Johnson pide a la UE un acuerdo comercial sin tener que cumplir sus normas
Barnier propone a al primer ministro británico una relación sin aranceles
Dos días después de consumada la ruptura del Reino Unido con la Unión Europea, ambas partes comienzan hoy la batalla sobre su futuro acuerdo comercial, con 11 meses por delante que pueden provocar el temido Brexit duro si no hay un acuerdo antes del 31 de diciembre, cuando expira el acuerdo provisional que evitó una ruptura abrupta el sábado. El pesimismo sobre las negociaciones ha provocado que la libra cotice hoy con caídas, un 0,8% contra el dólar en 1,3105 dólares por libra.
Boris Johnson ha asegurado hoy en un discurso que Reino Unido ya ha elegido: quiere un acuerdo similar al que la Unión mantiene con Canadá, es decir, permitiendo el comercio pero sin que el país tenga que seguir las normas comunitarias. "Hemos elegido, queremos un tratado de libre comercio similar al de Canadá pero, en el improbable caso de que no tengamos éxito, entonces nuestro comercio tendrá que estar basado en el actual acuerdo de retirada de la UE", ha afirmado.
La Unión Europea (UE) ha ofrecido al Reino Unido negociar para la futura relación entre ambas partes un acuerdo comercial "altamente ambicioso" sin aranceles ni cuotas para todos los bienes que entren en el mercado único.
"Estamos preparados para ofrecer un acuerdo comercial altamente ambicioso como el pilar central de esta asociación, incluidos cero aranceles y cero cuotas en todos los bienes que entren en nuestro mercado único de 450 millones de personas", declaró el negociador comunitario para la relación con el Reino Unido tras el Brexit, Michel Barnier, durante una rueda de prensa. El político francés presentó ante los medios de comunicación hoy la propuesta de directrices de la Comisión Europea para la negociación con Londres en los próximos meses.
Una incógnita es hasta qué punto Johnson quiere un acuerdo con la UE; parte de su partido preferiría cortar todos los lazos, y el equipo de Johnson rechazado con firmeza las que considera demandas injustas por parte de la UE. El punto de fricción principal es si Gran Bretaña debe firmar las regulaciones del mercado único del bloque, a cambio dar acceso a los productos británicos a un mercado de 450 millones de personas.
"No es necesario que un acuerdo de libre comercio implique aceptar las normas de la UE sobre política de competencia, subsidios, sociales protección, el medio ambiente, o cualquier cosa similar", afirmó Johnson. Los funcionarios británicos quieren que la UE trate al Reino Unido como un igual en las negociaciones. La UE ha ofrecido a Gran Bretaña la posibilidad de elegir entre el acuerdo al estilo de Noruega (pertenencia al mercado único que requeriría mantener las regulaciones de Bruselas), o un libre comercio al estilo canadiense, opción preferida por Londres.
Johnson quiere exhibir que estaría dispuesto incluso a una relación aún menos estrecha, bajo las normas de la OMC y aranceles sobre la mayoría de las mercancías y solo se pactarían procesos para reducir algunos obstáculos reglamentarios.
Hoy, según Financial Times, Nissan había elaborado un plan de contingencia potencial para duplicar en su inversión en el Reino Unido a expensas de las fábricas en Europa, si las conversaciones comerciales entre Londres y Bruselas fallan. Según el diario, Nissan elaboró el secreto propuesta el año pasado ante la perspectiva de no poder mantener negocio en los dos bloques a un tiempo.