Tencent será la próxima en el punto de mira de Occidente
Juega un papel importante en la campaña de China para supervisar e influir en los chinos del extranjero
La app WeChat, de Tencent, con más de mil millones de usuarios, es indispensable para la vida y los negocios en China, y juega un papel importante en la campaña de Pekín para supervisar e influir en los chinos del extranjero. El debate sobre su contención pondrá a prueba el compromiso occidental con el libre flujo de información.
ByteDance, dueña de la videoapp TikTok, ya está siendo investigada en EE UU. Si es un riesgo, WeChat también. Está obligada por su Gobierno a compartir los datos de usuarios, además de censurar conversaciones y noticias. Ha pasado desapercibida porque tiene pocos usuarios no chinos. Es poco probable que eso dure. La app ya está siendo criticada en Australia, que tiene medio millón de residentes nacidos en China. Los políticos están nerviosos por intromisiones chinas en su sistema. El Partido Laborista dijo hace poco que en WeChat se difunden artículos engañosos sobre sus políticas de inmigración y derechos de los homosexuales.
Tencent es el mayor componente del índice Hang Seng Composite y el segundo mayor del MSCI China. Aunque China sigue siendo su principal mercado, los ingresos en otros países por publicidad y pagos podrían estar en riesgo. Podría verse obligada a deshacerse de sus participaciones en estudios de videojuegos de EE UU, incluido un 40% de Epic Games (Fortnite), que vale 6.000 millones de dólares, según HSBC, o a no coproducir películas como Wonder Woman.
Pero WeChat también podría presentar un desafío que ni siquiera otros como Huawei plantearon: cómo bloquear el flujo de datos. Las autoridades podrían decirle que deje de transmitir a China, o que almacene los datos localmente. O podría bloquear WeChat directamente, como hace Pekín con Facebook. Cualquiera de estas medidas engrasaría la pendiente en la que está cayendo Occidente. El 40% de los estadounidenses cree que el Gobierno debe restringir la información falsa online, según Pew Research Center. A medida que europeos y norteamericanos endurecen las fronteras físicas, la idea de que creen sus propias versiones del Gran Firewall parece menos descabellada.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías