El nuevo alto el fuego del ‘reality’ comercial suena familiar
Sería prudente que los inversores frenaran su entusiasmo: esta distensión se parece mucho a la del G20 anterior
Donald Trump ha declarado otro alto el fuego en el reality show de la guerra comercial. Pero sería prudente que los inversores frenaran su entusiasmo. Esta distensión se parece mucho a la anterior.
Las dos partes están “de vuelta en el buen camino”, dijo Trump el sábado tras reunirese con el presidente chino Xi Jinping al margen de la cumbre del G20. Los nuevos aranceles que había amenazado con aplicar a unos 300.000 millones de dólares de exportaciones chinas están suspendidos por ahora, mientras que Pekín comprará una cantidad indeterminada de productos agrícolas de EE UU adicionales. Trump también agregó que las empresas de EE UU podrían seguir vendiendo productos a Huawei pese a haberla puesto en una lista negra.
Todo esto recuerda a cómo terminó la cumbre del G20 del año pasado en Buenos Aires. Trump se abstendría de subir los aranceles, los chinos comprarían más a los agricultores de EE UU y se reanudarían las conversaciones. Más tarde, las negociaciones colapsaron abruptamente y Trump dijo a principios de mayo que volvería a aumentar los impuestos sobre los productos chinos.
Las apuestas eran mucho más altas esta vez. La aplicación de aranceles adicionales a una cantidad tan grande de mercancías habría supuesto un duro golpe para ambos países. También se esperan nuevas formas de represalias chinas. En las últimas semanas, Pekín ha planteado no muy sutilmente la posibilidad de apuntar a empresas de EE UU y de utilizar como arma las exportaciones de tierras raras.
El enfoque mercurial de Trump hace imposible saber si se está acercando un acuerdo, especialmente uno que pueda mantenerse. Los funcionarios estadounidenses dicen que estaban a punto de llegar a un acuerdo antes de que se rompieran las negociaciones. Sin embargo, mucho de lo que ha ocurrido en los últimos dos meses, especialmente las acciones contra Huawei, solo ha servido para endurecer las actitudes de ambas partes. Trump tiene buenas razones políticas para ceder, pero aún puede estar dispuesto a meter más dramatismo antes de escribir el final.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías