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Lo ‘agile’ no es enemigo de lo legal

La abogacía ha seguido una estrategia comercial y de desarrollo de negocio poco sofisticada

Getty

Los marcos de trabajo nacidos alrededor de la cultura agile pueden ser de gran utilidad para el ejercicio de la abogacía. Siendo la de la abogacía y la consultoría informática dos profesiones de prestación de servicios, la evolución que han tenido respectivamente ha sido muy diferente. La abogacía ha seguido una estrategia comercial y de desarrollo de negocio poco sofisticada y una interacción con el cliente reactiva y unidireccional. Sin embargo, el de la prestación de servicios tecnológicos ha sido más versátil, proactiva, bidireccional y muy orientada al cliente.

Manifiesto Agile

Una muestra de esa orientación al cliente en la prestación de servicios informáticos y, en concreto, en la de desarrollo de software, fue la aparición en 2001 del Manifiesto Agile.

Este manifiesto ha sido el origen de nuevas formas de trabajo que ahora son el pilar sobre el que muchas startups construyen su modelo de negocio y una de las palancas sobre la que las organizaciones tradicionales se apoyan para afrontar el reto de su transformación digital.

El Manifiesto Agile se basa en cuatro ideas: lo importante son las personas; mínimo producto viable; customer centric; adaptabilidad.

Aplicar estas cuatro ideas conlleva abandonar los esquemas organizacionales que hasta ahora hemos conocido, piramidal y jerarquizado, para pasar a ser una organización con una estructura líquida, con equipos transversales y autogestionados.

A partir de este manifiesto empezaron a surgir marcos de trabajo que ayudaban a ponerlo en práctica. Uno de los más conocidos es Scrum, un proceso que adopta una estrategia de desarrollo incremental que busca la calidad a través del conocimiento de las personas autoorganizadas.

Y alrededor de esta cultura de la agilidad han ido llegando a las organizaciones otros marcos de trabajo, como Kanban, Lean, Design Thinking y otros más recientes que beben de todas estas fuentes.

En concreto, Kanban es un marco especialmente útil en la gestión de los asuntos que lleve un equipo de abogados o un despacho, pues permite hacer visible lo que de otro modo es trabajo del conocimiento intangible. Esto afecta, entre otras cosas, a la mejora de la eficiencia, la distribución proporcionada del trabajo y maximiza la entrega de valor añadido.

Un manifiesto legal

Una de las razones por las que surge el manifiesto es porque en el sector del desarrollo del software se producía frecuentemente una situación parecida a lo que nos ocurre cuando haces obra en casa. Lo presupuestado y planificado no se ajusta a lo que después ocurre. Y si no, que le pregunten al FBI con el desarrollo de su sistema informático Sentinel.

En la prestación de servi­cios jurídicos hay muchas razones que podrían llevar a replicar el Manifiesto Agile en el sector legal. Además del desajuste entre la propuesta y las horas impu­tadas, hay otros síntomas que llevan a pensar en la necesidad de formas de trabajo más ágiles:

1) Eficiencia de costes.

2) Vivimos en la era de la complejidad. El marco en el que se mueven las empresas ha dejado de ser predecible.

3) Transformación digital. Emergen circunstancias que ni siquiera están reguladas.

4) Soluciones holísticas. El cliente necesita asesoramiento jurídico que incorpore otras visiones, especialmente la tecnológica.

5) Inmediatez. Los clientes demandan respuestas muy rápidas.

La necesidad de establecer nuevos marcos de trabajo en la abogacía viene también generada por las aspiraciones profesionales de los nuevos egresados en Derecho que entran al mundo laboral y que pasan por trabajar en organizaciones dinámicas, con entornos de trabajo seguros y que les genere confianza, en las que se estimule su creatividad y capacidad de emprendimiento y en las que dispongan de gran autonomía.

Por todo esto, creo que los marcos de trabajo que han nacido alrededor de la cultura agile pueden ser de gran utilidad en el sector legal.

Ignacio Escobar, consultor de RRHH especializado en el sector legal.

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