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Competencia y arbitraje: las claves del pacto comercial entre Londres y Bruselas

La UE quiere evitar que Reino Unido haga ‘dumping’ en el mercado interior mientras que Reino Unido rechaza un alineamiento estricto a las reglas comunitarias

El primer ministro británico, Boris Johnson, este lunes al anunciar su voluntad de un acuerdo de mínimos con la UE.
El primer ministro británico, Boris Johnson, este lunes al anunciar su voluntad de un acuerdo de mínimos con la UE. AP

Tras casi tres años de duras negociaciones que culminaron en la salida de Reino Unido de la UE el pasado viernes, llega ahora la segunda parte del partido con un reto mayúsculo: negociar en menos de 11 meses el acuerdo comercial que regirá la relación futura antes de que expire el periodo transitorio el 31 de diciembre.

Pero a pesar de que en la declaración política del acuerdo Londres y Bruselas coincidieron en impulsar una relación lo más estrecha posible, lo cierto es que las posiciones de partida enunciadas el lunes por un bloque y otro parten de puntos muy distantes. La UE aspira a un acuerdo ambicioso y profundo, pero Reino Unido se limita a querer un pacto comercial inspirado en el de Canadá.

El gran reto será llegar en tiempo récord a un punto de entendimiento entre ambas posturas, asegurando que Londres no pueda establecer estándares más bajos que hagan dumping a la UE y estableciendo que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) se mantengan como órgano de resolución de futuras controversias. Así lo detallaron este martes varios expertos en un foro sobre el Brexit organizado por Banco Santander, la Cámara de Comercio de España y el diario Expansión.

“El meollo de la cuestión es cómo evitar la competencia desleal de un socio tan cercano, ya que las distorsiones al comercio son mucho más grandes que las que puede generar cualquier otro país tercero sin la influencia de Reino Unido”, señala el consejero económico y comercial en la Embajada de España en Londres y antiguo ministro de Energía, Álvaro Nadal.

El agregado económico y financiero de la Embajada de Reino Unido en España, Bill Murray, insiste en que aunque Londres quiera decidir de “forma autónoma e independiente” su propia regulación, ello “no significa necesariamente que tenga que ser más laxa” que la de la UE, ni que vaya a desprenderse de todo el acervo comunitario ya incluido en su normativa nacional.

Pero a pesar de la buena fe con la que Reino Unido dice que actuará, ello no resuelve el problema que más preocupa a la UE: asegurar que el alineamiento en cuanto a estándares laborales, medioambientales y fitosanitarias se mantienen tras el periodo transitorio y que las divergencias de interpretación puedan dirimirse ante el TJUE, sostiene el director de la Representación Permanente de la Comisión Europea en España, Francisco Fonseca.

Nueva fiscalidad con Gibraltar

El Consejo de Ministros aprobó este martes un acuerdo fiscal con Reino Unido para luchar contra el fraude en Gibraltar en el marco del Brexit, y que se espera que el Congreso revalide. Según el Ejecutivo, el tratado internacional establecerá “reglas claras” para defender la compentencia justa y evitar que residentes fiscales en España tributen a través de sociedades sujetas al régimen fiscal del Peñón.

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