Así queda la frontera entre las dos Irlandas
Los controles aduaneros y regulatorios se llevarán a cabo en los puertos de entrada a Gran Bretaña y no dentro de la isla irlandesa
Los equipos negociadores de Reino Unido y la Unión Europea han ideado un nuevo sistema para evitar una frontera física entre las dos Irlandas, el mayor escollo de las negociaciones del Brexit, que podía poner en peligro los acuerdo de Viernes Santo de 1998. Según ha explicado esta mañana el negociador comunitario, Michel Barnier, la UE "ha aceptado suprimir el backstop y reemplazarlo por un nuevo enfoque" que prevé que Irlanda del Norte siga alineada con ciertas normas del mercado único europeo pero forme parte del territorio aduanero del Reino Unido. De esta forma, los controles a los bienes se efectuarán en los puertos de entrada a Gran Bretaña, y no en la frontera entre las dos Irlandas.
Para los productos de consumo inmediato que crucen de Gran Bretaña y estén destinados a quedarse en la isla irlandesa, no se aplicarán las tarifas comunitarias, como tampoco estarán sujetos los bienes personales de quienes crucen la frontera entre la provincia británica y la República de Irlanda. Según ha asegurado Barnier, se trata de una "solución legalmente operativa" que permitirá evitar una frontera física entre ambos territorios, preservar la economía de la isla y la integridad del mercado.
Además, el pacto prevé que la Asamblea de Irlanda del Norte pueda votar si se mantiene esa salvaguarda cuatro años después de que haya entrado en vigor, lo cual debería suceder una vez que concluya el periodo de transición posterior al Brexit, previsiblemente a finales de 2020. "Para que la solución sea durable, el apoyo democrático es la piedra angular de nuestro enfoque recién acordado, por lo que creo que es aceptable que sea revisada regularmente", ha detallado el negociador jefe del bloque comunitario.
Si la Cámara consiente, el sistema se extenderá por cuatro años más, y si vuelve dar su aprobación en ese momento, se revisará ocho años después. Si decae el apoyo norirlandés, habrá un periodo de dos años en el que ambas partes tendrán que encontrar una nueva solución, mientras que si la Asamblea no lo somete a votación, seguirá rigiendo ese sistema por defecto. Con todo, el nuevo sistema no será reemplazado por el nuevo acuerdo de libre comercio que sellen Reino Unido y la UE, lo que constituye una concesión por parte del bloque comunitario.
Para la relación futura entre ambos bloques, Johnson ha dejado claro su intención de apostar por un acuerdo de libre comercio, por lo que otras opciones como "un eventual territorio aduanero único" han quedado eliminadas, según ha detallado Barnier. "Lo que no cambia es que, debido a nuestra proximidad geográfica y nuestra fuerte interdependencia con Reino Unido, impulsaremos un acuerdo de libre comercio ambicioso sin tarifas ni cuotas", ha proseguido el negociador comunitario.