La fusión de Mediaset exige que accionistas con el 95% del capital acepten el canje
El grupo reserva solo 180 millones para que se vayan los inversores con dinero en efectivo. Abre la puerta a alternativas que salven la operación
La familia Berlusconi quiere que la fusión entre Mediaset España y su matriz italiana cuente con un apoyo casi unánime de los accionistas de ambas cotizadas. Ha introducido una condición suspensiva muy exigente, según la documentación remitida el viernes a la CNMV. La operación puede fracasar si no cuenta con el beneplácito de más del 95% del capital de ambas cotizadas.
En principio, los accionistas tanto de la compañía italiana como de su filial española canjearán sus acciones por las de la nueva sociedad, denominada MFE (Media For Europe), con una ecuación de 2,33 títulos por cada uno de Mediaset España y de uno por uno en el caso de la matriz italiana.
No obstante, los accionistas que así lo deseen pueden no participar en la operación. Mediaset les da una puerta de salida con dinero en efectivo. Los dueños de la compañía española, si votan en la junta en contra de la operación, podrán recibir 6,5444 euros por título –un precio inferior a los 6,912 a los que finalizó el viernes–, y los de la matriz, 2,77 euros, lo que supone una ligera prima respecto a los 2,696 euros a los que cerró la semana pasada. El canje de la fusión favorece a los accionistas italianos con respecto a la última cotización.
Esta puerta de salida tiene, eso sí, un límite. El dinero reservado para los accionistas del grupo de televisión que quieran abandonar el capital asciende tan solo a 180 millones de euros. La valoración de ambas empresas suma 4.100 millones (descontando tanto la autocartera como el 51% de la filial española propiedad de Mediaset, que se amortizan directamente), de manera que, en principio, exige que dueños del 95,6% acepten el canje. Si no, la operación corre el riesgo de descarrilar.
200 millones de caja en España y deuda de 990 en la matriz
Acreedores. El acuerdo deja abierta la puerta a que los 180 millones de euros reservados para los accionistas que se opongan a la fusión también se utilicen para devolver los préstamos de los acreedores que renieguen de la operación. No se esperan sorpresas en este sentido, si bien la situación de Mediaset España, con una caja neta de 194 millones de euros en efectivo a cierre de marzo, contrasta con la deuda neta de su matriz, de 986 millones a cierre del primer trimestre. Hoy, a las 8.00 (hora española), han explicado la fusión en una teleconferencia Massimo Musolino, director de Mediaset España, y Marco Giordani, director financiero de Grupo Mediaset.
Todo ello antes de tener en cuenta si los accionistas mayoritarios de Mediaset Italia se quedan en el capital. Los propietarios de la empresa combinada serán la familia Berlusconi, que controlará en torno a un 35%, y Vivendi, con alrededor de un 23%. Si ellos canjean sus acciones por las de la nueva sociedad, con el efectivo presupuestado podrían irse con el dinero, como máximo, dueños del 10,6% del resto del capital de ambas compañías. De entrada, si este porcentaje se supera, la operación corre peligro.
Pero el acuerdo tiene letra pequeña, puesto que abre la puerta a que los actuales accionistas adquieran directamente los títulos a los que solo quieran dinero contante y sonante. Incluso se contempla buscar terceros inversores para que compren acciones. En el caso más extremo, si todo lo anterior falla, se guardan la carta de renunciar a esa condición.
La operación se votará en sendas juntas de accionistas que Mediaset España y Grupo Mediaset celebrarán el 4 de septiembre. La luz verde se da por descontada, ante la posición en ambas empresas de la familia del ex primer ministro italiano.Está por ver la evolución en Bolsa de ambas empresas en la sesión de hoy. Y es que los accionistas siempre cuentan con la opción de vender en el mercado en el caso de que ni quieran acciones nuevas ni la oferta en efectivo.