Santander vende 1.250 millones en deuda sénior no preferente a siete años
El apetito que hay por el papel español permite recortar el precio en 20 puntos básicos
Dos semanas después de que Santander sorprendiera al mercado con la emisión de 1.500 millones en deuda contingente convertible (cocos en la jerga) destinados a la amortización anticipada de la emisión de 2014, hoy la entidad procedió a la venta de 1.250 millones en deuda sénior no preferente a siete años. La operación se produjo el día después a la presentación de resultados y se trata de la primera emisión de este tipo desde enero de 2018.
Siguiendo la tendencia que impera en este inicio de año, el interés suscitado por los inversores ha permitido a Santander rebajar el precio desde los 95 puntos básicos sobre midswap (tipo de interés libre de riesgo) a los 75 puntos a los que se ha cerrado la operación. La demanda supera los 2.500 millones de euros. Los bonos devengará un cupón del 0,5% y su rentabilidad se sitúa en el 0,574%. Banco Santander, Natixis, Goldman Sachs, NatWest Market, Société Générale y Nomura son las entidades colocadoras.
En la información remitida ayer a la CNMV el banco comunicó que su objetivo de financiación del grupo para el presente ejercicio oscila entre los 27.000 y 36.000 millones de euros. Solo para la entidad, esta cuantía alcanza los 12.000-15.000 millones de euros. En deuda sénior preferente y cédulas el importe se sitúa en la horquilla de los 16.000-21.000 millones de euros (5.000 millones corresponderían a la entidad; 8.000 millones a su financiera y 8.000 millones a su filial en Reino Unido). En deuda sénior no preferente las necesidades del grupo se elevan hasta los 10.000-13.000 millones y 1.000-2.000 millones que quedan estarían destinado a los híbridos.
En los últimos 12 meses las operaciones de sénior preferente y sénior no preferente repuntaron notablemente (un 253% y un 116%, respectivamente) en detrimento de la deuda subordinada, una tendencia que es prever que se repita este año. Completado los colchones de capital, los bancos se afanan ahora en continuar construyendo los colchones requeridos para la regulación MREL.