Fridman mete la tijera en Dia y echa a los asesores fichados por la anterior cúpula
El grupo de supermercados prescinde al menos de nueve firmas tras haberse gastado 35 millones en servicios externos
La inflación de asesores en Dia se disparó a partir de octubre del año pasado. El nuevo equipo gestor, liderado por Stephan DuCharme como presidente y por Karl-Heinz Holland, ex de Lidl, como consejero delegado, ha prescindido de todos ellos. Trabajaron con el anterior consejo los bufetes Uría Menéndez y Clifford Chance, la consultora tecnológica NMR, Morgan Stanley, Rothschild, Oliver Wyman y Boston Consulting Group (BCG), según fuentes financieras. Solo en el último trimestre del año pasado y el primero de este, el grupo de supermercados gastó en asesores más de 35 millones de euros.
Borja de la Cierva, que ascendió a la cúpula de Dia en la recta final de 2018, se rodeó de escuderos para cubrirse las espaldas en todo momento ante la inestabilidad de la nave que pilotaba. Ya el consejo que presidió Antonio Coto hasta el 28 de diciembre había maniobrado con la contratación de una cohorte de firmas dedicadas a pulir la estrategia financiera o de negocio.
Una de las primeras decisiones de la nuevos gestores ha sido meter la tijera en todos los costes externos. La filosofía es no externalizar nada que se pueda hacer con el talento de la casa, señalan fuentes conocedoras del nuevo modus operandi de la cadena de supermercados.
Solo los costes de los exasesores equivalieron al 51% del beneficio bruto de explotación (ebitda) ajustado de la compañía reportado entre octubre y marzo, por un total de 68,8 millones de euros. Los gastos en el epígrafe de "asesores y otros" sumaron 18,2 millones a lo largo de todo el ejercicio pasado, si bien la mayoría se cargó en el último trimestre del año. La mayor parte fue para Morgan Stanley, que firmó el 28 de noviembre un compromiso de aseguramiento de una ampliación de capital por 600 millones de euros. Dia pagó 9,5 millones de euros por ese compromiso que no llegó a utilizar y que una parte de los acreedores de Dia consideró en su momento "papel mojado".
Ese documento rubricado por el banco de inversión estadounidense fue una suerte de escudo para el anterior consejo del grupo, después de la marejada que se produjo el 15 de octubre. El grupo lanzó entonces una advertencia sobre beneficios (profit warning) para 2018, al advertir que su ebitda sería de 350 a 400 millones, alrededor de un 40% menos que en el ejercicio anterior.
Fue también el clavo ardiendo al que la anterior cúpula se agarró hasta que su plan quedó definitivamente derrotado en la junta de accionistas. Entonces también se relevó a KPMG como auditor, que ha sido sustituido por EY, quien previamente se había encargado de hacer un informe forense sobre los desfases contables registrados en la era del anterior equipo directivo.
Al dinero pagado por servicios externos el año pasado deben sumarse los 16,9 millones consignados en asesores entre enero y marzo del presente ejercicio. Desde la compañía declinan hacer comentarios sobre esta información y se remiten al comunicado del pasado 6 de junio, en el que se comunicó la salida del grupo de distribución de María Miralles, socia de retail de Oliver Wyman.
También han concluido sus labores PwC, contratada en febrero para tratar de vender 300 tiendas y reducir así el ERE que inicialmente afectaba a 2.064 personas, y Bank of America, que sustentó como asesor independiente la opinión del consejo de administración sobre la opa lanzada por Letterone. En estos casos fueron contratados para unas tareas limitadas en el tiempo. Garrigues sí sigue trabajando para el grupo como asesor legal.
Letterone mantiene como asesores a PJT Partners y a Goldman Sachs, fieles casi desde el primer minuto al magante ruso. En la opa, le ayudó el despacho Pérez-Llorca. Los bancos, por su parte, siguen teniendo en nómina tanto a la consultora FTI Consulting como al despacho de abogados Linklaters.
Negociaciones ‘in extremis’ por los nuevos créditos
Dia, sus acreedores y Letterone negocian a toda máquina los nuevos créditos para cerrar la refinanciación de la cadena de supermercados. Se trata de créditos adicionales por 380 millones donde la mayor disputa está en el precio, según desveló CincoDías. El fondo pide un interés del 5%, mientras que los bancos elevan las exigencias hasta el 10%. Si bien el plazo inicialmente previsto terminó la semana pasada, las partes esperan lograr fumata blanca en los próximos días. Mientras tanto, la compañía subsiste gracias a lo que le queda del balón de oxígeno que le insufló la banca en diciembre y a los pequeños créditos que el primer accionista le inyecta.