La alta velocidad de Texas entra en vía rápida de la mano de Renfe
La promotora, Texas Central, espera los trámites ambientales y de seguridad para la primera mitad de 2020
La promotora del primer ferrocarril de alta velocidad que podría construirse con capital privado en el mundo, Texas Central Partners, ha disparado el optimismo sobre las posibilidades del proyecto para enlazar las ciudades estadounidenses de Houston y Texas. La iniciativa, en la que la española Renfe juega el rol de asesor principal y aspira a convertirse en operadora, tiene luz verde para el arranque de la fase regulatoria. En el entorno del proyecto estiman que, de ir todo bien, las obras podrían comenzar a la vuelta de poco más de dos años.
El Departamento de Transporte de Texas y la Autoridad Ferroviaria Federal (FRA por sus siglas en inglés) han tenido en cuenta la singularidad de la infraestructura y aceptaron la semana pasada la aplicación de una normativa específica para la misma (Rule of Particular Applicability o RPA). A partir de este punto, la Autoridad Ferroviaria se pone a trabajar en el diseño de las especificaciones y regulación, que Texas Central espera conocer a lo largo del primer semestre de 2020, con las especificaciones sobre el servicio, seguridad y respeto al medio ambiente a que debe atenerse el tren bala (existe un borrador de declaración de impacto ambiental de diciembre de 2017 en el que se fija un primer trazado).
Texas Central cursó a primeros de 2016 la petición de una normativa lo más adaptada posible al proyecto a la vista de que Estados Unidos carece prácticamente de experiencia en el desarrollo de este tipo de infraestructuras. “Vamos a cumplir o superar todos los requisitos que exija la FRA para garantizar que tenemos el sistema ferroviario más seguro del mundo”, ha señalado a través de un comunicado el consejero delegado de Texas Central, Carlos Aguilar, quien añade que este es el mayor hito conquistado hasta el momento por su plan.
El primer proyecto ferroviario privado de alta velocidad está presupuestado entre 10.800 y 13.500 millones de euros
El costoso desbloqueo del proyecto en la Administración ha sido leído como un aval al tren de alta velocidad japonés Shinkansen, del que la promotora estadounidense resalta que ha transportado a más de 10.000 millones de pasajeros sin accidentes reseñables. Esta tecnología de alta velocidad nipona, desarrollada en los talleres de JR Tokai, viene evolucionando desde los años sesenta hasta desembocar en el modelo N700S, que rodará en Texas y de próximo estreno en el país asiático (está en fase de pruebas a más de 350 kilómetros por hora).
Texas Central insiste en sacar adelante su iniciativa sin apoyo público, ante lo que fuentes con experiencia en el mercado estadounidense subrayan la complejidad de levantar capital privado tras el parón del AVE de California, entre fuertes sobrecostes que se ha negado a sostener el Gobierno Federal, o la imposibilidad de sacar adelante la alta velocidad en Florida.
El arranque de los trámites facilita la búsqueda de financiación para un plan de obras y equipamiento valorado entre 12.000 y 15.000 millones de dólares (de 10.840 a 13.545 millones de euros). Al igual que Renfe afronta una etapa decisiva como asesora, también están en marcha Citigroup y Mitsubishi UFJ Financial Group en busca de inversores. Una de las claves es despertar el interés de los institucionales estadounidenses, a la vista de que el principal apoyo procede por el momento de Japón. Los 300 millones de dólares obtenidos por Texas Central para sufragar la fase de diseño han sido prestados por Japan Bank for International Cooperation y Japan Overseas Infrastructure Investment Corporation.
Además de Renfe y los dos bancos, la compañía que dirige Carlos Aguilar ha confiado a Salini Impregilo (el pasado viernes firmó el contrato en firme) y Bechtel la parte del diseño y construcción. Al margen de la próxima tramitación de los permisos y la búsqueda de fondos, la impulsora de la alta velocidad en este Estado sureño está ya trabajando para asegurarse los terrenos que debe atravesar el trazado. El debate sobre el supuesto derecho de expropiación para abrir paso a la infraestructura, considerada estratégica, fue meses atrás por el Senado y ha pasado por distintos juzgados.
Con mayor o menor dificultad, directivos de Texas Central han afirmado contar ya con el 30% del suelo necesario.
Objetivo: cinco millones de viajeros en 2026
El proyecto. La línea Texas Bullet Train tendrá una longitud de 386 kilómetros entre Dallas y Houston, que serán cubiertos en 90 minutos. Habrá tres estaciones en el recorrido y los trenes tendrán capacidad para 400 viajeros. La velocidad a la que se aspira es de 320 kilómetros por hora.
Pasos. Texas Central prevé completar la tramitación medioambiental y en materia de seguridad a lo largo de 2020, para inmediatamente después proceder al cierre financiero del proyecto e iniciar las obras.
Estudios previos. La Autoridad Ferroviaria Federal ha analizado más de una veintena de trazados antes de seleccionar el definitivo. Este último ha de ganarse aún la declaración de impacto ambiental.
Estimación de tráfico. La empresa que lanza el tren de alta velocidad en Texas prevé cinco millones de viajeros en 2026. Antes, durante la fase de construcción, más de 10.000 trabajadores habrán participado enel proyecto.