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Hoteles

Meliá y NH recurren a los contratos de liquidez para controlar la caída de la acción

Los títulos de Meliá se han depreciado un 42% en los dos últimos años y los de NH un 27% desde que culminara la OPA de Minor

La brecha entre la cotización en Bolsa y los resultados de NH y Meliá

El crecimiento del turismo en todo el mundo le ha dado la vuelta a la cuenta de resultados de las dos grandes hoteleras cotizadas en España. El beneficio neto de Meliá ha encadenado tres años por encima de 100 millones de euros (algo inédito en la historia de la compañía) y la deuda también se ha mantenido por debajo de la ratio de dos veces ebitda desde 2016. El caso de NH es todavía más significativo: el ebitda se ha disparado un 77% entre 2015 y 2018 (de 150 a 265 millones de euros) y la deuda ha bajado desde 5,6 veces ebitda a 0,6 veces.

Ese buen tono del negocio, sin embargo, no se ha trasladado a la acción. En el caso de Meliá, la caída ya dura dos años y le ha llevado a perder un 42% de valor, pasando de 13,5 euros en junio de 2017 a los 8,1 euros casi dos ejercicios después, con un ajuste del 42%. Solo en 2018, la capitalización bursátil se redujo en 755 millones. Por su parte, el ajuste de NH empezó tras la culminación de la OPA de Minor, que se hizo con el 94,3% de la hotelera pagando 6,3 euros por acción en octubre de 2018. Desde esa fecha ha caído un 27%.

Por ello ambas firmas han recurrido a los contratos de liquidez para tratar de corregir la caída de la cotización. El objetivo de estos contratos es que una entidad independiente genere liquidez a las acciones para que sea más fácil negociarlas y al mismo tiempo evitar que una orden de venta importante provoque un desplome de la cotización.

El de NH entró en vigor el 11 de abril, durará 12 meses, será gestionado por Banco Santander y el número total de acciones es de 82.645 acciones con un importe de 400.000 euros. Fue el presidente del Consejo de Administración, Alfredo Fernández Agras, el que precisó en la última junta de accionistas que la capacidad de actuación es limitada. “Los reducidos volúmenes de negociación afectan mucho, y negativamente, al valor de nuestras acciones. Siendo totalmente transparente muy posiblemente no tenga solución con el actual nivel de free float”, en clara alusión al escaso volumen de títulos susceptibles de ser negociados en bolsa. Antes de la OPA, la media de acciones intercambiadas en una sesión se situaban en torno a un millón de acciones, después de la OPA bajó a 100.000, mientras que la media de los últimos 60 días ha sido de 50.000 acciones y la de los 30 días ha sido de 25.000 acciones. En la medida en que el contrato de liquidez no puede superar el 25% de la media de ordenes en las 30 sesiones anteriores, el impacto del contrato apenas se ha dejado sentir.

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Por su parte, Meliá firmó el 7 de julio de 2017 un contrato de liquidez con GVC Gaesco, con una duración de un año, que posteriormente fue renovado, en el que iban asociados 165.000 títulos de la hotelera por un importe de 2,1 millones de euros. Desde la hotelera recalcan que los grandes fondos de EE UU están vendiendo compañías europeas por las peores perspectivas macroeconómicas y que la presión de los destinos emergentes también se está dejando sentir, lo que penaliza a la acción. Frente a los 400.000 títulos diarios que se negociaban en la época en la que se optó por el contrato de liquidez, la cifra ha escalado a una media que oscila entre 700.000 a 800.000 acciones por sesión.

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