Los fallos de comunicación de la Fed oscurecen el debate sobre sus estímulos
Que las compras de deuda de los últimos meses sean o no flexibilización cuantitativa es casi irrelevante
Lo que la Reserva Federal tiene es un fallo de comunicación. El miércoles, el presidente del banco central de EE UU, Jerome Powell, volvió a rechazar la visión de que el aumento de más de 375.000 millones de dólares del balance de la Reserva Federal desde septiembre, incluyendo compras mensuales de aproximadamente 60.000 millones de dólares de bonos del tesoro de EE UU desde mediados de octubre, es flexibilización cuantitativa, es decir, la política poscrisis de aliviar las condiciones de crédito a través de la compra de bonos. Si lo es o no es casi irrelevante. Lo más importante es que la Reserva Federal está perdiendo el control de su mensaje.
Powell, por si sirve de algo, probablemente tenga razón. Comprar letras del tesoro a corto plazo para garantizar que los mercados de préstamos a un día funcionen sin problemas no es lo mismo que hacerlo para apuntalar la economía.
El problema es que el índice S&P 500 ha subido alrededor de un 10% desde que la Reserva Federal empezó a absorber letras, y el tipo de los bonos a 10 años superó el de las letras a tres meses en octubre, dando la vuelta a la curva de rendimiento invertida, un indicador de recesión. Eso hace que la acción de la Reserva Federal parezca flexibilización.
Este no es el primer problema de comunicación de la Reserva Federal. Los comentarios de Powell sobre que la contracción del balance está en “piloto automático” jugaron un papel importante en la caída de aproximadamente el 8% del S&P 500 a finales de 2018. Esta vez, las acciones de la Fed han provocado un amplio debate.
Powell recibió ayuda de un viejo colega el miércoles, unas horas antes de que hiciera su último intento de convencer al mundo de su postura. El expresidente de la Reserva Federal de Nueva York, William Dudley, escribió un artículo de opinión argumentando que la reciente subida del mercado tiene más que ver con el recorte de los tipos en octubre y la caída de las tensiones comerciales.
Hace un par de años, esto podría haber sido poco más que una críptica disputa. Pero la comunicación se está convirtiendo de nuevo en una parte importante de la política monetaria. La recuperación económica bate récords de duración y ha entrado en su undécimo año, lo que hace que sea cada vez más probable una desaceleración en algún momento cercano. Las herramientas tradicionales de los bancos centrales se suelen volver menos efectivas a medida que los tipos se acercan a cero.
Y la economía no se está comportando como antes. El desempleo está en mínimos históricos, y el crecimiento del PIB del 2,3% el año pasado está por encima de las estimaciones de la Oficina Presupuestaria del Congreso sobre el potencial de la economía. Sin embargo, la inflación se mantiene por debajo del objetivo del 2% de la Reserva Federal. Y la curva de rendimiento se invirtió de nuevo el jueves. Así que cualquier movimiento o pausa en los tipos de interés requiere una aclaración. Powell ha mejorado la capacidad de hacerlo empezando a dar una conferencia de prensa después de cada reunión de política monetaria. Eso será poco útil, sin embargo, si no consigue hacer llegar su mensaje.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías