El Banco de España asume que el déficit no se reducirá este año
Cree que el agujero fiscal cerrará 2019 en el -2,5% y que solo el buen tono económico lo seguirá reduciendo si no se compensa la actualización de la pensiones con el IPC
Después de seis años consecutivos de reducción del agujero de las cuentas públicas, desde el -10,5% del PIB marcado en 2012, hasta lograr salir del procedimiento de déficit excesivo tras reducirlo al -2,5% a cierre de 2018, el Banco de España estima que el balance presupuestario no experimentará mejora alguna en 2019.
Así lo ha estimado el supervisor en su actualización de previsiones económicas del país, publicada este lunes, en el que avanza que el agujero fiscal se mantendrá a cierre del ejercicio en el -2,5%.
El supervisor achaca el fenómeno a un mayor alza del gasto y un menor peso de los ingresos de lo previsto. “En concreto, para el año 2019 los datos de ejecución presupuestaria hasta septiembre del conjunto de las Administraciones Públicas, excluidas las Corporaciones Locales, muestran un avance más dinámico de lo esperado de la remuneración de asalariados y de las prestaciones sociales”, un gasto extra que el buen tono del ciclo económico no logra compensar dado que “en este mismo sentido, los datos de octubre de ingresos impositivos señalan una desaceleración significativa de la recaudación del impuesto de sociedades, al no repetirse este año el elevado pago fraccionado observado en 2018”.
De esta forma, el Banco de España empeora en una décima su previsión de evolución del agujero fiscal para este año y considera que el Gobierno en funciones será incapaz de cumplir el objetivo que se había marcado de cerrar 2019 con un déficit público cercano al -2% del PIB. El supervisor asume que, si no se toman medidas adicionales, las mejoras de los próximos años irán ligadas exclusivamente al buen tono de la economía.
Esto es así, en buena medida, porque el supervisor ha comenzado a estimar el impacto que tendrá dejar de revalorizar las pensiones públicas un 0,25% anual para actualizarlas con el IPC, medida que el Gobierno de Pedro Sánchez ha comprometido ante Bruselas y prevé poner en marcha de la mano de Unidas Podemos si logra armar el Ejecutivo de coalición para el que ambas fuerzas buscan actualmente apoyos parlamentarios.
“El déficit público se corregiría gradualmente a lo largo del horizonte de previsión, hasta situarse en el 1,4 % del PIB en 2022. No obstante, esta mejoría descansaría exclusivamente sobre los efectos favorables del ciclo económico y sobre la continuación del proceso de reducción del coste medio de la deuda, como consecuencia del contexto actual de reducidos tipos de interés” mientras que “no se esperan cambios significativos en el saldo estructural primario en el curso del horizonte de proyección”.
“De este modo, tono de la política fiscal, que en 2019 ha sido claramente expansivo, pasaría a ser aproximadamente neutral en el período 2020‑2022”, cuando el ritmo de reducción empeorará en 0,2% puntos de PIB frente a sus previsiones anteriores “en gran medida” debido a la previsión de revalorización de las pensiones.
En el caso del año 2020, el déficit previsto es del 2,1%, tres décimas más de lo esperado, de las que una se debe al mayor punto de partida de 2019; otra al alza de pensiones; y otra más al gasto en compensaciones por el temporal DANA.
Todo dependerá en cualquier caso de las medidas presupuestarias que pueda tomar el nuevo Gobierno que salga de las urnas del 10N, puesto que ahora mismo el escenario central es una nueva prórroga presupuestaria de las cuentas de 2018 que la coalición PSOE-Podemos aspira a sustituir lo antes posible por unas nuevas cuentas.
A la espera de conocer las nuevas medidas que puedan aprobarse, el Banco de España confía en que la economía del país siga en una fase claramente positiva durante los próximos tres años, pero dentro de un proceso de ralentización.
“En el tercer trimestre del año, el PIB creció, como en el trimestre precedente, un 0,4 % intertrimestral (frente al 0,2 % de la zona del euro). La información disponible hasta la fecha de cierre de este informe apunta a que en el tiempo transcurrido del cuarto trimestre se estaría manteniendo un ritmo de crecimiento similar”, avanza.
A partir de ahí, el Banco de España espera “que el avance del PIB se sitúe en el 2 % en 2019, por debajo del 2,4 % registrado en 2018, y que se modere hasta el 1,7 %, el 1,6 % y el 1,5 % en cada uno de los tres años siguientes”.
“Esta desaceleración, que sería coherente con una convergencia paulatina del ritmo de avance de la economía hacia su tasa de crecimiento potencial, se explicaría por una menor aportación al avance del producto tanto de la demanda externa como de la demanda interna”, expone.
En este sentido, el director general de economía y estadística del Banco de España, Óscar Arce, detalló que la demanda embalsada de bienes duraderos durante la crisis, que llevó a muchas familias a aplazar la compra de vehículos o electrodomésticos, habría quedado ya prácticamente amortizada en estos primeros años de recuperación lo que restará vigor al consumo en el futuro.
El empleo crece menos que el PIB tras subir el salario mínimo
El Banco de España rechazó ayer evaluar el impacto que tendría subir el salario mínimo interprofesional (SMI) al 60% del sueldo medio, por encima de los 1.000 euros, como ha prometido el presidente del Gobierno en funciones, hasta que la propuesta sea firme. En cuanto a el alza del 22% en 2019, a 900 euros, que ya alertó que costaría 145.000 empleos, el supervisor tardará meses en hacer un análisis exhaustivo pero avanza que hay “indicios” de su impacto negativo pues el empleo crece ya menos que el PIB, particularmente en las regiones y sectores donde es más habitual el salario mínimo.