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Tribuna
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Claves para llegar a ser un buen lobista en Bruselas

Es muy importante no sobrevender la capacidad de influencia y ser claro y transparente en las propuestas

CINCO DÍAS

A pocos meses de que se inicie el curso 2019/2020, quizás algunos estudiantes se estén planteando tener un futuro profesional como lobista. En ese caso, me gustaría darles algunas pistas para que elijan correctamente sus estudios a fin de desarrollar una carrera profesional próspera y no equivocar caminos. En primer lugar, y antes de escoger un grado, deben saber que la mayoría de lobistas tienen formación en humanidades, priorizando licenciaturas o grados en Ciencias Políticas, Derecho, Economía o Relaciones Internacionales, entre otros. Además, una vez finalizados, la mayoría completa sus estudios superiores con un máster y en este sentido, el Colegio de Brujas y la ULB (Universidad de Bruselas) son dos claras referencias en el sector de los public affairs o para trabajar de funcionario en alguna de las instituciones europeas. También es posible asistir a cursos más ejecutivos, como el Beyond Market de la Universidad de Standford.

Al profesional lobista se le exige un gran conocimiento de las instituciones europeas, incluso por encima de conocimientos jurídicos o económicos, alto nivel de inglés, superior al C1, y conocer otros idiomas, valorándose sobre todo francés y alemán. Este don de lenguas facilita la comunicación con mayor número de stakeholders del Parlamento y la Comisión Europea y si el dominio incluye una especialización en lenguaje jurídico y parlamentario, mucho mejor.

Dentro de las capacidades que el lobista debe demostrar en una determinada posición destacan las habilidades comunicativas y relacionales, pero también una gran capacidad de síntesis. Ser capaz de explicar algo complejo con sencillez, porque en general los políticos no suelen tener mucho tiempo. Y a todo ello se une la habilidad para buscar consensos y puntos en común entre distintas posturas.

En general, la labor de un lobista en Bruselas requiere ser capaz de realizar múltiples reuniones en la Comisión, Consejo, seguimiento de comisiones del Parlamento y en eventos. Se necesita mucho contacto con los stakeholders. En Bruselas hay todo tipo de intereses empresariales, asociativos, ONG, de otros niveles institucionales como pueden ser regionales o de otros países. Para disponer de una buena agenda, además, no hay que olvidar ser proactivo y mantenerse en contacto constante con las instituciones y sus representantes.

Cumplir con el código de conducta de un lobista resulta imprescindible para ejercer la profesión. Para ello es muy importante no sobrevender la capacidad de influencia y ser claro y transparente en los planteamientos y propuestas. Por otro lado, el buen lobista debe contar con visión estratégica, capacidad de organización y proactividad a la hora de anticiparse a los desarrollos políticos y legislativos.

María Rosa Rotondo es Socia directora de Political Intelligence y presidenta de APRI (Asociación de Profesionales de Relaciones Institucionales)

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