En el centro, de brazos cruzados, Federico Sainz Robles, fundador y CEO de la firma de tecnología textil.

Si hablamos de sepia, enseguida se le vendrá a la mente ese exquisito cefalópodo al ajillo. Lo que quizá no sepa es que este bicho es un maestro del camuflaje: su piel puede cambiar de color como un arco iris, lo que le permite, en su día a día, protegerse de otros depredadores, capturar a su presa o cortejar a su pareja.

El sepia era también el color favorito de los fotógrafos, ya que era el más resistente al paso del tiempo.

Dos premisas que sirvieron de inspiración a Federico Sainz Robles para dar nombre a su startup, Sepiia, y lanzar su propia firma de moda, pero no de cualquier tipo de prendas, sino de indumentaria inteligente, que eso significa la doble i de la firma.

“¿Quién en su día a día se siente totalmente cómodo con la ropa que lleva?”, se pregunta Sainz Robles, CEO de Sepiia. “Que si una mancha inoportuna cuando vas a una reunión, que si otra de sudor, arrugas, que si te tira aquí o allá…. Me centré en investigar tejidos y tecnología para crear prendas prácticas y funcionales que requieran menos cuidados, sean cómodas y se fabriquen de forma responsable”, afirma.

Su ropa es antimanchas, antiarrugas, elástica, cómoda
y lavable

Casi tres años y medio después tiene su primera colección de prendas que no se arrugan, son antimanchas, sin olores, sin marcas de sudor, que no se amarillean, transpirables y elásticas, se pueden lavar en lavadora y son reciclables 100%. “La ropa es como una segunda piel y te acompaña las 24 horas del día, pero es muy poco funcional”, dice Sainz Robles, ingeniero de diseño industrial, máster en diseño de moda y en tecnología textil y muy preocupado por el cuidado del planeta, consciente de que la industria de la moda es una de las más contaminantes.

En el camino, Sainz Robles afianza su formación en los laboratorios del instituto tecnológico textil Aitex, “analizando y testando textiles con propiedades asombrosas aplicadas a otros sectores que necesitan ropa muy técnica, como el deporte, la industria militar o aeroespacial, y es cuando decido aplicar esas tecnologías en las prendas de uso cotidiano”.

En su paso por la aceleradora de Juan Roig obtuvo un total de 125.000 euros

Con esa idea clara, Sainz Robles acude a Lanzadera, la aceleradora de Juan Roig, donde “nos enseñaron a montar la empresa desde cero, crear la primera colección, a validar el producto, a despegar, en suma”, para lo cual Sepiia recibe un primer préstamo de 50.000 euros, a 0% de interés y un plazo de amortización muy largo y, posteriormente, otra inyección de capital de otros 75.000 euros.

Durante un año y medio este joven empresario trabaja en solitario en el desarrollo tecnológico –hoy cuenta con un equipo de ocho personas– “hasta lograr nuestro propio tejido con las características que buscábamos: antiarrugas, antimanchas, transpirable, elástico…”, describe.

Tejidos imposibles

Sepiia salió al mercado con la línea masculina y un básico de fondo de armario: una camiseta blanca; después siguieron camisas y polos, “prendas que resisten más de cinco posturas impecables, incluso si se hace deporte con ellas”. ¿Imposible? “No. Nuestros tejidos están formados por microfilamentos tetralobulados antibacterianos que incorporan pequeñísimas partículas de plata, lo que impide la proliferación de bacterias causantes del mal olor”, explica.

Las camisas masculinas son el producto estrella de la firma y se pueden adquirir desde 84 euros. Y ya han comenzado a lanzar prendas para mujer. “La demanda era alta y hemos empezado haciendo camisas, pero es cuestión de tiempo que hagamos de todo para ambos sexos. Lo más difícil es fabricar el tejido acorde a cada indumentaria; luego la impresión digital permite cualquier tipo de estampado”, señala. Desde que se inicia el trabajo en laboratorio hasta que el artículo sale al mercado pueden pasar de seis meses a un año.

Son pioneros en el mundo en este tipo de prendas, todo se fabrica en España y toda la producción es 100% sostenible. “Queremos que nuestra ropa tenga un uso más duradero, pero también que implique un menor gasto de recursos. No hacemos rebajas”, aclara. “Todos nuestros tejidos son 100% reciclables, el excedente se recicla para que las prendas tengan una segunda vida”, asegura.

Las cifras de la moda inteligente

Facturación. 650.000 euros en 2019. En el acumulado total desde su creación, hace poco más de tres años, la empresa ha alcanzado el millón de euros.

Plantilla. Nueve empleados.

Producción. 20.000 prendas. La mayoría básicos masculinos como camisas, camisetas y polos.

Tiendas. Su ropa se vende online; ya tienen su propio corner en la tienda multimarca Kraft & Walkers en Madrid y dentro de unos meses estrenarán también en la capital su primera tienda propia.

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