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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Nuevos horizontes empresariales para España

En servicios, la economía española puede ser un factor clave en las relaciones de EE UU y Europa

Efe

Podemos sentirnos orgullosos de dos hitos alcanzados recientemente. Según el FMI, en 2019 España ha superado a Australia y es ahora la decimotercera economía del mundo por volumen de PIB. Todas las potencias que nos anteceden en dicha clasificación tienen mucha más población, con la excepción de Canadá, cuya riqueza en hidrocarburos y metales es muy sustancial y registra 36 millones de habitantes frente a los 46 de España.

El PIB de un país es la suma de su consumo interno, exportaciones netas, gasto público e inversión. Más población lógicamente facilita producir un PIB mayor. La expansión del PIB de España superó el 3% en 2015, 2016 y 2017. Las proyecciones del FMI prevén que el PIB de España ascienda a 1,75 billones de dólares en 2023. Rusia nos aventaja en 175.000 millones de dólares, pero el envejecimiento de su población y dependencia total de la exportación de hidrocarburos y metales provocan su estancamiento. Debido a la crisis demográfica de Corea del Sur, golpeada por el envejecimiento de la población y la ausencia de inmigración, España podría asimismo adelantarla en el próximo lustro.

En cualquier caso, la previsión de un PIB de 1,75 billones en 2023 nos situaría una plaza por debajo del selecto grupo de 11 potencias con un PIB superior a los dos billones. Cabe asimismo resaltar que España aventaja cómodamente a las potencias emergentes y desarrolladas que se sitúan entre la decimoquinta y vigésima plazas. Nuestro PIB es 222.000 millones superior al de México (129 millones de habitantes) y 400.000 millones más alto que el de Indonesia (264 millones). El propio FMI no prevé que México, Indonesia y mucho menos Arabia Saudí, Suiza y Turquía reduzcan la brecha que nos separa.

A diferencia de Rusia y Corea del Sur, España está cerca del liderazgo internacional en esperanza de vida y ha sido declarado en 2019 el país más sano del mundo según el ranking de salud de los países de Bloomberg. Basado en datos de la ONU, el Banco Mundial y la OMS, el índice de Bloomberg emplea una amplia gama de ítems como la renta per cápita, calidad y acceso a la sanidad, hábitos alimentarios y calidad medioambiental. Nuestra esperanza de vida es líder entre los 28 Estados miembros de la UE e inferior únicamente a la de Japón y Suiza. El Instituto de la Universidad de Washington vaticina que España en 2040 gozará de la esperanza de vida –86 años– más alta del mundo.

Pero desde 2017, el componente del consumo interno está aumentando excesivamente en nuestro país, mientras que las exportaciones y la inversión disminuyen en su contribución al PIB. El gasto público no debe incrementarse después de que España lo redujera al 2,4% del PIB a finales de 2018 y saliera del procedimiento de déficit excesivo. El bono a diez años (0,51%) y la prima de riesgo (76 puntos) han descendido a mínimos históricos.

Los escépticos pueden atribuir dichos récords a la expectativa de recorte de tipos de la Reserva Federal –que favorece a la renta variable– , la política monetaria acomodaticia del Banco Central Europeo y el valor refugio de la deuda soberana de los integrantes de la eurozona ante el imprevisible desenlace de las guerras comerciales. Pero dichos factores también benefician al Reino Unido, EEUU, Canadá y Australia, y su coste de endeudamiento se mantiene estable o asciende.

España será líder en crecimiento del PIB en la eurozona (por encima del 2%), pero la ralentización brusca de nuestros socios y el brío que sigue mostrando la economía de EE UU nos ofrece nuevas oportunidades. EE UU y la UE generan el 46% del PIB, el 33% del comercio y más de la mitad de la inversión directa extranjera del mundo. El stock de inversión extranjera de EEUU en la UE es tres veces mayor del que tiene en Asia, y el de la UE en EEUU es siete veces superior al que ha acumulado con China e India. El presidente Trump ha abierto algunos frentes de confrontación comercial con la UE, como el acero y aluminio y quizás automóviles. Pero incluso en un segundo mandato no puede alterar el hecho de que la UE y los EEUU tienen la mayor relación bilateral en materia de comercio e inversión y disfrutan de la relación económica más integrada del mundo.

Pero en el ámbito de los servicios –energéticos, transporte y telecomunicacions– España puede desempeñar un papel clave en la relación transatlántica. EE UU y la UE deberían ser socios en el desarrollo de la red 5G, en materia de importación de GNL de EEUU y ampliar su Acuerdo de Cielos Abiertos. De hecho, la Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión ya existe y pretende avanzar hacia un mercado común transatlántico.

 Alexandre Muns es profesor de EAE Business School

 

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