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El FMI eleva en dos décimas la previsión de crecimiento de España hasta el 2,3%

La perspectiva contrasta con la caída de una décima en la estimación global pero el organismo mantiene que el país se desacelerará al 1,9% en 2020 hasta 1,9%

Previsiones del FMI de julio de 2019
Juande Portillo

El Fondo Monetario Internacional ha constatado este martes que mientras el crecimiento de la economía mundial sigue agravando su ralentización, el de la española renueva su vigor. En concreto, el organismo corrigió sus previsiones macroeconómicas reduciendo en una décima su previsión de crecimiento mundial para este año hasta el 3,2%. Por el contrario, el FMI augura un incremento del 2,3% para España a cierre del ejercicio, una cifra que supera en dos décimas la estimación realizada por la misma institución el pasado abril, cuando la previsión fue reducida en una décima frente a la perspectiva publicada a inicios de año.

“Las proyecciones de crecimiento para España en 2019 se han revisado al alza, como reflejo de la fuerte inversión y la debilidad de las importaciones al comienzo del año”, señala el informe de Perspectivas de la Economía Mundial que el FMI publicado este martes, el tercero de los cuatro que el organismo emite anualmente.

La mejora de previsiones sobre la economía española que acaba de anunciar el FMI se suma a la que vienen haciendo otras instituciones en los últimos días. En concreto, la Comisión Europea también elevó en dos décimas la estimación de crecimiento del PIB, hasta el 2,3% a comienzos de julio; la misma cifra que estimaron BBVA Research hace una semana (subiendo una décima su cálculo anterior) o Funcas este lunes (tras incrementarla en otra décima).

De hecho, según avanzó la pasada semana la ministra de Economía en funciones, Nadia Calviño, el Gobierno español estudia actualmente una revisión de sus estimaciones de crecimiento para 2019, que de momento se mantienen en un alza del PIB del 2,2%.

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La cifra española supera con creces el 1,9% de crecimiento esperado para el conjunto de las economías avanzadas, entre las que solo EE UU supera esta cota, con un aumento esperado del 2,6% para 2019. La estimación del FMI es que Alemania crecerá un 0,7%; Francia, un 1,3%; Italia, un 0,1%; Japón, un 0,9%; Reino Unido, un 1,3%; y Canadá un 1,5%. A su vez, las economías emergentes crecerán un 4,1% este año, con Rusia subiendo un 1,2%; China, un 6,2% e India, un 7%.

Aunque la comparativa internacional actual deja en muy buen lugar a España, lo cierto es que el FMI mantiene su previsión de que el PIB español mantenga su progresiva desaceleración –el año pasado creció un 3%– hasta el 1,9% en 2020.

Así, pese al renovado ímpetu de la economía española este año, la percepción es que su PIB mantendrá una senda de crecimiento descendente en contraste con la economía global, que repuntaría el próximo año al 3,5%, o con la europea, que se alzaría un 1,3% este ejercicio y un 1,6% el próximo.

“Se prevé un repunte del crecimiento en la zona del euro en lo que queda de este año y hasta 2020, ya que se proyecta que la demanda externa se recuperará y que seguirán disipándose los factores temporales (como la disminución del número de matriculaciones de vehículos en Alemania y las protestas callejeras en Francia)”, argumenta el informe publicado por el FMI.

Por lo demás, entre los motivos que justifican la rebaja de perspectivas globales para 2019, el FMI subraya la batalla arancelaria abierta entre EE UU y China, la especial amenaza de las políticas proteccionistas de Trump sobre el sector tecnológico, la incertidumbre que sigue rodeando al Brexit o la caída de los precios de la energía por las tensiones geopolíticas. Factores que merman un “crecimiento mundial que sigue siendo moderado”.

“Los datos sobre el PIB en lo que va del año, sumados a una moderación general de la inflación, apuntan a una actividad mundial más débil de lo previsto. La inversión y la demanda de bienes de consumo duraderos han sido moderadas en las economías avanzadas y de mercados emergentes, dado que las empresas y los hogares continúan postergando el gasto a largo plazo”, destaca además el FMI.

“Por consiguiente, el comercio mundial, que es intensivo en cuanto a maquinaria y bienes de consumo duraderos, sigue siendo flojo. El repunte del crecimiento proyectado para 2020 es precario, y supone la estabilización de las economías de mercados emergentes y en desarrollo que están atravesando tensiones y avances hacia la resolución de las diferencias en torno a políticas comerciales”, agrega.

Entre los riesgos bajistas que detecta, el organismo destaca nuevas tensiones comerciales, “un aumento prolongado de la aversión al riesgo que deje al descubierto una continua acumulación de vulnerabilidades financieras tras varios años de tasas de interés bajas”, y “una intensificación de presiones desinflacionarias que agraven las dificultades para el servicio de la deuda, restrinjan el margen de la política monetaria para contrarrestar las desaceleraciones y prolonguen más de lo normal los shocks adversos”, remata el informe del FMI.

Necesidad “apremiante” de medidas

Aranceles. El FMI alerta de que existe una “necesidad apremiante” de medidas para “afianzar el crecimiento mundial” entre las que destaca una reducción de las tensiones comerciales y tecnológicas que ha desatado la batalla arancelaria entre EE UU y China; una pronta aclaración del acuerdo comercial entre Reino Unido y la UE en el marco del Brexit y la difusión de las condiciones de la zona de libre comercio entre Canadá, EE UU y México. “Los países no deben recurrir a los aranceles para influir en la balanza comercial bilateral, ni como reemplazo del diálogo con el fin de presionar a otros a efectuar reformas”, advierte.

 

Política acomodaticia. El organismo considera adecuada una política acomodaticia dado el moderado nivel de demanda e inflación.

Fiscalidad. El FMI insta a tomar medidas fiscales que permitan suavizar la demanda, proteger a los más vulnerables, reforzar el crecimiento con gasto destinado a reformas estructurales y garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas a medio plazo.

Objetivos. La prioridad de todos los países, dice el FMI, debe ser ampliar la inclusión, incrementar la resiliencia y abordar los escollos a su crecimiento potencial. En el caso de que el crecimiento siga debilitándose, apuesta por unas políticas macroeconómicas más acomodaticias.

 

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