La amenaza del virus chino deja expuestos a los gigantes de las joyas
Dada su dependencia del país, el sector no tiene una forma fácil de amortiguar el golpe
Un virus mortal ha estallado en China antes de la celebración del Año Nuevo Lunar. En comparación con el brote del Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS) en 2003, el daño a los valores del lujo hasta ahora parece modesto. Pero los compradores chinos se han convertido desde entonces en los mayores gastadores de un mercado de 280.000 millones de euros. Si continúa propagándose, el impacto podría ser peor.
Con millones de chinos preparándose para reunirse con sus familiares o viajar al extranjero para celebrar las fiestas, el riesgo de contagio crece. Desde el brote de SARS de 2003, que mató a casi 800 personas en el mundo, China ha construido una extensa red nacional de trenes de alta velocidad, y se han popularizado los viajes en avión.
Los principales vendedores de bolsos y pulseras caras, como LVMH, Kering y Richemont han perdido entre el 5% y el 6% de su valor en menos de una semana por las noticias sobr eel virus. Queda un largo camino hasta la caída del 33% que sufrió Kering en los primeros tres meses de 2003, la más severa de la crisis del SARS, o la del 28% de Richemont.
Pero el lujo, que ya está sufriendo por los disturbios en Hong Kong, parece más vulnerable ahora que en 2003. Si Pekín no logra controlar la enfermedad, es probable que los consumidores se alejen de los espacios públicos, como centros comerciales y aeropuertos, donde se producen la mayoría de las ventas. En 2000, los compradores chinos, ya fuera en su país o en el extranjero, suponían solo el 1% de las ventas mundiales de alta gama, pero su apetito por las joyas ha aumentado en la última década. En 2018, aportaron el 33% de los ingresos de la industria, dice Bain & Co. Eso implica que cada mes de crisis afectaría a casi el 3% de las ventas anuales.
Dada su dependencia de China, el sector no tiene una forma fácil de amortiguar el golpe. Puede intentar vender más online, pero eso solo supone una pequeña parte de las ventas. Y la voraz demanda china no puede sustituirse fácilmente por la de otros países. La última crisis del gigante asiático deja expuestos a los gigantes de las joyas.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías